29
agosto 2014, ADITAL, Agencia de Información Fray Tito para América Latina (Brasil)
Aram Aharonian
Todas las luces de alarma permanecen encendidas en el norte y en el sur
del sur. Se han intensificado campañas para desestabilizar nuevamente en este
2014 a los gobiernos de Venezuela y Argentina, en experiencias que bien pueden
ser replicadas en cualquier otro país latinoamericano cuyos recursos naturales
sean apetecidos por las potencias centrales. Hoy se ataca en dos flancos:
Argentina en lo financiero y Venezuela en lo social, económico y militar.
La creciente y orgánica participación de los medios de comunicación –nacionales
y extranjeros- cartelizados, en la preparación y el desarrollo de las guerras y
planes desestabilizadores liderados y promovidos por y desde Estados Unidos los
ha llevado a convertirse en verdaderas unidades militares. Si hace 40 años
necesitaban de ocupación militar o gobiernos de facto para imponer su proyecto
imperial,
hoy el escenario de guerra es simbólico y les basta con el control de
los medios hegemónicos.
Roberto Savio, mítico fundador de Inter Press Service, recuerda
que en 1981 Ronald Reagan llegó a la presidencia de Estados Unidos y,
hábilmente auxiliado por la primera ministra británica Margaret Thatcher, fue
cambiado el concepto de las relaciones internacionales, hasta entonces basadas
en la idea de la cooperación internacional. Reagan desdeñó el movimiento
ecologista, al declarar: "Los árboles causan más contaminación que los
automóviles”.
Redujo los impuestos a los ricos aseverando que éstos "producen
riqueza, los pobres la utilizan”. Thatcher se hizo eco: "… no hay tal cosa
como la sociedad. Hay hombres y mujeres, individualmente”.
Y desde entonces comenzó la caída de la ONU y de la idea de desarrollo y
solidaridad internacional para sustituirla por la consigna, "comercio, no
ayuda”. El Consenso de Washington, que abogó por el desmantelamiento del Estado
de Bienestar y la reducción al mínimo del espacio público, fue impulsado en
todo el mundo por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
gobierno estadounidense.
En 1991, en ocasión de la primera Guerra del Golfo ya el Pentágono había
logrado convertir el conflicto en espectáculo para las grandes masas de
televidentes a nivel global, difundiendo mentiras, medias verdades y
tergiversaciones, que años después de consumarse los hechos, vinimos a
corroborar que eran falsedades convertidas en verdad única, mensaje único,
imagen única.
En 1982, los británicos habían aplicado la férrea censura de prensa y la
verdad oficial cuando el conflicto con Argentina en el Atlántico Sur,
experiencia que sirvió para su aplicación posterior en Granada, Somalia, Irak,
Afganistán, y muchas otras regiones. Este mismo tipo de acciones ha venido
acechando en los últimos años a gobiernos progresistas, con actos
desestabilizadores y golpes de Estado, mediáticos para unos, suaves para otros.
Pero siempre duros para nuestros pueblos.
Tras la caída del Muro de Berlín, llegó la globalización y sus
resultados: los 300 más ricos del mundo tienen la misma riqueza que 3.000
millones personas. En el último lustro, las tres cuartas partes (75%) de toda
la riqueza producida ha estado yendo al 1% de los ya inmensamente ricos.
Este cambio de valores ha hecho que hoy gastemos más per cápita en
publicidad que en educación; que las instituciones políticas hayan perdido la
visión y la ideología para convertirse pragmáticas (utilitarias), con cada vez
menos participación de la gente; que el mundo de las finanzas se ha apoderado
del mundo de la producción en términos globales (un billón de dólares al día en
la producción, 40 billones de dólares en transacciones financieras); que ahora
tenemos apologistas de una "nueva economía”, que conceptualizan el
desempleo estructural como una necesidad.
Venezuela
Como cuando el golpe de estado de 2002 y el posterior sabotaje
petrolero, en 2014 el frente de la derecha latinoamericana y mundial
-–incluyendo el gobierno de Estados Unidos y otros de la Unión Europea- tomó
protagonismo activo en sus ataques mediáticos contra la Venezuela, el mayor
reservorio de hidrocarburos del mundo. Trasnacionales y burguesía nacional van
tras el mismo botín: apoderarse de la renta petrolera en manos de un Estado,
que la invertido (parcialmente) en inclusión social.
La respuesta del gobierno venezolano a estas matrices terroristas
mediáticas ha sido reactiva y no proactiva, propositiva, informativa. Ha estado
basada en denunciología (propia de una etapa de resistencia y no de
construcción) y preocupación por la solidaridad pasiva. Fueron mensajes
inundados por consignas, solicitadas (que nadie lee y otros, en el norte,
archivan en sus bases de datos), lamentos, inmovilismo.
La falta de fuentes de información veraces, oportunas y convocantes
(para todos) facilita el trabajo de la derecha de imponer imaginarios
colectivos, a través de una prensa –radios, medios cibernéticos fijos y
móviles, televisoras, diarios, revistas- totalmente cartelizada detrás del
mensaje único, producido por las usinas en el exterior.
El potencial ofensivo y el arsenal del terror mediático es de temer:
Andiarios agrupa a 53 periódicos en Colombia; Grupo Diarios de América está
compuesto por 11 diarios del continente y el grupo Periódicos Asociados
Latinoamericanos está conformado por 18 grupos editoriales de 11 países de la
región. Es prácticamente toda la artillería mediática de la derecha –a la que
hay que sumar sus redes en cada país- en ataque coordinado, cartelizado.
Sin tapujos, Nora Sanín, que dirige la asociación de prensa Andiarios y
lideró esta campaña, señaló a la revista colombiana Semana: "Nosotros
estamos haciendo política. Y está bien que la hagamos, pues nuestra causa es
defender un derecho universal: la libertad de expresión”.
Los grandes medios comerciales de comunicación han incautado la libertad
de expresión y la han, precisamente, aprisionado para usarla como rehén. Ante
ese poder los individuos no valen nada. Los medios se han vuelto despóticos y
despiadados, como nunca lo llegó a ser reyezuelo o dictadorzuelo alguno. Una
vez que acusan-condenan no hay modo de apelar ante nadie.
Hay otros elementos que surgen concomitantemente. Uno, las presiones, no
solo de los esperables sectores que intentan la restauración neoliberal, sino
de la socialdemocracia europea (en especial francesa) y latinoamericana, para
abandonar "la locura” del camino hacia el socialismo y, dos, las presiones
para que la diplomacia del Vaticano tenga protagonismo en el diálogo entre
sectores enfrentados, lo que ha despertado la indignación de varios movimientos
sociales a nivel regional.
Los think tanks y las agencias publicitarias contratadas para el
golpe contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, con apoyo de ONGs
ultraderechistas como Optor pusieron en marcha una campaña con fotos de grupos
de opositores formando la palabra SOS, que tras su prueba en Venezuela bien
podrá ser usado en cualquier otro país de la región, como sucediera en Bolivia,
Ecuador, Honduras y Paraguay con los remakes del golpe mediático de 2002.
La campaña, fue ampliamente difundida por las grandes trasnacionales de
la información (CNN y Fox News en EEUU, El País, ABC y La Vanguardia en España;
y los miembros del Grupo Diarios de América en nuestra región. Es herramienta
para la consolidación mediática de un imaginario colectivo de violencia,
enfrentamiento e ingobernabilidad, mientras trata de generar cansancio,
desasosiego y zozobra en la ciudadanía.
El terrorismo mediático contra Venezuela se ha internacionalizado,
cartelizando 87 periódicos de la Sociedad Interamericana de Prensa y los cinco
megamonopolios mediáticos del mundo, con su "verdad única” de manipulación
y falsedades. Es apenas un ensayo aplicable a cualquier otro país de la región.
Para aclarar: en Venezuela operan hoy 2.896 medios, de los cuales 2.332
(65,18%) son privados, y apenas el 3,22% del sector oficial. El resto, del
sector comunitario-alternativo.
Hace 40 años, en América latina se necesitaban fuerzas armadas para
imponer, a través del terror, un modelo político, económico y social. Hoy no
hacen falta bayonetas ni tanques: alcanza con el control del aparato mediático
para ello. La guerra es ´simbólica, y más efectiva que una ofensiva militar. Es
el bombardeo permanente de mentiras, manipulaciones, mensajes e imágenes únicas
que van imponiendo un imaginario colectivo que facilita la reimposición de los
modelos neoliberales.
Es un Plan Cóndor simbólico. ¿Estamos preparados para enfrentarlo o nos
conformaremos con la mera denuncia?
Argentina
Esta historia vuelve a repetirse, en el sur del sur. La Red de
Observatorios Universitarios de Medios de Argentina ha puesto en evidencia la
forma en que el conglomerado periodístico que encabezan el grupo Clarín y La
Nación -seguido de un ejército de expresiones informativas dependientes de
ellos y que apuntan a la desestabilización en torno tópicos económicos y
sociales-, tratando de crear escenarios de temor e incertidumbre.
La Red alerta sobre la meditada estrategia desplegada por los grupos
mediático concentrados y cartelizados para desacreditar al gobierno y crear las
condiciones de manipulación social necesarias e imprescindibles para llevar
adelante un golpe económico o de mercado, contra las instituciones y la
Constitución y señala que "la sociedad debe estar alerta ante hechos que
podrían traducirse en una ofensiva desesperada y aventurera de los sector más
conservadores del privilegio, históricos violadores del Estado de derecho”.
Hoy Argentina afronta nuevamente una extorsión financiera sin
precedentes. Los especuladores que compraron bonos de la deuda por 48 millones
de dólares lograron en Nueva York una sentencia de cobro por mil 500 millones.
Este fraude retrata cómo funciona el capitalismo actual, sistema que empuja a
nuestros países a más y más padecimiento. Los buitres se disponen a repetir el
mismo despojo que ya realizaron en otros lugares como Perú y amenazan a toda la
región.
Aunque el escenario afecta ahora a Argentina, deja bajo las garras de
estos rapaces cualquier deuda soberana. En 2014, la deuda representa el 104%
del Producto Bruto en EEUU, 93% en España, 132% en Italia, 129% en Portugal,
78% en Alemania, 175% en Grecia, 123% en Irlanda, 90% en Reino Unido.
El precedente de este fallo judicial va mucho más allá del perjuicio
contra Argentina, y pone en riesgo cualquier futura reestructuración de deuda
soberana. Con la mirada puesta en la periferia europea, si se aplica el fallo
de Griesa, ¿qué motivos y garantías tendrían los bonistas para aceptar una
quita y extensión de los plazos de pago si este puñado de especuladores
terminará cobrando por vía judicial el total del importe y en efectivo? Por
otro lado, la aplicación del fallo reduciría la seguridad jurídica y la reputación
de Nueva York como plaza financiera.
A nadie ha extrañado que los medios hegemónicos argentinos hayan
manejando la información y opinión para cooptarse con la posición de los
acreedores, denigrando y tratando de ridiculizar la posición de su país,
Argentina, en el diferendo, e invisibilizando o minimizando la información
referente a los apoyos solidarios recibidos de todos los países
latinoamericanos y caribeños, del Grupo de los 77 (más de 120 países emergentes
más China), y de los BRICS, entre otros.
Su apuesta ha sido la de crear zozobra en la población, ante una
"inminente” corrida bancaria y cambiaria, ante el embargo de los activos
petroleros nacionalizados….
El verdadero problema es que el periodismo se ha convertido en tan sólo
un espejo de nuestro tiempo, abdicando de cualquier función social, para
limitarse a ser un abastecedor de la información como una mercancía. Nuestros
tiempos están marcados por el neoliberalismo, y los vicios como la codicia y el
individualismo, se han convertido en virtudes, exaltadas desde Hollywood por la
homogeneización de los medios de comunicación.
El concepto de terrorismo mediático no parece exagerado si se lo
relaciona con un entramado de estrategias políticas, económicas, sociales y
psicológicas que buscan crear realidades ficticias, miedos colectivos y
convertir mentiras en verdades que permitan manipular a la sociedad de acuerdo
al conflicto y al enemigo en cuestión.
La llamada "propaganda negra” no es otra cosa que la construcción
de unos nombres, de unos relatos, de unas categorías, de unas imágenes que
ordenan los acontecimientos a partir de un eje de destrucción del otro. Ese
proceso se hace ocultando la verdad y sobre todo mintiendo acerca de ella,
señaló Florencia Saintout, decana de Comunicación de la Universidad argentina
de La Plata en el diario Página 12.
A la espera de las primeras definiciones importantes del juez
neoyorquino Thomas Griesa, los fondos buitres volvieron a desparramar por los
medios la posibilidad de que la Argentina ingrese en un default a partir del 30
de julio y posaron su anhelante mirada sobre los incalculables recursos
energéticos que posee el país en Vaca Muerta, en el sur del país.
La American Task Force Argentina (AFTA), el principal fondo buitre en
conflicto con Argentina, publicó una segunda solicitada (aviso pago) en los
diarios Clarín, La Nación y El Cronista en la que resume su posición contra el
país. En su comunicado, los fondos buitre afirmaron que la Argentina está
"al borde del default”, que sería "catastrófico” que eso sucediera, y
responsabiliza a "los líderes” del país por no "sentarse a negociar”.
Es más, las autoridades de la American Task Force Argentin, Robert
Shapiro y Nancy Soderberg, concretaron el ansiado encuentro con periodistas de
La Nación, Clarín, Perfil e Infobae, a quienes agasajaron con un "almuerzo
de trabajo”, en un hotel Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires de Recoleta.
En el plano internacional, cosechó mucha repercusión un reciente
artículo del economista del George W. Bush Institute, Bernard Weinstein un
acérrimo defensor de la liberación del mercado energético y del fracking-,
publicado en Investor Business Daily.
Bajo el título "Argentina: al borde del default”, Weinstein plante
sin eufemismos que el país posee una de las reservas todavía no desarrolladas
de petróleo más grandes del planeta, valuada en 250.000 millones de dólares.
Pero que si cae en cesación de pagos, se podrían caer los recientes acuerdos
firmados con compañías hidrocarburíferas, como el de Chevron, que implicó una inversión
de 1.600 millones para este año y hasta 15.000 millones en un futuro.
"Como Chevrón, otros inversores extranjeros probablemente podrían esperar
o pedir condiciones más favorables para participar”, sostuvo el especialista
conservador.
Weinstein se opuso abiertamente a la recuperación de la estatal
petrolífera YPF y planteó en otros escritos la posibilidad de dictar leyes para
prohibir futuras nacionalizaciones y aplicar contratos con empresas extranjeras
que duren más de 50 años, para protegerlas de embargos ordenados por el
gobierno argentino.
Ante este escenario, el economista y catedrático argentino Agustín
D`Attellis, remarcó que el objetivo de los buitres y la ATFA es claro:
"Van por Vaca Muerta, y lo hacen pretendiendo asustar con la posibilidad
del default técnico”. "Se trata, en definitiva, de presentar un escenario
apocalíptico para realizar un negocio privado porque además, tanto los fondos
como este economista, gritan a quien quiera oír, la importancia de por ejemplo,
desregular los mercados energéticos”, agregó el profesional a la prensa.
Muchas veces los medios toman como palabra "santa” las recetas de
ciertos economistas pero no informan a qué intereses responden. Tal es el caso
de Claudio Loser, un ex funcionario del FMI y lobista del Instituto para el
Diálogo Interamericano, organización que promueve los intereses de EEUU en
América Latina que asesora y colabora con los fondos buitre contra su propio
país. En televisión argentina, Loser destacó que "Se acabó la fiesta (en
Argentina) llegó el momento de la verdad, ninguna solución va a ser fácil. Pero
(hay que hacer) un tipo de ajuste ordenado”.
La Argentina publicó una solicitada en diario más influyente de Francia,
el vespertino Le Monde, como ya había hecho en los principales diarios de
Estados Unidos (The Wall Street Journal), Reino Unido (The Times y Financial
Times), Alemania (Frankfurter Allgemeine Zeitung) y España (El País).
En tanto no tienen empacho alguno en fustigar, tergiversar, digitar y
hasta mentir en relación a lo que ocurre en Argentina y Venezuela, los mismos
medios hegemónicos pueden determinar que "no es noticia” el hecho que los
grandes bancos internacionales, también grandes avisadores de sus
publicaciones, sean multados en centenas de millones de dólares por actividades
fraudulentas y sigan operando como si nada hubiera pasado.
Cada mes, los bancos son multados en decenas de millones de dólares por
actividades fraudulentas, pero esto ya no es noticia para los medios
hegemónicos, muchos de ellos propiedad de estos mismos bancos .Para salvar a
los bancos, los europeos han gastado unos mil dólares por habitante. En 2012,
sólo en España, salvar a los bancos fue más caro que la asignación anual en
educación y salud.
Estos medios cartelizados por supuesto que tampoco dimensionan la
gravedad de hecho que esos mismos bancos y grupos financieros privados
estafadores, reciben ayudas públicas multimillonarias a libro cerrado,
denominadas con el eufemismo de "salvatajes. Lo cierto es que no hay
voluntad para resolver ni un solo problema global, desde el medio ambiente al
hambre, desde el desarme nuclear a la inmigración, hasta los controles sobre el
capital a paraísos fiscales, donde está depositado diez veces el capital
necesario para resolver el hambre, la salud y la educación en todo el mundo.
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