23
noviembre 2013, Rebelión http://www.rebelion.org (Mexico)
Jueza de Nueva York dicta máxima
condena posible para el joven hacker por revelar espionaje ilegal contra
activistas de Ocupar Wall Street.
Jeremy Hammond: militante social y hacktivista
"Ir a la cárcel, morir por la
causa... o vivir sometido" -dice Jeremy Hammond, esposado y escoltado por
un guardiacárcel, al finalizar la entrevista con la cineasta Vivien Lesnik
Weisman [1] . La
última opción -vivir sometido- ha sido imposible para este activista de 28
años, cuya vida parece signada por las palabras que lleva tatuadas en el brazo:
Libertad, igualdad y anarquismo.
Se
autodefine como militante social y hackctivista (alguien que usa sus destrezas
en computación para atacar sistemas de vigilancia gubernamental y corporativa
difundiendo de manera pública y gratuita la información obtenida). Afirma que
de ninguna manera el accionar de un hacker puede reemplazar el activismo social
sino que lo complementa, como una herramienta de acción directa.
En
una conversación con el periodista Chris Hedges, quien lo visitó en la cárcel
una semana antes de que fuera dictada la condena, Jeremy Hammond se identificó
como "anarco-comunista que lucha contra la autoridad del estado
centralizado y las corporaciones explotadoras" [2] . Su
objetivo es construir "colectivos basados en la asociación libre, el
consenso, la ayuda mutua, la autosuficiencia y la armonía con el
medioambiente". Enfatizó la importancia de cortar los lazos personales con
el capitalismo y participar en "la organización de protestas masivas,
huelgas y boicot".
Considera que hackear y difundir la información
obtenida son herramientas efectivas para revelar las horribles verdades del
sistema y para resistir. Mencionó la fuerte influencia que tuvieron en su
formación las viejas luchas anarquistas de Alexander Berkman y Emma Goldman.
También se refirió a los revolucionarios afroamericanos como George Jackson,
Elaine Brown y Assata Shakur, al igual que la de miembros de Weather
Underground (movimientos radicales basados en su ciudad natal, Chicago). Contó
de sus numerosas visitas al cementerio donde se halla el Monumento a los
Mártires de Haymarket (Chicago), en honor a los cuatro anarquistas que fueron
ahorcados en 1887 y a otros que participaron en las luchas
anarco-sindicalistas.
Hammond
fue miembro del colectivo de hackers Anonymous, que en colaboración con
WikiLeaks, Rolling Stone y otros medios, reveló miles de mensajes
electrónicos de la compañía de inteligencia Strategic Forcasting (Stratfor)
-documentación conocida como "Archivos de Inteligencia Global" (Global
Inteligence Files). Los documentos revelaron el espionaje interno de
opositores, incluyendo activistas de Ocupar Wall Street; conspiración
(infructuosa) para asociar a la activista y periodista Alexa O'Brien con Al
Qaeda. Otra de las revelaciones más notorias surgidas de los correos
electrónicos de Stratfor se refería a la injerencia de EE.UU. en asuntos
internos de Venezuela.
Stratfor
y el FBI
Stratfor
es una empresa privada de inteligencia que provee datos a los servicios de
inteligencia del gobierno -al Departamento de Seguridad Nacional (Homeland
Security Department), cuerpo de Marines, Ministerio de Defensa, Pentágono- al igual
que a corporaciones como Dow Chemical y otras.
Dado
que el dato original sobre una vulnerabilidad en el sistema digital de Stratfor
fue proporcionado por un hacker informante del FBI surgieron algunas
especulaciones sobre por qué el gobierno "sacrificó" a Stratfor.
Algunas de las suposiciones dicen que fue una trampa para Julian Assange
-esperando que el fundador de WikiLeaks dejara huellas de su supuesta
participación.
Empresas
privadas de inteligencia, que hacen espionaje usando herramientas tecnológicas
y que trabajan como contratistas privados para el Departamento de Homeland
Security, como Stratfor, actúan sin control gubernamental, sostienen Hammond y
otros hacktivistas. Por ello la escogieron como blanco de ataque cibernético
para exponer las actividades ilegales de espionaje.
Hammond
y su defensores han cuestionado seriamente el rol del FBI en el juicio. Por una
parte, la vigilancia ilegal contra organizaciones de protesta social, como el
movimiento "Ocupar". Por otra parte, el rol crucial que tuvo el
hacker informante del FBI, Héctor Monsegur alias Sabu, quien proporcionó los
datos de Stratfor al igual que los nombres de numerosos sitios web de gobiernos
extranjeros identificados como vulnerables a ataques cibernéticos. Hammond
mencionó sitios gubernamentales de Brasil, Irán y Turquía, antes de que la
jueza Loretta Preska ordenara eliminar los nombres de los países del registro
oficial. Hammond, gracias a sus habilidades excepcionales como hacker penetró
los sitios web, obtuvo códigos y acceso -mientras el FBI a través del
informante Sabu monitoreaba dichos sitios. Remarcó que tanto las actividades
como los archivos del gobierno de EE.UU. deberían ser investigados.
Juicio
en Nueva York: jueza y conflicto de intereses
A
pesar de que Hammond proviene de Chicago, ciudad donde vivía cuando hackeó a la
empresa Stratfor, de Texas, las autoridades federales decidieron que la
investigación y el juicio se realizaran en el estado de Nueva York. El pretexto
fue que el hacker -informante del FBI, Sabu, guardó datos obtenidos por Hammond
en un servidor en Nueva York. La verdadera razón parece ser que Nueva York es
el centro de guerra cibernética más poderoso del gobierno.
The
National Lawyers Guild (Asociación Nacional de Abogados) solicitó que la jueza
Loretta Preska se excusara en el juicio de Hammond por conflicto de intereses.
Los datos de una cuenta de correo electrónico del marido de Preska, Thomas
Kavaler, abogado de la firma legal Cahill Gordon & Reindel figuraban entre
los datos revelados por Hammond. La jueza se negó a excusarse del caso, y su
comportamiento no dejó dudas de la razón: dictó la máxima condena posible
contra el joven hacker, además de imponerle severísimas medidas para cuando
salga en libertad, tres años de vigilancia, prohibición de usar criptografía o
un alias; la policía podrá inspeccionar su computadora, su persona y su hogar
sin necesidad de una orden judicial. Le prohibió "cualquier contacto con
sitios electrónicos u organizaciones de desobediencia civil". Durante el
proceso, que se extendió 20 meses y que Hammond pasó encarcelado en el
Metropolitan Correctional Center de Nueva York, la jueza ignoró los documentos
probatorios de que el gobierno y la firma de inteligencia Stratfor conspiraron
para vincular a grupos opositores, no-violentos como Ocupar Wall Street con Al
Qaeda, para así poder enjuiciar a disidentes internos pacifistas como
"terroristas".
Jeremy
Hammond: fuente periodística para medios de todo el mundo
En
vísperas de la sentencia, un grupo de editores y periodistas de medios de
diversos países -con una audiencia combinada estimada en 500 millones- le
enviaron una carta a la Jueza Preska pidiéndole clemencia para el joven
activista. En ella dicen que sus medios difundieron la información
proporcionada por Jeremy Hammond sobre ilegalidades cometidas tanto por
corporaciones como por autoridades gubernamentales en más de 15 países. Afirman
que en cientos de artículos -escritos en base a los documentos revelados por
Hammond- quedó demostrado el comportamiento corrupto y antiético de una
variedad de organizaciones y empresas, como la firma Stratfor y sus clientes.
Enfatiza que Jeremy Hammond actuó movido por el afán de transparencia -sin
ningún tipo de beneficio personal. Luego, menciona que los co-acusados -por
las mismas infracciones- en Irlanda no serán enjuiciados. Y los enjuiciados en
Gran Bretaña recibieron condenas máximas de 16 meses de cárcel. Recalca el
compromiso del joven activista Hammond y el valor de sus revelaciones,
considerándolo una fuente periodística, que debería estar protegida por los
derechos constitucionales de la prensa.
Firman
la carta, entre otros, Julian Assange (Editor de WikiLeaks), Pedro
Miguel (Editor Internacional de La Jornada), Carlos Enrique Bayo
(Director de Público), Aissa García (Directora de Telesur,
México), Jean-Marc Mananch (Le Monde), Stefania Maurizi (periodista de L'Espresso),
Jamal Ghosn (Editor de Al Akhbar/Inglés), Ernesto Tiffenberg (Editor
Ejecutivo de Página 12). [3]
La
jueza Preska de la Corte del Distrito Sur de Nueva York desestimó los alegatos
en defensa de la libertad de prensa y de la protección de las fuentes
periodísticas. Dictaminó una condena de diez años de cárcel, la máxima posible
para alguien que se ha declarado culpable de un cargo de infracción al Acta de
Fraude y Abuso (en el uso) de Computadora (CFAA, según sus siglas en inglés)
por acceder al sitio de la compañía Stratfor. Al leer la sentencia, Preska
desestimó el alegato de la defensa de que Hammond había actuado con fines de
justicia social. Para la jueza, Jeremy Hammond quería causar "caos
total", usando como prueba palabras empleadas a menudo -no solo por
Hammond sino por muchos- en el medio cibernético.
J.
Hammond: "¿cuándo responderá el gobierno por los delitos que
cometió?"
Breve
resumen de la declaración leída por Jeremy Hammond antes de que se anunciara la
sentencia que lo condenó a 10 años de cárcel:
"He
hackeado sitios gubernamentales y de corporaciones con una clara comprensión de
que estaba actuando fuera de la ley, y que mis acciones podrían costarme la
cárcel. Pero creí que tenía la obligación de usar mis conocimientos para
oponerme a la injusticia y exponer la verdad. [...] Confrontamos una estructura
de poder que no respeta ni siquiera su propio sistema de control, ni qué hablar
de los derechos de los ciudadanos ni de la comunidad internacional. [...]
[En
referencia a un arresto previo] Fui arrestado por el FBI por hackear el
sistema digital de un grupo belicista de derecha, llamado Warrior Protest...
Aunque ni una sola tarjeta de crédito del banco de datos de dicho grupo haya
sido difundida ni usada por mí ni por nadie, fui sentenciado a dos años de
cárcel [...] Cuando me liberaron, estaba ansioso por continuar la lucha por una
mejor sociedad. Con el tiempo, me sentí frustrado por las limitaciones de la
protesta pacífica [...] El gobierno de Obama continuó con las guerras de Irak y
Afganistán, incrementó el uso de drones, y no cerró la prisión de Guantánamo
[...]
"Grupos
como WikiLeaks y Anonymous... me acercaron al hacktivismo [...] en
particular, el heroico accionar de Chelsea Manning, quien expuso las
atrocidades cometidas por las fuerzas armadas de EE.UU. en Irak y Afganistán.
Corrió un riesgo personal enorme al revelar la información -por creer que el
público tiene el derecho de saber. [...] Pensé que la mejor manera de demostrar
solidaridad era continuar el trabajo de exponer la corrupción y oponerse a
ella.
"Me
acerqué a Anonymous porque creo en la acción directa, descentralizada y
autónoma. Anonymous realizaba acciones de respaldo a las insurgencias de la
primavera árabe, contra la censura y en defensa de WikiLeaks. Aporté mis
destrezas técnicas y contribuí en la elaboración de ideas y objetivos. Fue una
época apasionante: el nacimiento de un movimiento digital de disenso, un
momento en que se delinearon significados y alcances del hacktivismo.
"Me
sentía muy entusiasmado con el movimiento Ocupar y su lucha contra las
injusticias del capitalismo y del racismo. Pero en pocos meses, los movimientos
"Ocupar" llegaron a su fin, acosados por las redadas policiales, los
arrestos masivos de activistas que fueron expulsados de los parques públicos.
La represión de Anonymous y del movimiento Ocupar marcaron el tono para el
accionar del grupo Anti-Seguridad en los meses siguientes - la mayoría de
nuestros ataques cibernéticos contra la policía fueron en respuesta a los
arrestos de camaradas.
"Decidí
atacar los sistemas digitales de la policía por el racismo y la desigualdad con
la que se aplica la ley. Me enfoqué en sitios de productores y distribuidores
de equipo policial y militar porque lucran con las armas usadas para imponer
los intereses político-económicos de EE.UU. en el extranjero y reprimir a la
gente dentro de nuestro país. Obtuve información de firmas de seguridad porque
trabajan en secreto por los intereses del gobierno y de las corporaciones a
costa de los derechos de los ciudadanos, persiguiendo y desacreditando a
activistas, periodistas y otros que buscan la verdad, y difundiendo información
falsa.
"Nunca
había escuchado hablar de Stratfor hasta que el hacker Sabu [informante del
FBI] me dio el nombre de la firma. [...] Tardé más de una semana en romper
las vallas de seguridad para ganar acceso al sistema interno de Stratfor [...]
Sabu, que participó de todos los pasos de la operación, ofreció un servidor
-proporcionado y monitoreado por el FBI. Posteriormente, se transfirieron los
e-mails, se usaron las tarjetas de crédito para hacer donaciones a
organizaciones, y los sistemas de Stratfor fueron destruidos. Todavía sigue
siendo un misterio la razón por la cual el FBI nos presentó al hacker que
descubrió la vulnerabilidad inicial, y permitió que la operación de hackeo
continuara.
"Como
resultado del hackeo a Stratfor, ahora conocemos algunos de los peligros de la
industria de inteligencia privada que actúa sin regulaciones. Se reveló a
través de WikiLeaks y otros medios que Stratfor mantenía una red internacional
de informantes que hacían actividades de espionaje intrusivas y probablemente
ilegales en beneficios de grandes corporaciones multinacionales.
"El
gobierno celebra mi condena y encarcelamiento deseando que esto sea el punto
final de la historia. Asumo la responsabilidad de mis acciones declarándome
culpable pero, ¿cuándo responderá el gobierno por los delitos que ha
cometido?" [4]
La pregunta de Hammond resuena en
Nueva York y en el mundo a pesar de la mordaza que lo intenta silenciar.
Notas:
[3] Texto completo en
inglés: http://wikileaks.org/IMG/pdf/Hammond_Support_Letter_from_World_Media.pdf
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