16 septiembre 2015, ADITAL
Las Farc
La Habana, Cuba, sede de los Diálogos de Paz
Hemos anunciado al
país nuestro optimismo por sacar adelante los diálogos de paz. Creemos
firmemente en el exitoso desarrollo de la Mesa de Conversaciones y en la
posibilidad cierta de un Acuerdo Final. Pero esta visión no nos puede llevar a
ser ajenos a realidades que dificultan la transición a una Colombia en paz y
con justicia social.
Hace solo días
[10/09], paramilitares recluidos en la cárcel ERON Picota atentaron contra la
vida de integrantes del Colectivo de Prisioneros de las FARC-EP. Nuestros
camaradas se defendieron rápida y audazmente logrando salvaguardarse.
Durante esta misma
semana, nuestros frentes guerrilleros en Antioquia y Chocó reportaron numerosa
presencia paramilitar en nuevas áreas rurales y en caseríos, aprovechando el
cese unilateral de fuegos de las FARC-EP con la complicidad abierta de las
Fuerzas Militares. En Dabeiba el ejército
desocupó la base militar de Tascón,
en el Cañón de La Llorona, vía al mar, para que fuera ocupada por los
paramilitares.
A esto hay que
sumarle la campaña de guerra sucia contra la izquierda y los movimientos de
oposición. Es el caso, por ejemplo, de la Unión Patriótica, cuyo candidato a la
alcaldía de Los Palmitos, Sucre, Hugo Sánchez, fue víctima de un intento de
homicidio por parte de paramilitares que se mueven a sus anchas por toda la
región, sin que medie persecución estatal alguna.
Esta colectividad ha
resultado también afectada por las detenciones de carácter político, en donde
prima la estigmatización sobre la verdad. Así, el candidato al concejo de
Barrancabermeja, Juan López Bautista, y el candidato a la alcaldía de Guapi,
Marino Grueso, se encuentran hoy tras las rejas.
Los señalamientos
cubren a todo el campo popular, incluyendo a movimientos políticos de reciente
creación, como el Congreso de los Pueblos y la Marcha Patriótica, que cuentan
ya con más de un centenar de militantes asesinados y cerca de seiscientos de
sus integrantes en prisión.
Así mismo persisten
amenazas contra activistas humanitarios y dirigentes sindicales. En lo que va
de 2015, han sido asesinados 69 defensores de derechos humanos. Y ayer, en
inmediaciones de Envigado, fue encontrado el cuerpo sin vida de Juliana León,
joven hija de Hildebrando, dirigente nacional de la UNEB.
Ante estos hechos,
solo encontramos en los principales medios de comunicación y en los voceros
gubernamentales un silencio preocupante. En estas condiciones seguiremos
insistiendo en que es imposible la concreción de una paz estable y duradera
mientras persistan el paramilitarismo y la guerra sucia.
Los anteriores hechos
ponen de manifiesto la continuidad de una estrategia de guerra sucia contra las
organizaciones sociales, de derechos humanos y movimientos políticos de
oposición y alternativos. La construcción de la
paz solo será posible si el establecimiento desarrolla una estrategia efectiva
dirigida al desmonte del paramilitarismo y aplica una política integral de
respeto de los derechos humanos.
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