24 septiembre
2015 Rebelión http://www.rebelion.org (México)
Traducido
para Rebelión por Silvia Arana
Hugo Chávez siempre consideró a la Revolución Bolivariana como un
proceso continuo, en dos sentidos:
1) la revolución contemporánea era una continuación de la lucha
histórica por la liberación nacional liderada por Simón Bolívar a principios
del siglo XIX;
2) la revolución política nacional iniciada con su elección en 1998
debía, por necesidad, avanzar hacia una transformación socialista.
Chávez comprendía que el poder político involucraba algo más que ganar
elecciones y entrar al palacio presidencial; el objetivo político estratégico
era la transformación del estado neocolonial para avanzar en la revolución de
liberación nacional, que en Venezuela significaba crear una nación
independiente. En un Estado petrolero, liberación
nacional significaba tomar el
control total de la industria petrolera y redistribuir los ingresos entre la
mayoría de los trabajadores. Para Chávez la
revolución nacionalista era un paso
necesario para avanzar hacia la revolución socialista. Para Chávez, la nacionalización
de las industrias estratégicas era un paso hacia la socialización de la
economía -la descentralización del control que pasó a manos de los consejos
comunales. Para Chávez, o la revolución avanzaba de lo político y económico
hacia una transformación social, cultural y ética o la revolución se
estancaría, se revertiría y sería derrotada.
Ante cada crisis de peso -el golpe de Estado de 2002, el paro patronal
de 2003, el referéndum de 2004, la década de amenazas militares y sabotajes
desde Washington y Bogotá- Chávez respondió con la radicalización de la
revolución, movilizando las masas e internacionalizando la revolución.
Ante cada punto de la confrontación de clases, Chávez jamás retrocedió;
en lugar de transigir con la burguesía, intensificó los esfuerzos para elevar
el nivel de conciencia nacional y socialista de las masas.
Chávez libró la lucha en dos frentes:
1) contra el enemigo externo -el imperialismo estadounidense, el Estado
terrorista colombiano y la clase capitalista venezolana;
2) contra el enemigo interno, aquellos líderes y funcionarios del Estado
bolivariano y del PSUV que formaban parte del legado rentista y estaban
involucrados en la corrupción, que abusaban del poder y no respondían a las
demandas populares. Chávez declaró la guerra contra la burocracia y contra la
conciliación con la burguesía.
Chávez pensaba que la capacidad de resistencia frente a los
"enemigos externos" dependía de los movimientos de masa organizados y
concientes. Chávez detestaba a los líderes burocráticos, incompetentes y
corruptos que querían impedir el avance de la revolución. Esos funcionarios
intentan paralizar el avance del poder popular, marginalizar los consejos
comunales, concentrar el poder en manos de la élite burocrática para negociar
un acuerdo con el imperialismo y la burguesía nacional que deje intactos las
instituciones básicas y los privilegios de la sociedad capitalista.
El legado político esencial de Chávez es la noción de que la relación
dialéctica entre enemigos externos e internos de la revolución continua exige la profundización del nivel de
conciencia espiritual, cultural y político a través de la radicalización de la
lucha de clases y de la acción audaz de las masas.
Enfrentado al sabotaje capitalista de la economía, Chávez declaró la
necesidad de nacionalizar todas las industrias principales. Enfrentado a las
maniobras financieras fraudulentas del sector privado y de funcionarios
públicos, Chávez exigió la socialización del sistema bancario.
Enfrentado al bloqueo imperial, Chávez buscó nuevos aliados
internacionales: profundizó los lazos con nacionalistas de América Latina, el
mundo islámico, Rusia y China.
Hoy, Venezuela enfrenta su mayor crisis desde la elección de Chávez. El
presidente Maduro tiene dos opciones: seguir el camino trazado por Chávez, el
camino de la revolución continua; o elegir el camino de la reconciliación, la
capitulación y la derrota.
Chávez identificó los cinco objetivos históricos interrelacionados del
pueblo venezolano en el camino hacia la revolución. Estableció el marco
nacional, colocó al socialismo en la agenda inmediata, promovió la unidad de
América del Sur, participó en la creación de un mundo multipolar y llevó a
primer plano el tema del cambio climático.
Los avances del presidente Chávez están en peligro mortal hoy frente a
los ataques de los enemigos internos y externos. Durante los próximos meses, la
continuación y concreción de los objetivos históricos de Chávez está en manos
de los sectores de avanzada de las masas revolucionarias.
Nenhum comentário:
Postar um comentário