13 febrero 2015,
ADITAL Agencia de Información Fray Tito para América Latina (Brasil)
Por Salena Tramel
"No tiene absolutamente nada de
inteligente", afirma en un trascendental taller sobre agricultura
climáticamente inteligente celebrado en Lima Jean-Baptiste Chavannes, líder
haitiano de La Vía Campesina que se ocupa de la coordinación del trabajo del
movimiento sobre cambio climático. "La crisis climática tiene su origen en
el sistema económico capitalista, que también está en crisis", explica.
"Los empresarios están intentando salir de esta situación y, para ello,
implantan el capitalismo verde, que se caracteriza por la agricultura
climáticamente inteligente."
Un nuevo informe de la NASA y de la Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) confirma de
manera irrefutable lo que muchos científicos habían predicho: 2014 ha sido
oficialmente el año más caluroso del que se tiene registro. Y el año pasado
no
ha sido una anomalía, los 10 años más calurosos de los que se tiene constancia
han tenido lugar a partir de 1998. Este anuncio se suma a la urgencia expresada
el mes pasado en Lima, donde líderes políticos y magnates de todo el mundo se
reunieron en la vigésima sesión anual de la Conferencia de las Partes (COP 20)
de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). El
encuentro en Perú fue histórico porque se trataba de la última ocasión en la
que este órgano decisorio se reunía antes de la COP 21, que se celebrará el
próximo diciembre en París y en la que se firmará un acuerdo internacional
vinculante sobre el clima.
Sin embargo, los movimientos cada vez más amplios de
quienes se hallán en primera linea de la alteración climática sostienen que las
soluciones políticas de alto nivel pregonadas en instancias como la COP no son
sino falsas promesas que excluyen a las voces marginadas. La Vía Campesina es
probablemente el más destacado de estos movimientos, ya que representa a más de
250 millones de personas campesinas, ganaderas e indígenas de todo el mundo. La
Vía Campesina, junto con sus aliados, que incluyen desde organizaciones de
trabajadores hasta redes medioambientales, organizó en Lima la Cumbre de los
Pueblos , su propia versión del proceso de la COP 20, para promover soluciones
a la crisis climática desde las bases y refutar la naturaleza excluyente de las
negociaciones oficiales impulsadas por el sector empresarial.
La COP 20 promovió intensamente dos políticas: la
Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la
Degradación de los Bosques (REDD, por sus siglas en inglés) y la agricultura
climáticamente inteligente. El objetivo de ambas es reducir la temperatura
gobal mediante el comercio de emisiones de carbono. A primera vista, REDD y la
agricultura climáticamente inteligente parecen ser actuaciones loables, sobre
todo, porque sus nombres ofrecen una imagen de aparente respeto por el clima.
No obstante, bajo ese barniz, estos programas generan el caos en unos
ecosistemas que ya son muy inestables y menoscaban los medios de subsistencia
de las personas humildes.
Tomemos como ejemplo REDD. En pocas palabras, REDD
permite que los países industrializados ricos y las corporaciones sigan
contaminando mediante la compra de bosques en los países del Sur para compensar
el carbono que sus actividades en otros lugares del planeta emiten a la
atmósfera. Estos bosques, gestionados cuidadosamente durante generaciones por
los pueblos indígenas, se incorporan al mercado, lo que a menudo desemboca en
el desalojo forzoso de estas comunidades. Para empeorar las cosas, REDD no
distingue entre bosques naturales y plantaciones industriales de árboles, lo
que conlleva que con frecuencia su aplicación ocasione pérdidas masivas de
biodiversidad.
"Ninguna excusa es válida para transformar la
naturaleza en mercancía", declara Tom Goldtooth, director de la Red
Ambiental Indígena , con sede en Estados Unidos y Canadá, que trabaja en
estrecha colaboración con La Vía de Campesina. Ambas organizaciones se oponen a
REDD y trabajan conjuntamente en espacios como No REDD in Africa Network .
Goldtooth habló con autoridad en la Cumbre de los Pueblos en Lima, donde
advirtió del carácter interrelacionado del imperialismo, la militarización y
las estrategias basadas en el mercado. "Estamos en contra de la OMC del
cielo", concluyó.
La agricultura climáticamente inteligente, otra
piedra angular de la estrategia en los trabajos de la COP, retoma básicamente
los principios de REDD y los aplica a las tierras cultivables. Entre el 44 y el
57 por ciento del conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero
provienen de la producción alimentaria, y la inmensa mayoría de éstas son
resultado directo de prácticas agricolas industriales que despilfarran los
recursos. La agricultura climáticamente inteligente se fundamenta en los
elementos característicos de la Revolución Verde —semillas modificadas
genéticamente, pesticidas químicos y fertilizantes artificiales, en nombre de
la intensificación y la productividad— para imponer a los campesinos y
campesinas de todo el mundo nuevos productos biotecnológicos, generando así una
nueva ola de dependencia de los mercados. Como en el caso de REDD, los
inversores del hemisferio norte recibirán créditos de carbono por participar en
proyectos de agricultura climáticamente inteligente que se desarrollen en los
países del Sur, lo que aumentará la especulación en el sistema alimentario al
incrementar su rentabilidad.
"No tiene absolutamente nada de
inteligente", afirma en un trascendental taller sobre agricultura
climáticamente inteligente celebrado en Lima Jean-Baptiste Chavannes, líder
haitiano de La Vía Campesina que se ocupa de la coordinación del trabajo del
movimiento sobre cambio climático. "La crisis climática tiene su origen en
el sistema económico capitalista, que también está en crisis", explica.
"Los empresarios están intentando salir de la crisis y, para ello,
implantan el capitalismo verde, que se caracteriza por la agricultura
climáticamente inteligente."
La consigna de la Cumbre de los Pueblos en Lima
—"Cambiemos el sistema, no el clima"— se mantendrá durante este año y
hasta la COP 21 de diciembre en París, donde, de nuevo, volverá a desarrollarse
otra Cumbre de los Pueblos en paralelo a las negociaciones oficiales. La Vía
Campesina y su sólida red de aliados están comprometidas con sus alternativas
rompedoras, particularmente con la soberanía alimentaria y la agroecología.
La soberanía alimentaria asume el principio
fundamental de que los trabajadores y trabajadoras rurales y sus homólogos
urbanos —no las instituciones del mercado ni las empresas— son quienes deben
determinar el sistema alimentario mundial. La agroecología y establecer
mercados locales siguiendo métodos ecológicos que se basan en conocimientos
ancestrales de probada eficacia son las prácticas fundamentales para lograr la
soberanía alimentaria. Mediante este proceso, el carbono es absorbido por el
suelo, lo que contribuye a frenar los patrones del calentamiento global al
tiempo que se protege el derecho a la tierra. "La agroecología puede
duplicar la producción de alimentos en regiones enteras en un plazo de diez
años y, simultáneamente, mitigar el cambio climático y reducir la pobreza
rural", afirma Olivier de Schutter, ex relator especial de la ONU sobre el
derecho a la alimentación, tras presentar su informe ante el Consejo de
Derechos Humanos en marzo de 2011.
REDD y la agricultura climáticamente inteligente son
programas experimentales con consecuencias irreversibles para el medioambiente,
mientras que la soberanía alimentaria y la agroecología respetan los sistemas
naturales del planeta. "La soberanía alimentaria es nuestra lucha contra
el capitalismo y contra el modo en que conforma nuestras tierras", declara
la representante del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil,
Nivia Regina da Silva. El MST es miembro fundador de La Vía Campesina que,
entre otras iniciativas, dirige escuelas de formación política y de
agroecología por todo el país. Junto con otros miembros y aliados de La Vía
Campesina, el MST organizó la animada conferencia sobre soberanía alimentaria
que constituyó uno de los ejes centrales de la Cumbre de los Pueblos en Lima.
"La agricultura campesina puede alimentar al
mundo y enfríar el planeta", asevera Jean-Baptiste.
El activismo de La Vía Campesina en relación con el
clima es parte integral de su obligación de representar a las personas más
afectadas por la injusticia del sistema. Y este año, al tiempo que se siguen
desarrollando las negociaciones de alto nivel, el movimiento y sus aliados se
asegurarán de que cada vez más aumente la presión.
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