14 octubre 2014, Cuba Debate Círculo de Periodistas Cubanos contra
el Terrorismo http://www.cubadebate.cu (Cuba)
Ayer, domingo 12 de octubre, por la
mañana, la edición dominical en Internet del The New York Times —órgano de prensa que en
determinadas circunstancias traza pautas sobre la línea política más
conveniente a los intereses de su país—, publicó un artículo que tituló “Tiempo
de Acabar el Embargo a Cuba”; con opiniones de lo que a su juicio, debe seguir
el país.
Hay momentos en que tales artículos son suscritos por
algún prestigioso periodista, como alguien a quien tuve el privilegio de
conocer personalmente en los primeros días de nuestra lucha en la Sierra
Maestra con los restos de una fuerza que había sido casi totalmente eliminada
por la aviación y el ejército de Batista. Éramos entonces bastante inexpertos; ni siquiera
concebíamos que dar esa impresión de fortaleza a la prensa constituía algo que
pudiera merecer una crítica.
No era así como pensaba
aquel valiente corresponsal de guerra con una historia que le dio nombre en los
tiempos difíciles de la lucha contra el fascismo: Herbert Matthews.
Nuestra supuesta
capacidad de lucha en febrero de 1957 era un poco menor, pero más que
suficiente para desgastar y derrotar al régimen.
Carlos Rafael
Rodríguez, dirigente del Partido Socialista Popular, fue testigo de lo que,
después de la Batalla del Jigüe ―en que una unidad completa de tropas selectas
fue obligada a capitular tras 10 días de combate, expresé sobre mi temor de que
las fuerzas del régimen fueran a rendirse en julio de 1958, cuando sus tropas
élites se retiraban precipitadamente de la Sierra Maestra, a pesar de estar
entrenadas y asesoradas por los vecinos del norte. Habíamos encontrado la forma
adecuada para derrotarlas.
Era ineludible
extenderme un poco en este punto si deseaba explicar el ánimo con que leí el
mencionado artículo del periódico norteamericano el pasado domingo. Citaré sus
partes esenciales que irán entre comillas:
“…el Presidente Obama debe sentir angustia al contemplar el lamentable
estado de las relaciones bilaterales que su administración ha intentado reparar.
Sería sensato que el líder estadounidense reflexione seriamente sobre Cuba,
donde un giro de política podría representar un gran triunfo para su gobierno.
“Por primera vez en más
de medio siglo, cambios en la opinión pública estadounidense y una serie de
reformas en Cuba, han hecho que sea políticamente viable reanudar relaciones
diplomáticas y acabar con un embargo insensato. El régimen de los Castro ha
usado dicho embargo para excusar sus fallas y ha mantenido a su pueblo bastante
aislado del resto del mundo. Obama debe aprovechar la oportunidad para darle
fin a una larga era de enemistad, y ayudar a un pueblo que ha sufrido
enormemente desde que Washington cortó relaciones diplomáticas en 1961, dos
años después de que Fidel Castro llegó al poder.”
“…el deplorable estado
de su economía ha obligado a Cuba a implementar reformas. El proceso se ha
vuelto más urgente a raíz de la crisis financiera en Venezuela, dado que
Caracas le proporciona petróleo subsidiado. Con el temor de que Venezuela tenga
que recortar su ayuda, líderes en la isla han tomado pasos importantes para
liberalizar y diversificar una economía que históricamente ha tenido controles
rígidos.”
“…el gobierno cubano ha
comenzado a permitir que sus ciudadanos se empleen en el sector privado y que
vendan propiedades como automóviles y casas. En marzo, la Asamblea Nacional de
Cuba pasó una ley con el fin de atraer inversión extranjera. (…) En abril,
diplomáticos cubanos comenzaron a negociar los términos de un tratado de
cooperación que esperan firmar con la Unión Europea. Han asistido a las
primeras reuniones preparados, ansiosos y conscientes de que los europeos van a
pedir mayores reformas y libertades ciudadanas.
“El gobierno
autoritario sigue acosando disidentes, quienes frecuentemente son detenidos por
períodos cortos. La Habana no ha explicado la sospechosa muerte del activista
político Oswaldo Payá.”
Como puede apreciarse
una acusación calumniosa y gratuita.
“El año pasado se
flexibilizaron las restricciones de viaje para los cubanos, lo cual permitió
que disidentes prominentes viajaran al exterior. En la actualidad, existe un
ambiente de mayor tolerancia para aquellos que critican a sus líderes en la
isla, pero muchos aún temen las repercusiones de hablar francamente y exigir
mayores derechos.
“El proceso de las
reformas ha sido lento y ha habido reveses. Pero en conjunto, estos cambios
demuestran que Cuba se está preparando para una era post-embargo. El gobierno
afirma que reanudaría con gusto las relaciones diplomáticas con Estados Unidos
sin condiciones previas.
“Como primer paso, la
Casa Blanca debe retirar a Cuba de la lista que mantiene el Departamento de
Estado para penalizar países que respaldan grupos terroristas. Actualmente, las
únicas otras naciones en la lista son Sudán, Irán y Siria. Cuba fue incluida en
1982 por su apoyo a movimientos rebeldes en América Latina, aunque ese tipo de
vínculos ya no existen. Actualmente, el gobierno estadounidense reconoce que La
Habana está jugando un papel constructivo en el proceso de paz de Colombia,
sirviendo de anfitrión para los diálogos entre el gobierno colombiano y líderes
de la guerrilla.
“Las sanciones por
parte de Estados Unidos a la isla comenzaron en 1961 con el objetivo de
expulsar a Fidel Castro del poder. A través de los años, varios líderes
estadounidenses han concluido que el embargo ha sido un fracaso. A pesar de
eso, cualquier iniciativa para eliminarlo ha traído consigo el riesgo de
enfurecer a miembros del exilio cubano, un grupo electoral que ha sido decisivo
en los comicios nacionales. (…) la generación de cubanos que defienden el
embargo está desapareciendo. Miembros de las nuevas generaciones tienen
distintos puntos de vista, y muchos sienten que el embargo ha sido
contraproducente para fomentar un cambio político. Según una reciente encuesta,
el 52 por ciento de norteamericanos de origen cubano en Miami piensan que se
debe terminar el embargo. Una amplia mayoría quiere que los países vuelvan a
tener relaciones diplomáticas, una posición que comparte el electorado
norteamericano en general.
“Cuba y Estados Unidos
tienen sedes diplomáticas en sus capitales, conocidas como secciones de
interés, que desempeñan las funciones de una embajada. Sin embargo, los
diplomáticos estadounidenses tienen pocas oportunidades de salir de la capital
para interactuar con el pueblo cubano y su acceso a los dirigentes de la isla
es muy limitado.
“En 2009, la
administración Obama tomó una serie de pasos importantes para flexibilizar el
embargo, facilitando el envío de remesas a la isla y autorizando a un mayor
número de cubanos radicados en Estados Unidos a viajar a la isla. También creó
planes que permitirían ampliar el acceso a telefonía celular e internet en la
isla. Aún así, sería posible hacer más. Por ejemplo, se podría eliminar los
límites a las remesas, autorizar mecanismos de inversión en las nuevas
microempresas cubanas y expandir las oportunidades para norteamericanos que
deseen viajar a la isla.
“Washington podría
hacer más para respaldar a las empresas norteamericanas que tienen interés en desarrollar
el sector de telecomunicaciones en Cuba. Pocas se han atrevido por temor a las
posibles repercusiones legales y políticas.
“De no hacerlo, Estados
Unidos estaría cediendo el mercado cubano a sus rivales. Los presidentes de
China y Rusia viajaron a Cuba en julio con miras a ampliar vínculos.
“El nivel y envergadura
de la relación podría crecer significativamente, dándole a Washington más
herramientas para respaldar reformas democráticas. Es factible que ayude a
frenar una nueva ola migratoria de cubanos desesperanzados que están viajando a
Estados Unidos en balsas.
“Una relación más
saludable podría ayudar a resolver el caso de Alan Gross, un experto en
desarrollo que lleva casi cinco años detenido en la isla. Más aún, crearía
nuevas oportunidades para fortalecer la sociedad civil, con lo cual
gradualmente se disminuiría el control que ejerce el estado sobre la vida de
los cubanos. Si bien la Casa Blanca puede tomar ciertos pasos unilateralmente,
desmantelar el embargo requeriría una acción legislativa en Washington”.
“… varios líderes del
hemisferio se reunirán en Ciudad de Panamá con motivo de la séptima Cumbre de
las Américas. Varios gobiernos de América Latina insistieron en invitar a Cuba,
rompiendo así con la tradición de excluir a la isla por exigencia de
Washington.
“Dada la cantidad de
crisis a nivel mundial, es posible que la Casa Blanca considere que darle un
giro sustancial a su política respecto a Cuba no es una prioridad. Sin embargo,
un acercamiento con la isla más poblada del Caribe que incentive el desbloqueo
del potencial de los ciudadanos de una de las sociedades más educadas del
hemisferio, podría representar un importante legado para la administración.
También ayudaría a mejorar las relaciones de Estados Unidos con varios países
de América Latina y a impulsar iniciativas regionales que han sufrido como
consecuencia del antagonismo entre Washington y La Habana.”
“…a raíz de la
invitación a Cuba a la cumbre, la Casa Blanca no ha confirmado si Obama
asistirá.
“Tiene que hacerlo. Sería
importante que hiciera presencia y lo considerara como una oportunidad para desencadenar
un logro histórico.”
¡¡¡¡Una de las
sociedades más educadas del hemisferio!!!! Eso sí que es un reconocimiento.
Pero, por qué no lo dice de una vez, que en nada se parece a la que nos legó
Harry S. Truman cuando su aliado y gran saqueador del tesoro público Fulgencio
Batista asaltó el poder el 10 de marzo de 1952, a solo 50 días de las
elecciones generales. Aquello no podrá olvidarse nunca.
El artículo está
escrito, como puede apreciarse, con gran habilidad, buscando el mayor beneficio
para la política norteamericana en la compleja situación, cuando los problemas
políticos, económicos, financieros y comerciales se acrecientan. A ello se
suman los derivados del cambio climático acelerado; la competencia comercial;
la velocidad, precisión y poder destructivo de armas que amenazan la
supervivencia de la humanidad. Lo que hoy se escribe tiene una connotación muy
diferente de lo que divulgaban hace solo 40 años cuando nuestro planeta se veía
ya obligado a albergar y abastecer de agua y alimentos al equivalente de la
mitad de la población mundial actual. Esto sin mencionar la lucha contra el
Ébola que amenaza la salud de millones de personas.
Añádase que dentro de
unos días la comunidad mundial expondrá ante Naciones Unidas si está de acuerdo
o no con el bloqueo a Cuba.
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