Cochabamba (Bolivia), 18 sep (Tomado por la ABI del New York Times).- Los noticiarios vespertinos hablan de un país al borde de la balcanización. La Paz y Sucre discuten cuál ciudad debería ser la capital. En el oriente, Santa Cruz clama por la autonomía.
El Prefecto de esta región, que abarca a esta bulliciosa ciudad, se ha apresurado a pedir la renuncia del Presidente. Evo Morales juega pelota frontón, similar al racquetball, y es amado por los bolivianos.
Partidarios de Evo Morales aguardaron su llegada a un mitin en Cochabamba, Bolivia, el pueblo donde aparecía por primera vez en el escenario político.
Solamente el Sr. Morales, el primer indígena presidente de Bolivia desde la conquista española casi cinco siglos atrás, sabe una cosa o dos sobre el descontento, habiendo organizado por años las protestas como el jefe de los cocaleros, o cultivadores de coca del país, que resisten los esfuerzos estadounidenses de erradicar sus cultivos de coca.
"Entre a mi oficina", dice el Sr. Morales, en el inicio de una entrevista a las 05.45 a.m. un día viernes. Abre la puerta a una habitación austera en un viejo edificio, aquí, el cual aloja a la Federación del Trópico, que representa a los cultivadores de la hoja de coca del trópico central de Bolivia.
Es en Cochabamba, donde también posee una modesta casa y desde allí dirige los asuntos presidenciales de ese despacho.
Los hábitos de trabajo del Sr. Morales, motivados por la costumbre del cultivador de coca de levantarse antes del amanecer, no han cambiado desde que se convirtió en Presidente el 2006.
Los vehículos de la caravana de automóviles del presidente están parados cerca al cordón de acera. Un BMW, uno de tres que usa en toda Bolivia, está estacionado cerca, es pues su jet privado.
Pese a todas las preocupaciones que el radicalismo del Sr. Morales podría crear, como la agitación económica y política en Bolivia, la realidad de su período de Gobierno es que el país está relativamente estable. Las divisiones sociales y la pobreza se quedan arraigadas, pero el Sr. Morales ha sorprendido a muchos, incluyendo a algunos del sector empresarial, con su gran fortaleza.
Al momento de ser consultado sobre los problemas de Bolivia, él respondió con la precisión de un economista.
"Uno de los debates más feroces en mi gabinete es si debemos gastar parte de nuestras reservas extranjeras", dice, explicando cómo habían aumentado estas reservas en más del doble, desde que asumió sus funciones en enero del 2006, a aproximadamente 4 mil millones de dólares. Moviendo la cabeza en negativa a la economía ortodoxa él dice: "No quiero hacerlo, por ahora."
Bolivia se queda como el país más pobre de Sudamérica, con aproximadamente 60 por ciento de la población, de 9.1 millones, atascado en la pobreza, haciendo los debates acerca de ello cruciales. Aunque los resultados de las políticas del Sr. Morales -en particular la nacionalización de la industria del petróleo el año pasado - han sorprendido incluso a los más escépticos.
Temida por ser una medida radical, la nacionalización es en realidad una renegociación de los términos con las compañías extranjeras de energía que se han quedado en Bolivia, atraídas por las abundantes reservas de gas natural del país.
Los ingresos por el aceite y el gas natural subieron del por ciento en 2005 al 13.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2006, de acuerdo con el Centro para la Investigación de Política Económica de Washington. (Center for Economic and Policy Reaserch in Washington).
Ese crecimiento ha colocado a Bolivia en su posición económica más envidiable en años, con el crecimiento aproximado de 4 por ciento esperado este año. Los economistas también notan que la coca está levantando la economía de Bolivia, con la escalada del tráfico al vecino Brasil.
Con un toque de ironía, las clases altas urbanas, de las cuales muchos de sus miembros critican abiertamente al Sr. Morales, se están beneficiando con la recién descubierta estabilidad y la vitalidad económica.
Con un cocalero en el poder, los activistas cocaleros no volvieron a bloquear más la carretera principal de Santa Cruz, permitiendo a las exportaciones provinciales alcanzar mercados importantes. De forma semejante, los sectores de la zona Sur de La Paz están prosperando, pues los constructores se precipitan cubrir la demanda de edificios con departamentos cómodos y caros.
Aquí en Cochabamba, por ejemplo, un nuevo Cineplex de 6 millones dólares, que parece arrancado de la California suburbana, muestra como los inversionistas están vertiendo dinero en nuevos proyectos.
Un largometraje previsto a ser puesto en la pantalla grande en todo el país el mes próximo es "Evo Pueblo", en cual el director Tonchi Antezana retrata los orígenes del Sr. Morales en el pueblo indígena aymara de Orinoca.
La historia llevada a la ficción muestra los tiempos del presidente Morales en las fábricas de ladrillo y cómo tocó la trompeta en bandas locales - y su radicalismo como líder de los cocaleros.
La película refleja una fascinación en Bolivia por el Sr. Morales, que nunca se gradúa de la escuela secundaria y se queda como un soltero de 47 años.
En los mítines, las multitudes sostienen carteles celebrando informes acerca de que el Sr. Morales es mencionado como un posible receptor del Premio Noble de la Paz.
Dos periodistas, Darwin Pinto y Roberto Navía, han causado una sensación con una biografía no autorizada denominada "Alguien llamado Evo", que recuenta las aventuras amorosas del presidente y su ascensión al poder.
En el frente político de oposición, los críticos dicen que el Sr. Morales se está inclinando al autoritarismo, con un trato verbal áspero en referencia a los adversarios y una propuesta hecha por sus partidarios de ser re-electo indefinidamente.
Además de algunas políticas que parecen erráticas e inspiradas por el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, como las medidas llevadas a cabo este mes de establecer lazos diplomáticos con Irán, al mismo tiempo de anunciar los requisitos de visas de ingreso para los turistas estadounidenses.
"Chávez tiene la visión de la creación de una Gran Patria Latinoamericana, una visión que yo comparto", dice el presidente Morales al defender la ayuda venezolana, mientras critica la ayuda extranjera que viene condicionada con medidas como la erradicación de coca.
El jefe de la Federación del Trópico se mantiene cuando dice que regresará a cultivar la hoja de coca una vez que su mandato presidencial termine.
Por ahora, el presidente Morales, vestido con pantalones vaqueros y zapatillas de tenis, parece estar a gusto después de conseguir los índices de aprobación más altos que cualquier presidente en la memoria reciente.
Ahuyenta a consejeros y guardaespaldas, prefiriendo dirigir la entrevista a solas. Bromea sobre los esfuerzos de mejorar sus movimientos en frontón, similar a la raqueta un deporte que es muy apreciado por los bolivianos.
"Estamos creando otra manera de hacer Gobierno, pero no ha sido fácil", dice el Presidente en español sin pausas y cuidadosamente, cuando el sol se alza sobre Cochabamba. "Los desafíos parecen presentarse todos los días", añade.
Se irrita por las críticas de la elite blanca de Bolivia. Incluso como Presidente, dice, todavía sufría de la discriminación, señalando desaires e insultos del círculo empresarial de Santa Cruz, el bastión de la oposición a su Gobierno.
"Pensaba que llegando al palacio presidencial podía terminar la discriminación", dice, recordando cómo su madre fue impedida de entrar a la plaza de Oruro cuando el Presidente era todavía un adolescente que crecía en esa ciudad.
"Me doy cuenta que ahora la descolonización de nuestra sociedad tomará más de lo esperado", termina acertando el presidente Morales.
(Traducido por David Foronda L.)
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