31
marzo 2013, Rebelión http://www.rebelion.org (Mexico)
Entrevista a Gertrude Mongella, la
que fuera la primera presidenta del Parlamento Panafricano
La
Marea
Está a escasos 14 kilómetros de
nuestras fronteras, sin embargo África sigue siendo, en muchas ocasiones, el
continente invisible. Pero la llamada Mamá Beijing desde la IV
Conferencia de la Mujer en Pekín en 1995 pasea su orgullo africano por todo el
mundo tratando de dar a conocer la realidad de su tierra. Gertrude Mongella
(Tanzania, 1945) asegura que se tiene una imagen de África muy desvirtuada: “se
nos ve como un lugar oscuro y somos un contiene que genera riqueza y que
lucha”.
La que fue primera presidenta del
Parlamento Panafricano, premio Martin Luther King y premio Delta de
Entendimiento Global, asegura que las mujeres “del continente de la esperanza”
son “especialmente fuertes”. El pasado 16 de marzo acudió al III Encuentro con Mujeres que Trasnforman el Mundo
en Segovia, donde participó en un coloquio sobre género y etnias con la periodista
Montserrat Domínguez.
¿Qué hace diferente a África del
resto de continentes?
Una historia muy complicada. Los
africanos hemos vivido la esclavitud, la colonización y hemos luchado por la
liberación de nuestro continente. Somos un pueblo fuerte, especialmente las
mujeres, y eso nos hace diferentes. La próxima revolución será en África,
porque allí tenemos los recursos y los estamos protegiendo. Sólo nos faltan los
recursos humanos y dejar de depender de China y Occidente. Debemos estar
preparados para explotar nuestros recursos y gestionarlos, así se dará la
revolución.
¿Qué papel debe tener la mujer
en esa revolución?
Debe dirigirla, y para ello debe
estar formada y educada. Por eso es tan importante acabar con la brecha que
todavía existe entre mujeres y hombres en la educación. En la escuela primaria
de la mayoría de los países ya hay casi la mitad de niñas que van a la escuela,
pero cuando se trata de la educación superior el número de mujeres es menor en
comparación con el de hombres.
Y respecto a la política…
El número de mujeres políticas está
creciendo más rápido incluso que en Europa, porque las mujeres africanas están
muy concienciadas sobre la deliberación del continente, y por lo tanto la
cultura política es parte de su vida. Y ahora, en algunos países, más de la
mitad del Parlamento está representado por mujeres, por ejemplo en Ruanda,
donde son el 56%. Ellas tomaron el desafío de reconstruir la sociedad tras el
genocidio de 1994. Las mujeres tenemos cualidades inimaginables, una amiga mía rusa
siempre dice que las mujeres somos como hojas de té, que para ver su fuerza
tiene que ponerse en agua caliente. Así sacamos todo su color.
¿Qué cualidades debe tener una
mujer para llegar a dirigir el Parlamento Panafricano?
Inteligencia, gran experiencia
política y educación. Personalmente, creo que se está viviendo una
transformación y el hecho de estar implicada en política me hace sentir
orgullosa de ser parte de ello. [Ella lleva 40 años en política, siendo en su
país ministra de Asuntos de la Mujer, ministra de Recursos Naturales y Turismo
y ministra de la Presidencia, entre otros cargos].
¿Es usted partidaria de mantener
cuotas en el poder en busca de la paridad?
Sí, mientras que no sea una
realidad. Sigue siendo una cuestión cultural. Cuando la sociedad cambie, se
deshará naturalmente, pero ahora la necesitamos. Es una estrategia, una llave
de poder.
¿Pesa la tradición en la lucha
feminista africana?
Sin duda. Es uno de los mayores
problemas. Por ejemplo, cuando se trata de la herencia y la propiedad de la
tierra, los hombres todavía tienen el poder en la familia de poseer la
propiedad y de heredar la propiedad. En muchos países se están cambiando las
leyes para asegurar que las mujeres tengan los mismos derechos a la herencia,
incluyendo mi país. Y al mismo tiempo tenemos una ley para proteger a las
mujeres contra el abuso sexual y, por ejemplo, ahora en mi país violación se
castiga con 30 años de prisión.
¿Cómo afectó la Conferencia de
Pekín a África?
Produjo un cambio en la mentalidad.
Tuvo un impacto muy importante en las mujeres africanas, incrementó la
conciencia y forzó algunos cambios legales. En mi país, Tanzania, se cambió las
leyes de la tierra, se revisó la legislación para que una mujer pudiese heredar
posesiones.
¿Es el analfabetismo una
herramienta para someter a las mujeres?
Sin duda, la educación no es sólo
la manera de dominar a las mujeres, sino también la forma en que las mujeres
bien educadas pueden dominar a los hombres y las mujeres sin educación. Es un
factor de poder. El que obtiene el conocimiento, domina. El mundo se mueve
rápido y la información y la tecnología son necesarios hasta para coger un
avión. En eso se está convirtiendo la educación ahora. Ya no sólo es la
educación tradicional, se debe tener un nuevo conocimiento científico sobre las
tecnologías de la información, todo. Por lo tanto, debe cambiar rápidamente la
educación que las mujeres reciben porque es la educación lo que nos ayudará a
vivir en el mundo moderno.
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