22 julio 2013, La Jornada http://www.jornada.unam.mx (México)
Hoy, en
Río de Janeiro, el papa Francisco inicia un viaje de siete días por su América
Latina natal, en lo que constituye su primera gira fuera de Roma desde que fue
nombrado pontífice, en marzo pasado, en remplazo de Benedicto XVI, quien abdicó.
La circunstancia ha generado grandes expectativas, pues representa la
oportunidad perfecta para que Francisco presente de manera integral su
perspectiva sobre el futuro de la Iglesia católica. Más concretamente, se
espera que el ex arzobispo de Buenos Aires dé a conocer los lineamientos
generales de un viraje de obvia necesidad en las actitudes tradicionales del
Vaticano ante numerosos temas.
Hasta
ahora, el Papa apenas ha esbozado algunos deslindes con respecto a las posturas
de Roma ante un mundo profundamente desigual, injusto y corrupto; ante las
luchas de emancipación de pueblos, mujeres y minorías, y ante las convicciones
de libertad y secularidad
de las sociedades contemporáneas. Particularmente
claro ha sido el mensaje de Jorge Mario Bergoglio contra la frivolidad y el
lujo habituales en las altas esferas del catolicismo y su prédica de
austeridad. Asimismo, el actual pontífice ha señalado la improcedencia moral de
tolerar la miseria y las inequidades características del modelo neoliberal
imperante, hasta el punto de llamar a tales fenómenos las heridas actuales de
Jesús.
Una
consideración ineludible es que, de seguir por ese rumbo de pensamiento,
Francisco terminaría, más temprano que tarde, por confluir con la Teología de
la Liberación, ferozmente perseguida por sus dos predecesores inmediatos en el
trono de Pedro –Juan Pablo II y Benedicto XVI–, lo que marcaría un viraje
histórico en el seno de la Iglesia en materia de pastoral social.
También
parece probable que el Papa formule un mensaje realmente eucuménico que permita
superar las confrontaciones causadas con otros cultos, cristianos y no
cristianos, por Joseph Ratzinger, quien, al igual que su antecesor Karol
Wojtyla, tenía un pensamiento integrista y casi medieval, y veía en el
catolicismo romano la única vía legítima de salvación.
Nenhum comentário:
Postar um comentário