19 febrero 2015, Sputnik
http://mundo.sputniknews.com (Rússia)
Lo que hay que decir
no está dicho y flota en las marismas del estruendo mundial
— Juan Gelman,
1930-2014, Poemario "Hoy"
América Latina está
acostumbrada al permanente deseo de Washington de acabar con los gobiernos que
siguen su propia política, independientemente de los diseños norteamericanos
para la región. Lo vimos suceder en
Honduras en 2009, después en Paraguay en 2012, ahora la mira la tiene en
Argentina.
Hace unos días fue
desbaratado un intento del golpe de Estado "duro" contra el gobierno legítimamente
elegido de Venezuela, y ahora, utilizando toda su parafernalia ha puesto en
marcha lo que se conoce como golpe "suave" o "blando" de
Estado llamado también "institucional" contra el gobierno de Cristina
Fernández.
Este proceso se puso en
marcha hace
un mes, el 18 de enero pasado cuando el fiscal Natalio Alberto
Nisman, quien desde 2004 estaba a cargo de la investigación del atentado a la
Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que en 1994 causó la muerte a 85
personas, fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza en su lujoso
departamento en Buenos Aires. Lo extraño fue que el deceso de Nisman se produjo
horas antes de presentar una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández y
el Ministro de Relaciones Exteriores Héctor Timerman por el encubrimiento del
atentado contra la AMIA.
La Unidad Especial de
Investigación que dirigió el fiscal Nisman orientó su indagación hacia las
pistas iraníes y las de Hezbolá señalando inclusive a varios miembros de la
inteligencia iraní como autores de aquel atentado. Posteriormente el fiscal se
convirtió en un férreo opositor de la aproximación entre Irán y Argentina
denunciando la infiltración iraní en América Latina y en especial en Argentina.
Después de que el Congreso ratificó en 2013 el Memorándum de Entendimiento con
Irán para formar una comisión de cinco juristas (dos argentinos, dos iraníes y
uno elegido en forma conjunta) para investigar el atentado, Nisman hizo
circular una acusación de 500 páginas exponiendo las actividades terroristas de
Irán en el hemisferio occidental. Inclusive declaró que la formación de la
comisión mixta fue una "traición al país y a su trabajo de
investigación".
Curiosamente el
documento divulgado por el fiscal Alberto Nisman coincidió con el Informe Anual
Sobre el Terrorismo 2013 difundido por el Departamento de Estado de EEUU que
advertía sobre el aumento de la actividad terrorista iraní en América Latina.
Se sabe que las revelaciones del fiscal argentino se basaban en las fuentes
norteamericanas, las de Israel y en las declaraciones de opositores y grupos de
resistencia iraníes. En realidad no hubo nada concreto, igual como en los años
1990 cuando Washington advertía sobre el peligro iraní en la Triple Frontera
(Argentina, Paraguay y Brasil) en el intento de Bill Clinton de aislar y
contener a Irán. Sin embargo, esta política fracasó en América Latina con la elección de Hugo Chávez en
Venezuela quien facilitó el estrechamiento de relaciones de Venezuela, Bolivia,
Ecuador, Nicaragua y Argentina con Irán.
La irritación de
Washington no se hizo esperar, especialmente en el caso de Argentina y al
firmarse en 2013 el Memorándum de Entendimiento, se desató una guerra mediática
y el ataque de los "buitres financieros" contra el gobierno de
Cristina Fernández. Todo estaba fríamente calculado, se sumaron también a esta
lucha la oligarquía nacional argentina descontenta con la política oficial de
"redistribución de la riqueza nacional con inclusión". Inclusive fue
involucrado el Estado Islámico de Irak y Siria (EIIS), conocido públicamente como una creación de EEUU e
Israel, que amenazó a asesinar a la presidenta Cristina Fernández, unos días
después de emitir la misma amenaza contra el presidente de Rusia, Vladímir
Putin.
En estas
condiciones, la muerte súbita del fiscal Nisman sirvió como un detonante para
los ataques despiadados y sin sustento de los medios de comunicación
globalizados contra la presidenta Cristina Fernández. Los periodistas
globalizados no se cansaban de repetir las acusaciones que hizo Nisman varios
días antes de su muerte contra Cristina Fernández y su Ministro de Relaciones
Exteriores Héctor Timerman. Ellos fueron señalados como conspiradores para
encubrir a los oficiales iraníes que patrocinaron el ataque perpetrado en 1994
por los terroristas libaneses de Hezbolá. De acuerdo al fiscal, este
encubrimiento fue parte de un acuerdo para el suministro de petróleo iraní a
Argentina.
Lo que evitan contar
los medios de comunicación globalizados es la estrecha relación entre el fiscal
Nisman y la embajada norteamericana en Buenos Aires. Resulta que el fiscal
consultaba permanentemente a la embajada sobre los resultados de la
investigación, según 196 cables que sobre el caso AMIA divulgó WikiLeaks y que
fueron analizados por el periodista argentino Santiago O'Donnell. De acuerdo a
su indagación, la embajada norteamericana le ordenaba al fiscal que no siguiera
ninguna pista, salvo la iraní. Sin embargo, había una política de Estado que
incluía a los grandes medios, a los líderes de la comunidad judía organizada,
al gobierno argentino y a la embajada de Estados Unidos e Israel de no
cuestionar la investigación, aunque en privado había grandes dudas sobre su
efectividad".
Ahora se sabe también
que el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia (SI) Antonio Horacio Stiusso,
estrecho colaborador de la CIA y el Mossad, estaba en permanente contacto con
el fiscal Nisman. Según el periodista O'Donnell, prácticamente toda la
información que recibía el fiscal provenía de Stiusso. Resulta que en Argentina,
igual que antes sucedió en Ecuador y Bolivia, los servicios de inteligencia
nacionales trabajaban primero para los Estados Unidos y recién después pasaban
alguna información a su gobierno. Por eso tanto Rafael Correa como Evo Morales
tuvieron que hacer limpieza dentro de estos organismos tanto militares como
civiles.
En diciembre de 2014 le
tocó el turno a la Argentina y realizar una reorganización de estos órganos de
seguridad aliados con la oposición y guiados por la CIA y el Mossad tratando de
desacreditar el gobierno de Cristina Fernández y sacarla del poder. Esto obligó
al gobierno a destituir a Javier Stiusso que pasó más de 42 años en los
servicios de inteligencia y hacer drásticas modificaciones en este organismo. A
la vez, la estrecha relación entre Stiusso opositor al gobierno actual y
Alberto Nisman hizo resurgir sospechas sobre la causa real de la muerte del
fiscal en el contexto de los intentos de la oposición de desacreditar al
gobierno de Cristina Fernández y poner fin al kirchnerismo y sus políticas
progresistas populistas.
Todo esto explica el
contenido de la carta que publicó la presidenta sobre la muerte de Nisman. En ella afirma que "el suicidio no era
suicidio… y que lo usaron vivo y después lo necesitaron muerto". También
señala que "la verdadera operación contra el gobierno era la muerte del
fiscal después de acusar a la presidenta". En su misiva, Cristina
Fernández revela sus sospechas en el rol de Daniel Lagomarsino que trabajaba en
la fiscalía de Nisman como informático y quien entregó el arma fatal al fiscal
a pesar de que Nisman tenía a su disposición dos armas oficiales.
Para la oposición estas
declaraciones de la presidenta significaron un "delirio o fantasía".
Enseguida después de lo sucedido, Gerardo Pollicita, titular de la Fiscalía
Federal número 11 presentó un escrito solicitando medidas para probar si la
presidenta de la nación es responsable de encubrimiento a los imputados de
origen iraní. A la vez, a un mes de suceder esta trágica muerte los fiscales y
parte de la oposición convocaron para este 18 de febrero una marcha general en
memoria de Alberto Nisman. Los organismos de seguridad que custodiarán esta
marcha no portarán armas para evitar las provocaciones.
Por supuesto
que tanto los opositores como sus auspiciadores en Washington no esperan tener
éxito en actual intento del golpe "judicial" o
"institucional". Su visión está proyectada hacia el 25 de octubre
próximo, día de las elecciones presidenciales. Lo que pretenden es
desestabilizar al actual gobierno a través del incremento de movilizaciones,
una guerra mediática para destruir la imagen de la presidenta y una guerra
psicológica para crear un clima de ingobernabilidad. Todo esto permitiría la
elección de un opositor sabiendo que Cristina Fernández no podría postular por
tercera vez y por el momento no se ha presentado un fuerte candidato del
kirchnerismo.
El presidente de
Bolivia, Evo Morales comentando los recientes acontecimientos en Argentina
advirtió que "el imperio no duerme, siempre busca como debilitar y atacar…
el imperio nunca perdona, pero cuando el pueblo está fuerte, unido y organizado
también nos tiene miedo". Esto debe tener en cuenta el pueblo argentino.
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