7
novembro 2013, ADITAL Agência Frei Tito para
a America Latina http://www.adital.com.br (Brasil)
RT
Por Eva Golinger, abogada y escritora
En
los últimos meses, el Gobierno venezolano, liderado por el presidente Nicolás
Maduro, ha denunciado múltiples incidentes de sabotaje contra el sistema
eléctrico junto a una campaña continua para subvertir la economía de la nación.
Una mayoría de medios de comunicación a nivel internacional además de medios
privados dentro de Venezuela, se han burlado de las graves denuncias del
presidente venezolano, y en su lugar han intentado responsabilizar al Gobierno
de los daños causados al país. No obstante, un documento interno de tres
organizaciones de Colombia y Estados Unidos evidencia un plan macabro contra el
Estado venezolano para provocar violencia —incluso muertos— con la intención de
justificar una intervención internacional antes de las elecciones municipales
del próximo 8 de diciembre.
El documento,
titulado 'Plan Estratégico Venezolano', fue preparado por la Fundación
Internacionalismo Democrático del expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez,
junto con la Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia y la empresa
estadounidense de consultores FTI Consulting. Su fecha de redacción fue el 13
de junio de 2013, durante una reunión entre representantes de estas tres
organizaciones, dirigentes de la oposición venezolana, como María Corina
Machado, Julio Borges y Ramón Guillermo Avelado, el experto en guerra
psicológica, J.J. Rendón, y el encargado de la Agencia Internacional de
Desarrollo de Estados Unidos (USAID) para América Latina, Mark Feierstein.
El plan
estratégico de desestabilización contra Venezuela tiene el fin principal de
debilitar al Gobierno en el marco de las elecciones municipales del próximo 8
de diciembre, tal como lo articulan en el texto: "Los objetivos planteados
en el presente plan se enmarcan esencialmente hacia las municipales previstas
para el 8 de diciembre, al mismo tiempo que incluye el desgaste acelerado
paulatino de la gestión del Gobierno facilitando el triunfo supremo de la
oposición para ese evento". Y agregan: "pero si fuera antes, mucho
mejor".
El documento
también detalla la estrategia para sabotear al sistema eléctrico en Venezuela
con el objetivo de responsabilizar al Gobierno de las debilidades de la
infraestructura del país y de esa manera proyectar una imagen de crisis de
Venezuela a nivel internacional. Como parte del plan, los autores proponen "mantener
e incrementar los sabotajes que afecten los servicios a la población,
particularmente al sistema eléctrico, que permitan culpar al Gobierno de
supuestas ineficiencias y negligencias". Desde entonces, apagones y otros
cortes eléctricos han afectado a diferentes regiones por toda Venezuela,
causando un gran descontento general, y resultando en una percepción negativa
del Gobierno. Hace poco, autoridades venezolanas detuvieron a varias personas
involucradas en sabotajes al sistema eléctrico y a finales de septiembre el
presidente Maduro expulsó a tres funcionarios de la Embajada de Estados Unidos
en Caracas por su presunto papel en los planes de desestabilización.
En la sección
titulada "Acciones", los autores del documento detallan sus próximos
pasos para desestabilizar al Gobierno venezolano. Además de "perfeccionar
el discurso confrontacional y denunciante de Henrique Capriles", el
candidato presidencial derrotado por Maduro, hablan de "generar emoción
con mensajes cortos pero que lleguen a mayor cantidad de personas, donde
retomen los problemas sociales, provocando el descontento social. Incrementar
los problemas con el desabastecimiento de productos básicos de la canasta
alimenticia".
En los últimos
meses, Venezuela ha experimentado problemas de desabastecimiento de productos
básicos, como papel higiénico, azúcar, leche, aceite, mantequilla y harina,
entre otros. Las autoridades venezolanas han incautado toneladas de estos
productos dentro de almacenes que pertenecen a empresarios vinculados con la
oposición. También han confiscado grandes cantidades de estos productos en la
zona fronteriza con Colombia, donde son vendidos como contrabando.
Según el
documento, "El 'Plan estratégico venezolano', consensuado con dignos
representantes de la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, se orienta hacia
estos objetivos con el fuerte y constante apoyo de varias personalidades
mundiales en función de que se le devuelva a Venezuela la verdadera democracia
e independencia que han estado secuestrados por más de 14 años".
Durante los 14
años de gestión democrática del presidente Hugo Chávez las amenazas contra su
Gobierno abundaban y los planes de desestabilización nunca acababan. Luego del
fracaso del golpe de Estado en su contra en 2002, que fue organizado y apoyado
desde el Gobierno de Estados Unidos, hubo numerosos intentos de derrocarlo a
través de sabotajes económicos, intervenciones electorales, planes de
magnicidio, guerra psicológica, financiamiento multimillonario a las fuerzas
opositoras desde el exterior y un plan de aislamiento internacional que
finalmente no tuvo éxito.
Una de las caras
visibles de los intentos de desestabilización contra el Gobierno de Chávez fue
el expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez. El exmandatario colombiano
finalizó su presidencia en 2010 haciendo un llamamiento para una intervención
internacional en Venezuela con la intención de destruir al presidente Chávez y
su Revolución Bolivariana. Uribe se dedicó durante los años siguientes a
difamar al presidente Chávez y su Gobierno y a fortalecer los vínculos con
sectores antichavistas dentro y fuera de Venezuela.
El fallecimiento
del presidente Chávez en marzo 2013 no impidió a Uribe continuar sus acciones
contra Venezuela. Con la elección de Nicolás Maduro a la presidencia y la continuación
del proceso socialista comenzado por Chávez, Uribe seguía con sus planes de
ataque contra Venezuela.
Ahora este
documento interno, producto de un encuentro de sectores de la ultraderecha de
Colombia y Venezuela, junto a representantes del Gobierno estadounidense,
demuestra los planes de desestabilización en marcha contra el Gobierno de
Maduro.
Como parte de
este peligroso complot contra Venezuela, los autores proponen "crear
situaciones de crisis en las calles que faciliten la intervención norteamericana
y fuerzas de la OTAN, con el apoyo del Gobierno de Colombia. Cuando sea
posible, la violencia debe provocar muertos o heridos".
Venezolanos,
representantes de la oposición, están trabajando conjuntamente con fuerzas
externas para provocar la muerte de ciudadanos inocentes en su propio país con
la intención de promover una invasión militar contra su nación. Esto representa
una grave amenaza —y un vil crimen— contra la soberanía de Venezuela.
Por último,
además de promover el impulso de una campaña internacional para marginar,
deslegitimar y desacreditar al Gobierno de Maduro a través de medios de
comunicación y voceros de la derecha, el documento recomienda "una
insurrección militar" contra el "Estado venezolano". Proponen "contactar
con grupos de militares en activo y en condición de retiro para ampliar la
campaña dirigida a restarle prestigio al Gobierno, dentro de las Fuerzas
Armadas. (...) Es vital preparar a los militares para que a partir de un
escenario de crisis y conflictividad social encabecen la insurrección contra el
Gobierno, o al menos que apoyen una intervención extranjera o un levantamiento
civil".
Este documento
evidencia y confirma la veracidad —y la gravedad— de las denuncias realizadas
por el presidente Nicolás Maduro. Venezuela está bajo ataque, como lo ha estado
durante los últimos 14 años desde el inicio de la Revolución Bolivariana y el
rescate de la soberanía, independencia y dignidad del país. No hay que olvidar
que Venezuela tiene las más grandes reservas petroleras del mundo. Los
poderosos intereses que desean controlar esos ricos recursos no pararán hasta
lograr su objetivo.
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