23 septiembre 2014, Agencia Venezolana de Noticias—AVN
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Caracas -- "Las Naciones Unidas han agotado su
modelo, y no se trata simplemente de proceder a una reforma, el siglo XXI
reclama cambios profundos que sólo son posibles con una refundación de esta
organización. Esto no sirve, hay que decirlo, es la pura verdad".
Con estas palabras, el Comandante Hugo Chávez, en
representación de la voz olvidada de los pueblos, se pronunció en el 2005
durante la sexagésima Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas
(ONU) en Nueva York.
La premisa de Chávez era clara y meridiana: la ONU
debe adaptarse a los nuevos tiempos, con una visión que privilegie las
necesidades e intereses de los pueblos por encima del capital financiero y
militar.
Cinco años antes, en septiembre del 2000, Chávez
durante una intervención también en la ONU, habló de la necesidad de
"dejar atrás verdades que fueron válidas sólo para momentos pasados".
En ese contexto, citó al filósofo hindú Jiddu Krishnamurti, quien decía que la
verdad no es un punto fijo, sino que se mueve constantemente por muchos
caminos.
"Cuando hablamos de 'la verdad', tomamos dos
caracterizaciones fundamentales ya aceptadas para definirla: la primera, 'es
algo que se vive en el momento' y, la segunda, 'expresa nuestra vinculación con
el todo", expresó el presidente venezolano, al tiempo que alertaba que más
de medio siglo después de la creación de la ONU "la verdad se ha movido y
el momento que vivimos es otro", dijo.
"En este momento planetario, siguen muriendo
diariamente seres humanos, pero ahora las cifras se han duplicado, ya no como
consecuencia de una guerra mundial. ¡No!, ahora la principal causa de esta
horrorosa verdad es la miseria, la marginalidad, el hambre. Por tanto, lo que
se impone en este mismo dramático instante es que, en primer lugar,
reconozcamos, todos, esta verdad. Y, en consecuencia, sin dilaciones de ningún
tipo, construyamos un nuevo pacto mundial en Naciones Unidas", enfatizó.
Este planteamiento de Chávez se convirtió en bandera
de muchos pueblos históricamente marginados y en una necesidad histórica
acompañada con fuerza por otros líderes como Luiz Ignacio Lula Da Silva
(Brasil), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Muammar Gaddafi,
(Libia) José Mujica (Uruguay), entre otros.
La ONU "debe concentrar los más grandes esfuerzos
posibles, en el orden moral, intelectual, científico, social, cultural,
económico y financiero, en la lucha contra los demonios del hambre, la miseria
y la muerte que azotan nuestro planeta", emplazaba Chávez, quien insistió
en un cambio estructural de ese organismos multilateral.
Aquel 15 de septiembre de 2005, Chávez puntualizó
cuatro propuestas principales "urgentes e irrenunciables".
La primera, la expansión del Consejo de Seguridad,
"tanto en sus categorías permanentes como en las no permanentes, dando
entrada a nuevos países desarrollados y a países en desarrollo como nuevos
miembros permanentes".
La segunda, la necesaria mejora de los métodos de
trabajo para aumentar la transparencia y el aumento del respeto y la inclusión.
La tercera, la supresión inmediata del veto en las
decisiones del Consejo de Seguridad; un vestigio elitesco incompatible con la
democracia, la igualdad y la justicia social. Y, en cuarto lugar, el
fortalecimiento del papel del secretario general de la ONU; en sus funciones
políticas, en el marco de la diplomacia preventiva.
"Esas transformaciones, a las que desde Venezuela
nos referimos, al mundo, tienen para nosotros, desde nuestro punto de vista,
dos tiempos: el inmediato, el de ahora mismo, y el de los sueños, el de la
utopía", resaltó Chávez aquella tarde del 15 de septiembre de 2005.
Chávez, como esperanza de los movimientos populares
del continente por reivindicar la integración latinoamericana y como símbolo de
lucha por un mundo multipolar y multicéntrico, destacó la necesidad de un nuevo
económico mundial, pero también político, a favor de la paz mundial, de la justicia
social y en aras de frenar la amenaza que representa para el planeta tierra el
capitalismo salvaje.
Hoy la lucha de Chávez por un mundo mejor sigue en pie
y viene acompañada de nuevos bloques de integración, como resultado de su
legado histórico (Unasur, Celac, Alba-TCP, Petrocaribe), y de muchos pueblos
del mundo, que en palabras del líder socialista "reclaman con urgencia la
adopción de medidas para enfrentar los verdaderos problemas que obstaculizan e
impiden los esfuerzos de nuestros países por el desarrollo y por la vida".
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