28 junio 2013, Pátria Latina http://www.patrialatina.com.br
(Brasil)
La Revolución bolivariana sus
logros vienen ganando reconocimiento internacional.
El más reciente es el de la FAO,
organización de la ONU, que consolida a Venezuela en la vanguardia mundial
cumpliendo los Objetivos de Desarrollo del Milenio, particularmente en la
erradicación de la pobreza y el hambre.
Ese reconocimiento, y otros de parte de importantes gobiernos, incluida la Santa Sede,
implica una derrota política para la oposición.Ese reconocimiento, y otros de parte de importantes gobiernos, incluida la Santa Sede,
Una de sus opciones, la proclamación de Capriles como presidente electo y la constitución de un gobierno paralelo, está derrotada. Ahora deberán decidir si participan o no en las elecciones municipales. Si participan, reconocen al CNE, si no, se declaran fuera de la ley.
Han perdido la iniciativa política, se las arrebató el presidente Maduro afirmándose como líder político. ¿Se irán definitivamente por el camino de la desestabilización golpista o esperarán las elecciones parlamentarias de 2015 o el referendo revocatorio de 2016? En la lucha política con el pueblo es difícil derrotar al proceso bolivariano.
La lucha contra la corrupción, la ineficiencia burocrática, la solución de los problemas de la economía, son serios desafíos.
Uno de ellos, la inflación y la escasez,requiere una revolución de la producción y del consumo. Sin esa revolución nuestra existencia como Estado soberano está en peligro, pues nuestro patrón de consumo es el que ha impuesto el imperio caracterizado por el derroche de riquezas naturales, del trabajo humano y el carácter clasista pues está determinado por quienes concentran los ingresos.
Sin otra producción y otro consumo el incremento del ingreso de los pobres conduce a la escasezy habrá hambre cuando hay pan para todos, pues la FAO sostiene que hoy es posible alimentar a 12 mil millones de personas y en el mundo somos 7 mil millones.
Esta revolución del consumo implica el golpe de timón y en especial el espíritu, la cultura comunal recordando la anécdota del cochino y el chigüire, como bases del proceso bolivariano que vaya construyendo “un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general”.
julio.escalona99@yahoo.com
Nueva York
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