Fuente: Wikipedia, el 4 de
septiembre 2015
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Los crímenes
de guerra japoneses se
refieren a aquellos crímenes ocurridos durante el período
de expansionismo japonés, principalmente durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa y la Segunda Guerra Mundial. También se utilizan los términos Holocausto asiático2 o atrocidades de guerra
japonesas3 4 para referirse a estos hechos. Algunos crímenes de guerra fueron cometidos
por personal militar del Imperio del Japón a fines del siglo XIX, aunque la mayor parte tuvo lugar
durante la primera parte de la Era Shōwa, período que designa al
reinado del emperador Hirohito hasta la derrota militar del Imperio japonés en agosto de 1945.
De manera oficial, historiadores y gobiernos de varios
países han considerado al personal militar del Imperio del Japón, es decir, al Ejército Imperial Japonés y a la Armada Imperial Japonesa, como los responsables de las matanzas y otros crímenes
cometidos contra varios millones de civiles y prisioneros de guerra en el curso de la primera
mitad del siglo XX.5 6 7 8 9
Índice
Definiciones
Los crímenes de guerra han sido definidos en la Carta de Londres como «violaciones de las leyes o costumbres de guerra, incluyendo crímenes
contra civiles enemigos y combatientes enemigos».11 El personal militar del Imperio de Japón ha sido acusado o condenado por
cometer muchos de tales actos durante el periodo del imperialismo japonés desde
finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Han sido acusados de llevar
a cabo una serie de abusos contra los derechos
humanos de civiles y prisioneros de guerra a lo largo del Sureste Asiático y la región occidental del océano Pacífico. Estos eventos alcanzaron su punto cumbre durante la Segunda Guerra Sino-japonesa de 1937–1945 y las
campañas asiáticas y del Pacífico de la Segunda Guerra
Mundial (1941-1945).
Derecho internacional y ley japonesa
Si bien el Imperio de Japón no era signatario de las Convenciones de Ginebra que habían provisto la
definición estándar de crímenes de guerras a partir de 1864, los crímenes
cometidos se englobaban dentro de otros aspectos del Derecho internacional y la
legislación japonesa. Por ejemplo, muchos de los presuntos crímenes cometidos
por personal japonés durante la Segunda Guerra Mundial infringían la ley militar y no fueron objeto de una corte marcial, como era requerido por ley.12 Asimismo, el Imperio violó tratados internacionales firmados por Japón,
incluyendo las provisiones de las Conferencias de la Haya de 1899 y 1907, tales como la prohibición
del uso de armas químicas y la protección de prisioneros de guerra.13
El gobierno japonés también firmó el Pacto Briand-Kellogg (1929), de tal modo que las acciones
cometidas entre 1937y 1945 eran imputables en los cargos de crímenes contra la paz,14 un cargo que fue introducido en el Tribunal Penal Militar
Internacional para el Lejano Oriente para procesar a los criminales de guerra de "clase A". Los
criminales de guerra de "clase B" fueron aquellos encontrados
culpables de crímenes de guerra per
se, mientras que los criminales de guerra de "clase C" fueron
aquellos declarados culpables de crímenes contra la humanidad. El gobierno japonés también aceptó los términos puestos
por la Declaración de Potsdam (1945) al final de la guerra,
incluyendo la provisión en el artículo 10 de castigo a «todos los criminales de
guerra, incluyendo a aquellos que han infligido crueldad sobre nuestros
prisioneros».
El Tribunal Penal Militar
Internacional para el Lejano Oriente no procesó los supuestos crímenes de guerra que involucraban a oficiales de
rango medio o personal de rango inferior. Aquellos fueron tratados por separado
en otras ciudades a lo largo de la región del Asia-Pacífico. En este mismo
sentido, la ley japonesa no define a aquellos condenados en los juicios posteriores
a 1945 como criminales, a pesar del hecho de que los gobiernos de Japón han
aceptado los juicios llevados a cabo en los tribunales y en el Tratado de San Francisco (1952), en el cual no se menciona la
validez legal del tribunal. El ex primer ministro Shinzō Abe ha abogado por la posición de que Japón aceptó el Tribunal de Tokio y sus
juicios como una condición para el fin de la guerra, pero que sus veredictos no
tienen relación con la legislación interna. De acuerdo a esta perspectiva,
aquellos condenados por crímenes de guerra en dicho tribunal no son criminales
bajo la ley japonesa.15
Alcance histórico y geográfico
Fuera de Japón, diferentes sociedades utilizan periodos
de referencia distintos para los crímenes de guerra japoneses. Así, la ocupación japonesa de Corea que fue impuesta en 1910 por los militares japoneses y fue seguida por la privación de libertades
civiles y la explotación del pueblo coreano. Por este motivo, algunos coreanos
se refieren a los "crímenes de guerra japoneses" como eventos que
ocurrieron durante el periodo de 1910 (o antes) a 1945.16
En contraste, los Aliados occidentales no entraron en conflicto con Japón hasta 1941, de forma que los habitantes
deAmérica del Norte, Australasia, el Sureste Asiático y Europa pueden considerar los "crímenes de guerra japoneses" como eventos
que tuvieron lugar entre 1941 y 1945.17
Los crímenes de guerra japoneses no fueron siempre
llevados a cabo por personal de etnia japonesa. Una pequeña minoría de personal en todo país asiático y del Pacífico
invadido u ocupado por Japón colaboraron con los militares japoneses, o incluso sirvieron en las fuerzas armadas
japonesas, por una amplia variedad de razones, tales como privación económica,
coerción o antipatía hacia otras potencias imperialistas.18
La soberanía del Imperio de Japón sobre Corea y Formosa (Taiwán) en la primera mitad del siglo XX fue reconocida por acuerdos
internacionales —el Tratado de Shimonoseki (1895) y el Tratado de anexión Japón-Corea (1910)— y fueron considerados en la época
partes integrantes del Imperio del Japón; sin embargo, la legalidad de estos
tratados está en cuestionamiento.16
Antecedentes
(FOTO: Dos oficiales japoneses, Toshiaki Mukai y Tsuyoshi Noda compitiendo
para ver quién mataba (con una espada) primero a cien personas. El titular en
negritas dice: "'Récord increíble' (en la Competencia para matar a 100
personas —Mukai 106 – 105 Noda— Ambos Tenientes van a los extras".)
Cultura militar e imperialismo japonés
La cultura militar, especialmente durante la fase de expansionismo japonés tuvo gran importancia en la
conducta de los militares japoneses antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Siglos atrás, los guerreros medievales samurái del Japón habían aprendido a obedecer sin cuestionamientos a susseñores, así como a ser valientes en combate.
Tras la Restauración Meiji y el colapso del Shogunato Tokugawa, elEmperador de Japón se convirtió en el centro de
la lealtad militar. Durante la denominada "Edad del Imperio" a fines
del siglo XIX, Japón siguió el camino de las otras potencias mundiales para
desarrollar un imperio, persiguiendo este objetivo de manera agresiva. Como las
otras potencias imperiales, la cultura popular japonesa se volvió
crecientementejingoísta hacia el final del siglo XIX y principios del siglo XX. El ascenso del nacionalismo japonés se debe en parte a la adopción
del Sintoísmo como la religión de Estado desde 1890, incluyendo su
incorporación en el sistema educativo. El sintoísmo sostenía que el Emperador era un ser divino debido a que se le consideraba un descendiente de la
diosa delSol, Amaterasu. Esto permitió justificar la
exigencia de obediencia incondicional al emperador y a sus representantes.
La victoria obtenida por el Japón en la Primera Guerra Sino-japonesa (1894-1895) significó su ascenso al rango de potencia militar mundial. A
diferencia de otras grandes potencias, Japón no firmó las Convenciones de Ginebra que estipulaba el tratamiento
humanitario a los civiles y prisioneros de guerra hasta después de la Segunda
Guerra Mundial (1939 - 1945); sin embargo, una proclamación imperial de (1894)
establecía que los soldados debían hacer todos los esfuerzos por ganar la
guerra sin violar el derecho internacional. Según el historiador Yuki Tanaka, las tropas japoneses
liberaron a 1790 prisioneros chinos sin sufrir daño durante la Primera Guerra
Sino-Japonesa, una vez que firmaron un acuerdo de no tomar las armas nuevamente
contra Japón.19 Después de la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905), todos los
79.367 prisioneros del Imperio ruso fueron liberados y se les pagó por el trabajo realizado, de acuerdo a la
Convención de La Haya.20 De manera similar, el comportamiento de los militares japoneses en la Primera Guerra Mundial (1914 - 1918) fue, por lo
menos, tan humanitario como el de las fuerzas militares de otros países.
Los eventos de los años 1930 y 1940
Para fines de los años treinta, el ascenso del militarismo
en Japón creó al menos similitudes superficiales entre la amplia cultura
militar japonesa y aquella del personal militar de élite de la Alemania nazi, tales como los miembros de
la SS. Japón también tuvo una policía secreta militar conocida como el Kempeitai, parecido a la Gestapo nazi en el rol desempeñado al anexar y ocupar países.
Como en otras dictaduras, la brutalidad irracional, el odio y
el miedo se convirtieron en lugares comunes. Los errores percibidos como
fracaso o una devoción insuficiente hacia el Emperador traían como consecuencia
castigos, frecuentemente, de tipo físico. En el ejército, los oficiales
agredían y golpeaban a los hombres bajo su mando, quienes harían lo mismo a los
de menor rango y así hasta los escalones inferiores de la jerarquía. En los
campos de prisioneros de guerra, esto tenía como resultado que los prisioneros,
situados en lo más bajo del escalafón, recibieran las peores palizas de todos.21
Los crímenes
(FOTO: Aitape, Nueva Guinea, 1943. Un soldado australiano, sargento Leonard Siffleet, a punto de ser decapitado con una Katana. Muchos prisioneros
de guerraaliados fueron ejecutados por las fuerzas japonesas
durante laGuerra del Pacífico (1937-1945). El verdugo Yasuno
Chikao, más tarde capturado y sentenciado a la horca, conmutó su sentencia por
diez años de prisión.22)
Debido a la gran escala de sufrimiento causada por el
ejército japonés durante las décadas de 1930 y 1940, es a menudo comparada con
aquella ocasionada por el ejército de la Alemania Nazi entre 1933 y 1945. Mucha de la controversia sobre el rol de Japón en la
Segunda Guerra Mundial gira en torno a las tasas de mortalidad de los
prisioneros de guerra y civiles durante la ocupación japonesa. El historiador Chalmers Johnson ha escrito que:
...tratar de establecer cuál de los dos
agresores del Eje, Alemania o Japón, fue el más brutal hacia
los pueblos que persiguió no tendría sentido. Los alemanes mataron a
6 millones de judíos y 20 millones de rusos [sic, por soviéticos];
los japoneses masacraron a 30 millones de filipinos, malayos, vietnamitas, camboyanos, indonesios y birmanos y, al menos, a 23 millones de etnia
china. Ambas naciones saquearon los países que conquistaron a una escala
monumental, aunque Japón robó más durante un periodo más largo que los nazis.
Ambos
conquistadores esclavizaron a millones y los explotaron como mano de obra
forzada —y, en el caso de los japoneses, comoesclavas sexuales para las tropas en la línea de combate. En el
caso de ser prisionero de guerra de los nazis procedente del Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelandia o Canadá (pero no Rusia), se enfrentaban a una tasa de
mortalidad del 4%; [en comparación] la tasa de mortalidad para los prisioneros
de guerra aliados detenidos por los japoneses era de casi el 30%.23
De acuerdo a los descubrimientos del Tribunal de Tokio, la tasa de mortalidad entre
los prisioneros de guerra de los países asiáticos mantenidos por Japón era del
27,1%.24 La tasa de mortalidad de los prisioneros de guerra chinos era mucho mayor
debido a que las restricciones que mandaba el derecho internacional sobre el
tratamiento de estos prisioneros fueron removidas por una directiva del
emperador Hirohito, ratificada el 5 de agosto de 1937.25 Solo 56 prisioneros de guerra chinos fueron liberados después de la rendición de Japón.26
Los soldados aliados en el Pacífico y Asia fueron objeto de la misma "crueldad e indiferencia desalmada por las
normas civilizadas" cuando los soldados japoneses, según el historiador
Jeff Kingston, refiriéndose al tratamiento de los prisioneros de guerra, entre
otros temas.27 Kingston cita a los documentalistas Jonathan Lewis y Ben Steele, que
afirmaron que "la impresión de la guerra como una historia simple de
salvajismo japonés ha sido erosionado por la creciente cantidad de evidencia de
la brutalidad de parte de los aliados. El tema aquí no es cuál de los dos lados
fue peor que el otro, sino que tenían más en común de lo que se había pensado
en todo momento..."28
Asesinatos en masa
(FOTO: Soldados japoneses ejecutando a prisioneros sijes que tienen los
ojos vendados. Esta fotografía se encontró cuando los británicos entraron en Singapur.)
Rudolph Joseph Rummel, profesor de ciencia política
en la Universidad de Hawai, sostiene que entre 1937 y 1945, el ejército japonés
asesinó entre 3 y más de 10 millones de personas, más probablemente a 6
millones de chinos, indonesios, coreanos, filipinos e indochinos, entre otros, incluyendo prisioneros
de guerra occidentales. Este democidio se debió a la bancarrota política y a la estrategia
militar, la conveniencia y costumbre militar y a la cultura nacional."29Según Rummel, solo en China entre 1937 y 1945, aproximadamente 3,9 millones de chinos fueron
asesinados, en su mayoría civiles, como resultado directo de las operaciones
japonesas y 10,2 millones en el curso de la guerra.30
El incidente más infausto durante este periodo fue la Masacre de Nankín de 1937-1938, cuando el
ejército japonés masacró a 200.000 civiles y prisioneros de guerra, según el Tribunal Penal Militar
Internacional para el Lejano Oriente, aunque el número aceptado se encuentra en centenas de
miles.31 Un crimen similar fue la Masacre de Changjiao (30.000 asesinados entre el 9 y el 12 de mayo de 1943). En el Sureste Asiático, la Masacre de Manila, en Filipinas, tuvo como
resultado 100.000 civiles muertos; mientras que en la Massacre Sook Ching fueron masacrados entre 25 y 50 mil chinos en Singapur. Hubo otras masacres de civiles, como
por ejemplo la masacre de Kalagong.
El historiador Mitsuyoshi Himeta sostiene que la Sanko Sakusen —una estrategia de tierra quemada usada por las fuerzas japonesas en China entre 1942 y 1945, y sancionada
por el propio Hirohito— fue responsable por sí misma de la
muerte de "más de 2,7 millones de civiles chinos". Además, el
personal aliado capturado fue masacrado en varios incidentes, tales como la
Masacre de Laha, la masacre de la isla de Banka, la masacre de Palawan, la
masacre perpetrada por el submarino japonés I-8, etc.
Experimentos en humanos y armas biológicas
Unidades militares japonesas especiales realizaron
experimentos en civiles y prisioneros de guerra en China. Una de las más
infaustas fue el Escuadrón 731. Las víctimas eran objeto de vivisección sin anestesia, amputaciones y fueron usadas para probar armas biológicas, entre otros experimentos. No
se utilizaba anestesia porque se consideraba que afectaría los resultados. A
algunas víctimas se les inyectó sangre animal en sus cuerpos.
Para determinar el tratamiento en caso
de congelación, los prisioneros fueron llevados a la intemperie bajo un clima helado
y expuestos sin vestimenta, periódicamente eran empapados con agua hasta que
estuvieran completamente congelados. Luego, se les amputaba el antebrazo; el
médico repetía el proceso con el resto del brazo. Luego de que todo el brazo
había sido amputado, los médicos se centraban en las piernas hasta que solo
quedaran la cabeza y el torso. Entonces, la víctima era usada para experimentos
que involucraban infecciones con peste bubónica y otros patógenos32
Los experimentos llevados a cabo solo por el Escuadrón
731 ocasionaron 3.000 muertes. Además, "decenas de miles, y quizás hasta
200.000, chinos murieron de peste bubónica, cólera, carbunco y otras enfermedades...", como resultado del uso de armas biológicas.33
Uno de los casos más notorios de experimentación en
humanos ocurrió en el mismo Japón. Al menos 9 de los 12 miembros de la
tripulación de un bombardero B-29 de la Fuerza Aérea del Ejército de los
Estados Unidossobrevivieron a un choque en Kyushu el 5 de mayo de 1945 (esta tripulación estaba comandada por el teniente
Marvin Watkins del Grupo 29 de Bombarderos del 6º Escuadrón de Bombarderos).34 El comandante del bombardero fue enviado a Tokio para ser interrogado,
mientras que los otros supervivientes fueron ltrasladados al departamento deAnatomía de la Universidad de Kyushu en Fukuoka, donde fueron objeto de vivisecciones
y asesinados.35
El 11 de marzo de 1948, 30 personas, incluyendo a varios
médicos fueron llevados a juicio por el Tribunal aliado de crímenes de guerra.
Se desestimaron los cargos de canibalismo, pero 23 personas fueron halladas
culpables de vivisección o de extracción ilegal de partes del cuerpo. Cinco
personas fueron sentenciadas a muerte, cuatro a cadena perpetua y
el resto a períodos más cortos de prisión. En 1950, el gobernador militar de
Japón, el general Douglas MacArthur, conmutó todas las sentencias
a muerte y redujo significativamente la mayoría de las penas de cárcel. Todos
aquellos convictos en relación a la vivisección en la Universidad de Kyushu
fueron liberados en 1958. La liberación y la reducción de las penas de estos
convictos fue el resultado de un trato entre Japón y Estados Unidos, pues el
ejército estadounidense estaba interesado en la investigación documentada por
los japoneses para su propio programa de armas biológicas.
En 2006, el ex oficial médico de la Armada Imperial Japonesa Akira Makino sostuvo que
recibió órdenes —como parte de su entrenamiento— de llevar a cabo la
vivisección de alrededor de 30 prisioneros civiles en Filipinas entre diciembre
de 1944 y febrero de 1945.36 La cirugía incluía amputaciones.37
Uso de armas químicas
Según los historiadores Yoshiaki Yoshimi y Seiya Matsuno,
el Emperador Hirohito autorizó por medio de órdenes específicas (rinsanmei)
el uso de armas químicas en China.38 Por ejemplo, durante la Batalla de Wuhan de agosto a octubre de 1938, el Emperador autorizó el uso de gas tóxico en
375 ocasiones diferentes, a pesar del artículo 23 de las Conferencias de la Haya de 1899 y 1907,13 del artículo V del Tratado relativo al uso de submarinos y gases nocivos en
la guerra39 y de una resolución adoptada por la Sociedad de Naciones el 14 de mayo que condenaba el
uso de gas venenoso por parte de Japón.
En 2004, Yoshimi y Yuki Tanaka descubrieron en los
Archivos Nacionales de Australia documentos que muestran que el ácido cianhídrico o cianuro de hidrógeno fue
probado en prisioneros australianos y holandeses en noviembre de 1944 en las islas Kai (Indonesia).40
Hambrunas evitables
Las muertes causadas por la desviación de recursos a los
ejércitos japoneses en los países ocupados son también vistos como crímenes de
guerra por muchas personas. Millones de civiles en el Sureste Asiático —especialmente en Vietnamy en las Indias Orientales Neerlandesas (Indonesia), ambos fueron países con una importante producción de arroz— murieron durante una hambruna que pudo ser evitada entre 1944 y 1945.41
Tortura de prisioneros de guerra
(FOTO: Prisioneros de guerra australianos y holandeses en Tarsau,
Tailandia, en 1943.)
También se ha reportado que las fuerzas imperiales
japonesas utilizaron ampliamente la tortura en prisioneros, usualmente en un
esfuerzo por conseguir información militar rápidamente.42 Los prisioneros torturados eran, a menudo, ejecutados más tarde. Un ex
oficial del Ejército japonés que sirvió en China, Uno Shintaro sostuvo:
El principal significado de recolectar
inteligencia era extraer información interrogando a prisioneros. La tortura fue
una necesidad inevitable. El asesinato y el enterramiento de los cuerpos eran
la secuelas naturales. Se hacía así para que no fuera descubierto. Creía y
actuaba de esta manera debido a que estaba convencido de lo que estaba
haciendo. Llevamos a cabo nuestro deber según fuimos instruidos por nuestros
superiores. Lo hicimos por el bien de nuestro país, por nuestra obligación
filial hacia nuestros ancestros. En el campo de batalla, nunca consideramos realmente a los chinos
como humanos. Cuando se está ganando, los perdedores parecen verdaderamente
miserables. Concluimos que el pueblo yamato [i.e., japoneses] era superior.43
Canibalismo
Muchos informes escritos y testimonios recolectados por
la Sección australiana de crímenes de guerra del Tribunal de Tokio e investigados
por el fiscal William Webb (el futuro juez en jefe) indicaban que el personal
japonés en muchas partes de Asia y el Pacífico cometió actos de canibalismo contra los prisioneros de guerra aliados. En muchos casos, esto estuvo
inspirado por los ataques siempre crecientes de los aliados a las líneas de
suministro japonesas y a la muerte y la enfermedad del personal japonés como
resultado del hambre; sin embargo, según el historiador Yuki Tanaka: "el
canibalismo era a menudo una actividad sistemática conducida por escuadrones
enteros y bajo la dirección de oficiales".44
Esta actividad frecuentemente involucraba el asesinato
con el propósito de asegurar los cuerpos; por ejemplo, un prisionero de guerra
de La India, Havildar Changdi Ram, testificó que:
[el 12 de noviembre de 1944] el Kempeitai decapitó a un piloto [aliado]. Yo vi esta escena desde atrás de un árbol y
observé a algunos de los japoneses cortando carne de sus brazos, piernas,
caderas, nalgas y llevársela hacia sus cuarteles... Ellos la cortaron en
pequeñas piezas y la frieron.45
En algunos casos, la carne era cortada de personas con
vida: otro prisionero indio, Lance
Naik Hatam Ali (más tarde
ciudadano de Pakistán), testificó que en Nueva Guinea:
los japoneses empezaron a seleccionar
prisioneros y todos los días uno era llevado fuera, asesinado y comido por los
soldados. Personalmente, vi que esto ocurría y alrededor de 100 prisioneros
fueron comidos en el mismo lugar por los japoneses. El resto fuimos trasladados
a otro lugar a 80 kilómetros (50 mi) de distancia, donde 10
prisioneros sucumbieron a las enfermedades. Allí, los japoneses nuevamente
empezaron a seleccionar prisioneros para comérselos. Los escogidos eran
llevados a una choza donde se separaba la carne de sus cuerpos mientras estaban
vivos y, luego, eran tirados a una fosa donde más tarde morían.46
Quizás el oficial de más alto rango condenado por
canibalismo fue el Teniente General Yoshio Tachibana, quien con 11 otros
japoneses fue juzgado en relación con la ejecución de los pilotos
estadounidenses y el canibalismo de, al menos, uno de ellos, en agosto de 1944,
en Chichi Jima, en las Islas Ogasawara. Fueron decapitados por
órdenes de Tachibana. Como ni el derecho internacional ni el militar se ocupan
específicamente del canibalismo, fueron juzgados por asesinato e
"impedimento de un entierro honorable". Tachibana fue sentenciado a
muerte.47
Trabajo forzado
El uso de mano de obra forzada de civiles asiáticos y
prisioneros de guerra por parte del ejército japonés causó también muchas
muertes. Según un estudio conjunto de historiadores que incluyó a Zhifen Ju,
Mitsuyoshi Himeta, Toru Kubo y Mark Peattie, más de 10 millones de civiles
chinos fueron movilizados por el Kōa-in (Junta de desarrollo japonés en Asia) para realizar trabajo forzado.48 Más de 100.000 civiles y prisioneros de guerra murieron en la construcción del ferrocarril que unía Birmania con Siam.49
La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos estima
que en Java, entre 4 y 10 millones de romusha (término japonés para trabajador
manual) fueron forzados a trabajar por el ejército japonés.50 Alrededor de 270.000 de estos trabajadores de Java fueron enviados a otras
áreas ocupadas por japoneses en el Sureste Asiático. Solo 52.000 fueron
repatriados a Java, lo que significaría que hubo una tasa de mortalidad del
80%.
Según el historiador Akira Fujiwara, el emperador Hirohito personalmente ratificó la decisión de eliminar las restricciones del
derecho internacional (Conferencias de la Haya de 1899 y 1907) para el tratamiento de
prisioneros de guerra chinos en la directiva del 5 de agosto de 1937. Esta
notificación también aconsejó a los oficiales dejar de usar el término
"prisioneros de guerra".51 La Convención de Ginebra exonera a los prisioneros de guerra de rango sargento o mayor del trabajo manual y estipula que los prisioneros que realicen
algún trabajo deben ser provistos con raciones extra y otros insumos
esenciales; sin embargo, Japón no era signatario de la Convención de Ginebra en
esa época y las fuerzas japonesas no siguieron esta Convención.
Mujeres de confort
Los términos "mujeres de confort (en japonés, 慰安婦) o "mujeres de confort
militar" (en japonés, 従軍慰安婦) fueron un eufemismo utilizado para referirse a las mujeres en los burdeles militares japoneses en países ocupados, muchas de las cuales fueron
reclutadas por la fuerza o por engaño y se encontraron a sí mismas siendo
objeto de agresión sexual oesclavitud sexual.52
En 1992, el historiador Yoshiaki Yoshimi publicó un
trabajo basado en su investigación en archivos del Instituto Nacional de
Estudios de Defensa en Japón. Yoshimi sostiene que existió una relación directa
entre las instituciones imperiales, tales como la Kôa-in y las "estaciones de
confort". Cuando los descubrimientos de Yoshimi fueron publicados en los
medios noticiosos japoneses el 12 de enero de 1993, causaron gran sensación y
forzaron al gobierno, representado por el Jefe del Gabinete Kato Koichi, a
reconocer algunos de los hechos ese mismo día. El 17 de enero de ese año, el
primer ministro Kiichi Miyazawa presentó disculpas formales por el sufrimiento de las víctimas, durante un
viaje a Corea del Sur. El 6 de julio y el 4 de
agosto de 1993, el gobierno japonés publicó dos declaraciones por las cuales
reconocía que "las estaciones de confort fueron la respuesta a la
peticiónde los militares de ese entonces... El ejército japonés estuvo, directa
e indirectamente, involucrado en el establecimiento y el manejo de las
estaciones de confort y en el traslado de las mujeres de confort" y que
éstas eran "reclutadas en muchos casos contra su voluntad, a través de la
persuasión y la coerción".53
La controversia fue reiniciada el 1 de marzo de 2007,
cuando el primer ministro de Japón Shinzō Abe insinuó que un comité de la Cámara de Representantes de los
Estados Unidos llamaría al gobierno japonés para
"reconocer y disculparse por" el papel del Ejército Imperial Japonés durante la guerra con respecto
a la esclavitud sexual. Sin embargo, Abe negó que esto aplicara a las
estaciones de confort, pues afirmó que "no existe evidencia que pruebe que
hubo coerción ni nada que lo apoye".54 Los comentarios de Abe provocaron reacciones negativas fuera de Japón. Por
ejemplo, un editorial del New York Times del 6 de marzo de 2007 sostuvo:
Estos no fueron burdeles comerciales. La
fuerza, explícita e implícita, fue usada en el reclutamiento de estas mujeres.
Lo que le sucedió a ellas fue una violación en serie, no prostitución. La
implicación del Ejército japonés está documentada en los propios archivos de
defensa del gobierno. Un oficial de alto rango en Tokio más o menos se disculpó
por este crimen horrendo en 1993... Ayer, reconoció la pseudo disculpa de 1993,
pero solo como parte de una declaración preventiva con la cual su gobierno
rechazaría el pedido, ahora pendiente en el Congreso de los Estados Unidos,
para una disculpa oficial. Los Estados Unidos no son el único país interesado
en ver que Japón acepte tardíamente una responsabilidad completa. Corea y China
también están furiosos por años de evasivas japonesas sobre el tema.55
...las mujeres gritaban, pero no nos
importaba si las mujeres vivían o morían. Eramos los soldados del Emperador. En
burdeles militares o en aldeas, violábamos sin renuencia.56
El 7 de abril de 2007, Yoshimi y otro historiador,
Hirofumi Hayashi, anunciaron el descubrimiento en los archivos del Tribunal de Tokio, documentos oficiales que
sugieren que las fuerzas imperiales, tales como la Tokeitai (policía secreta naval), coercionaban directamente a mujeres para trabajar
en burdeles en la línea de batalla en China, Indochina e Indonesia. Estos
documentos fueron hechos públicos inicialmente en el juicio por crímenes de
guerra. En uno de ellos, un Teniente es citado al confesar haber organizado un
burdel y haberlo usado él mismo. Otro fuente menciona que miembros del Tokeitai arrestaban mujeres en las calles y,
tras realizarles exámenes médicos obligados, las ponían en burdeles.57
El 12 de mayo de 2007, el periodista Taichiro Kaijimura
anunció el descubrimiento de 30 documentos del gobierno holandés presentados en
el Tribunal de Tokio, como evidencia de un incidente de prostitución forzada
masiva en 1944 en Magelang.58 En otros casos, algunas víctimas procedentes de Timor Oriental testificaron que fueron forzadas cuando no tenían edad suficiente para
empezar a menstruar y fueron repetidamente violadas por soldados japoneses.59
Una "mujer de confort" holandesa-indonesia, Jan
Ruff-O'Hearn (ahora residente en Australia), que dio evidencia al comité de los
Estados Unidos, dijo que el gobierno japonés no ha tomado responsabilidad por
sus crímenes, que no quiere pagar compensación a las víctimas y que quiere
reescribir la historia.60 Ruff-O'Hearn afirmó que había sido violada "día y noche" durante
tres meses por soldados japoneses, cuando tenía 21 años de edad.
Hasta el día de hoy, solo una mujer japonesa ha publicado
su testimonio. Esto fue en 1971, cuando una ex "mujer de confort"
forzada a trabajar para soldados showa en Taiwán publicó sus memorias bajo el
seudónimo de Suzuko Shirota.61
Existen diferentes teorías sobre el lugar de origen de
las mujeres de confort. Mientras muchas fuentes sostienen que la mayoría de
mujeres provenía de Japón; otras, incluyendo a Yoshimi, argumentan que 200.000
mujeres,62 en su mayoría de Corea y China y algunos otros países como Filipinas,
Taiwán, Birmania, las Indias Orientales Holandesas, Holanda,63 y Australia,64 fueron forzadas a emprender tal actividad sexual.65
El 26 de junio de 2007, el Comité de Asuntos Exteriores
de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos entregó una resolución que
sostenía que Japón "debía reconocer, disculparse y aceptar su
responsabilidad histórica en una manera clara e inequívoca por la coerción de
sus militares hacia mujeres en esclavitud sexual durante la guerra".66El 30 de julio de 2007, la
Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó la resolución, mientras
el primer ministro de Japón Shinzō Abe sostenía que esta decisión era "lamentable".67
Saqueos
Muchos historiadores sostienen que el gobierno japonés y
personal militar individual participaron en saqueos extensos durante el periodo de 1895 a 1945.68 La propiedad robada incluía terrenos privados, así como diferentes clases
de bienes valiosos saqueados de los bancos, depósitos, templos, iglesias,
otros locales comerciales, mezquitas, museos y casas privadas.
Sterling y Peggy Seagrave, en su libro de 2003 Gold Warriors: America’s secret
recovery of Yamashita's gold, informan que fueron creados depósitos
secretos para los bienes saqueados en todo el Sureste Asiático por el ejército japonés en Filipinas durante 1942–1945.
Argumentan que el robo fue organizado a escala masiva,
bien por gángstersde la Yakuza, como Yoshio Kodama, o bien por
oficiales a la orden del emperador Hirohito, quien quería asegurar que la mayor
cantidad posible de lo procedido por este medio se remitiera al gobierno.
Asimismo, afirmaron que Hirohito designó a su hermano, el Príncipe Chichibu, para que encabezara una organización
secreta denominada Kin no yuri
(Azucena dorada) para este propósito.
Reacciones posteriores a 1945
(FOTO: El general Tomoyuki
Yamashita(segundo de la derecha) fue juzgado en Manila entre el 29 de octubre y el 7 de diciembre de1945, por una comisión
militar estadounidense, por cargos referidos a la Masacre de Manilay a episodios previos en Singapur, por lo que fue sentenciado a muerte. El
caso sentó un precedente con respecto a la responsabilidad de los comandantes
en crímenes de guerra, que es conocido como el Standard Yamashita o la
Responsabilidad del Comandante. La legitimidad del juicio precipitado ha sido
puesta en cuestión.)
Poco después del fin de la guerra, las potencias aliadas
procesaron a 25 individuos como criminales de guerra de Clase A, mientras que
5700 personas fueron acusadas como criminales de guerra Clase B o Clase C por
distintos tribunales criminales aliados. De estos, 984 fueron inicialmente
condenados a pena de muerte, 920 fueron realmente ejecutados, 475 recibieron
sentencias a cadena perpetua, 2944 recibieron penas de cárcel, 1018 fueron
absueltos y 279 no fueron sentenciados o llevados a juicio. Estas cifras
incluyen a 178 taiwaneses y a 148 coreanos.69 Los cargos de Clase A fueron juzgados por el Tribunal Penal Militar
Internacional para el Lejano Oriente, también conocido como los Juicios de Tokio. Se formaron
otras cortes en diferentes lugares en el Asia y el Pacífico.
Los Juicios de Tokio
El Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano
Oriente fue formado para juzgar a personas acusadas en el mismo Japón. Los
oficiales de alto rango que fueron procesados incluyeron a Koichi Kido y a Sadao Araki. Tres exprimeros ministros (no elegidos): Kōki Hirota, Hideki Tōjō y Kuniaki Koiso fueron declarados culpables de crímenes de guerra Clase A. Muchos líderes
militares también fueron encontrados culpables. Dos personas sentenciadas como
criminales de guerra Clase A sirvieron como ministros en los gobiernos
japoneses de la posguerra, si bien no tuvieron conexión directa con los
supuestos crímenes de guerra cometidos por las fuerzas japonesas y los
gobiernos extranjeros nunca sacaron el tema cuando fueron designados:
- Mamoru Shigemitsu fungió de ministro de Relaciones Exteriores tanto
durante la guerra como en el gobierno de posguerra de Ichirō
Hatoyama.
- Okinori Kaya fue ministro de Finanzas durante la guerra y,
después, sirvió como ministro de Justicia en el gobierno de Hayato Ikeda.
Hirohito y todos los miembros de la familia imperial implicados en la guerra, como
los príncipes Chichibu, Asaka, Takeda y Higashikuni, fueron exonerados de
procesamientos criminales por MacArthur, con la ayuda del oficial
Bonner Fellers, quien permitió que los principales sospechosos criminales
coordinaran sus historias para que se evitara que el Emperador fuera acusado.70 Muchos historiadores critican esta decisión. Según John Dower, "con
todo el apoyo de la oficina central de MacArthur, la acusación funcionó, en
efecto, como un equipo de defensa del Emperador."71Incluso activistas japoneses
que aprueban las Cartas de Nuremberg y Tokio y que han trabajado en la
documentación y publicación de las atrocidades del régimen Showa, "no
pueden defender la decisión estadounidense de exonerar al Emperador de la
responsabilidad por la guerra y, luego, en el punto álgido de la Guerra Fría,
liberar y poco después aceptar abiertamente a criminales de guerra acusados del
ala derecha, como el que sería primer ministro Nobusuke Kishi."72 Para Herbert Bix, "las medidas verdaderamente extraordinarias de
MacArthur para salvar a Hirohito de un juicio como criminal de guerra tuvieron
un impacto duradero y profundamente distorsionante en el entendimiento japonés
de la guerra perdida."73
Otros tribunales
(FOTO: 26 de octubre de 1945, Sandakan, ciudad de Sabah en Borneo
Septentrional. Durante la investigación sobre las Marchas
de la muerte de Sandakan y otros incidentes, el sargento Hosotani Naojo (a la
izquierda, sentado), un miembro de la unidad del Kempeitai en Sandakan, es
interrogado por el líder del escuadrón F. G. Birchall (segundo a la derecha) de
la Real Fuerza Aérea Australiana y por el sargento
Mamo (a la derecha), un miembro nisei del Ejército
estadounidense, traductor aliado. Naoji confesó haber disparado a dos
prisioneros de guerra australianos y a cinco civiles chinos.)
Entre 1946 y 1951, unos 5.600 japoneses fueron procesados
en más de 2.200 tribunales fuera de Japón, como por ejemplo en los Juicios sobre crímenes de guerra de
Jabárovsk.
Los jueces que presidían los tribunales procedían de Estados Unidos, China, el Reino Unido, Australia, Holanda, Francia, la Unión Soviética, Nueva Zelandia, India yFilipinas. Además, los comunistas chinos también emprendieron una serie
de juicios en contra de personal japonés. Más de 4.400 japoneses fueron
condenados y alrededor de 1000 fueron sentenciados a la pena de muerte. El
mayor juicio fue el de 93 japoneses, acusados de haber matado
extrajudicialmente a más de 300 prisioneros aliados en laMasacre de Laha (1942).
El coreano más prominente condenado fue el Teniente
General Hong Sa Ik, quien orquestó la organización de campos de prisioneros
de guerra en el Sureste Asiático. En 2006, el gobierno surcoreano indultó a 83 de los 148 criminales de guerra coreanos condenados.74
Disculpas oficiales
El gobierno japonés considera que las posiciones legales
y morales con respecto a los crímenes de guerra están separadas. Por ello, si
bien se afirma que Japón no violó leyes o tratados internacionales, los
gobiernos japoneses han reconocido oficialmente el sufrimiento que ha causado
el ejército japonés y se han emitido numerosas disculpas. Por ejemplo, el primer ministro de Japón Tomiichi Murayama sostuvo en agosto de 1995 que Japón "a través de su mandato colonial y
agresión causó un daño y sufrimiento tremendo a los pueblos de muchos países,
particularmente, aquellos de naciones asiáticas" y expresó sus
"sentimientos de profundo remordimiento" y expresó su sincera
disculpa". Asimismo, el 29 de septiembre de 1972, el primer ministro de Japón Kakuei Tanaka sostuvo que "la parte japonesa está muy consciente de la
responsabilidad por el serio daño que causó Japón en el pasado al pueblo chino
por medio de la guerra y lo reprocha profundamente."75
No obstante, las disculpas oficiales han sido ampliamente
vistas, por muchos de los sobrevivientes de tales crímenes o por las familias
de las víctimas, como inadecuadas o solamente como un intercambio simbólico. En
octubre de 2006, mientras el primer ministro Shinzō Abe expresaba una disculpa por el daño causado por el dominio colonial y la
agresión, más de 80 legisladores japoneses del partido gobernante LDP visitaron
el Santuario Yasukuni. Muchas personas ofendidas por los crímenes de guerra japoneses afirmaron
que no se había emitido ninguna disculpa por actos particulares y que el
gobierno japonés había expresado meramente "pesar" o
"remordimiento".76 El 2 de marzo de 2007, el tema salió a flote nuevamente por el primer
ministro Shinzō Abe, cuando negó que los
militares forzaron a las mujeres a una esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial. Declaró que "el hecho es que no existe evidencia
que pruebe que hubo coerción". Antes de que se manifestara, un grupo de
legisladores del Partido Democrático Liberal también procuraron revisar la
disculpa de 1993 de Yohei Kono a las ex mujeres de confort;77 78 sin embargo, esto provocó una reacción negativa de los países asiáticos y
en Occidente.
Algunos en Japón han aseverado que lo que se demanda es
que el primer ministro o el Emperador realicen una dogeza, en la cual un individuo
se arrodilla e inclina la cabeza hasta el piso —una gran forma de disculpa en
las sociedades del Sureste Asiático— que Japón no se muestra dispuesto a hacer.79 Algunos señalan el acto realizado por el Canciller de Alemania Willy Brandt, quien se arrodilló ante un monumento a las víctimas
judías del Gueto de Varsovia en 1970, como un ejemplo de un acto efectivo de disculpa y reconciliación
similar a una dogeza, aunque no todos están de acuerdo con ello.80
Citando la acción de Brandt como un ejemplo, John
Borneman, profesor asociado de Antropología en la Universidad de Cornell, sostiene que "una disculpa representa un
intercambio no material o puramente simbólico, por el cual el malhechor
voluntariamente rebaja su propio estatus como persona".81 Además, Borneman afirma que una vez que este tipo de disculpa es dada, la
parte lastimada debe perdonar y buscar la reconciliación porque si no lo hace,
la disculpa no tendría ningún efecto. La partida lastimada puede rechazar la
disculpa por varias razones, una de las cuales es impedir la reconciliación
porque "al mantener viva la memoria de la herida, se impide una afirmación
de humanidad mutua al instrumentalizar el poder grabado en el estatus de una
víctima permanente."82
Por ello, algunos argumenta que la renuencia de una
nación a aceptar los gestos conciliatorios que Japón ha hecho pueden deberse a
que la nación no piensa que Japón se ha "rebajado" lo suficiente para
otorgar una disculpa sincera. De otra parte, otros sostienen que tal nación
particular está escogiendo rechazar la reconciliación en busca de un estatus
permanente de víctima, como una manera de intentar imponer su poder sobre
Japón.83
Compensaciones
Existe una percepción extendida de que el gobierno
japonés no ha aceptado la responsabilidad legal respecto a la compensación y,
como una consecuencia directa de esta negación, ha fallado en compensar a las
víctimas individuales de las atrocidades japonesas. En particular, varias
organizaciones prominentes pro derechos humanos y derechos de la mujer insisten en que Japón todavía
tiene una responsabilidad moral y legal de compensar a las víctimas
individuales, especialmente a las esclavas sexuales enroladas por el ejército japonés en los países ocupados y que fueron
conocidas como «mujeres de confort».
Oficialmente, el gobierno japonés aceptó el requerimiento
de compensación monetarias a las víctimas de los crímenes de guerra, como se
especifica en la Declaración de Potsdam. Los detalles de esta compensación han recaído en
tratados bilaterales con países individuales, excepto Corea del Norte porque Japón reconoce a Corea del Sur como el único gobierno legítimo de la península de Corea. En los países asiáticos
involucrados, los reclamos para una compensación o bien fueron abandonados por
sus respectivos países o bien fueron pagados por Japón bajo un entendimiento
específico que debía ser usado para compensación individual; sin embargo, en
algunos casos, como en Corea del Sur, el gobierno no pagó la compensación a las
víctimas, sino que en lugar de ello, se usó el dinero para proyectos cívicos.
Debido a ello, gran número de víctimas individuales en Asia no recibió ninguna
compensación.
Por consiguiente, la posición del gobierno japonés es que
la vía adecuada para posteriores reclamos son los gobiernos de los respectivos
demandantes. Como resultado, ninguna demanda de compensación individual llevada
a los tribunales japoneses ha tenido éxito. Tal fue el caso del prisionero de
guerra británico que no tuvo éxito en su intento de demandar al gobierno
japonés por dinero adicional para compensación. Por ello, el gobierno británico
pagó una compensación adicional a todos los prisioneros de guerra británicos.
Hubo quejas en Japón de que los medios de comunicación internacionales
simplemente afirmaban que el ex prisionero de guerra demandaban
compensación y no esclarecieron que estaba buscando una compensación
"adicional", además de aquella pagada previamente por el gobierno
japonés.
Un pequeño número de demandas ha sido llevada a los
tribunales estadounidenses, aunque estas también han sido rechazadas.
Durante la negociación del tratado con Corea de Sur, el
gobierno japonés propuso que pagaría una compensación a las víctimas
individuales coreanas, de acuerdo con los pagos realizados a los prisioneros de
guerra occidentales. En su lugar, el gobierno coreano insistió en que Japón
pague dinero de manera colectiva al gobierno coreano y eso fue lo que ocurrió.
Luego, el gobierno de Corea del Sur usó los fondos para financiar el desarrollo
económico del país. El contenido de las negociaciones no fue revelado por el
gobierno coreano hasta el año 2004, aunque era de público conocimiento en
Japón. Debido a la publicación de la información por el gobierno coreano, una
serie de demandantes han dado un paso adelante y están intentando demandar al
gobierno para obtener una compensación individual.
Están aquellos que insisten en que debido a que los
gobiernos de la República Popular de China y de Taiwán abandonaron sus demandas por compensación monetaria,
entonces la responsabilidad moral o legal con respecto a la compensación
corresponde a estos gobiernos. Tales críticas también señalan que incluso
aunque estos gobiernos abandonaron sus demandas, firmaron tratados que
reconocían la transferencia de los bienes coloniales japoneses a los gobiernos
respectivos. Por tanto, afirmar que estos gobiernos no recibieron ninguna
compensación de Japón es incorrecto, y que ellos podían haber compensado a las
víctimas individuales del procedido de tales transferencias; sin embargo, otros
discuten que los bienes coloniales japoneses en gran proporción fueron hechos o
robados por medio de la extorsión o la fuerza en los países ocupados, como fue
claramente el caso de las obras de arte coleccionadas (o robadas) por los nazis
durante la Segunda Guerra Mundial a lo largo de Europa.
Si bien el gobierno japonés no ha admitido ninguna
responsabilidad legal por las denominadas "mujeres de confort", en
1995 estableció el Fondo para las Mujeres Asiáticas, el cual otorga dinero a
las personas que sostienen haber sido forzadas a prostituirse durante la
guerra. Aunque esta organización fue instaurada por el gobierno, legalmente ha
sido creada como si fuera una institución de caridad independiente. Las
actividades del fondo han sido controvertidas en Japón, así como para las
organizaciones internacionales que apoyan a las mujeres afectadas.84
Algunos argumentan que tal fondo es parte de una negativa
en curso por parte del gobierno japonés para no afrontar sus responsabilidades,
mientras que otros sostienen que el gobierno japonés ya ha cumplido con su
responsabilidad hacia las víctimas individuales y está meramente corrigiendo
los errores de los propios gobiernos de las víctimas. La realidad es que, sin
una disculpa sincera e inequívoca por parte del gobierno japonés, la mayoría de
las mujeres de confort sobrevivientes se niegan a aceptar estos fondos.85
Investigaciones posteriores
Como las investigaciones sobre los crímenes de guerra
nazis, las investigaciones y pesquisas oficiales están todavía en marcha.
Durante los años 1990, el gobierno surcoreano empezó a investigar a algunos individuos que presuntamente se habían
enriquecido mediante la colaboración con los militares japoneses. En Corea del Sur también se alega que durante el clima político de la Guerra Fría, muchos de estos individuos o
sus asociados o familiares fueron capaces de adquirir influencia gracias a la
riqueza que habían adquirido al colaborar con los japoneses y apoyaron el
encubrimiento o en la no-investigación de crímenes de guerra para evitar ser
incriminados. Con el dinero que amasaron durante los años de colaboración, pudieron
beneficiar a sus familias al poder solventar educación superior para sus
familiares.
Algunas organizaciones no-gubernamentales e individuos
también han llevado a cabo sus propias investigaciones. Por ejemplo, en 2005,
el periodista surcoreano Jung Soo-woong ubicó en Japón a algunos descendientes
de personas involucradas en el asesinato de Myeonseong de Joseon, la última emperatriz de Corea. El asesinato fue dirigido por el
grupo ultranacionalista Genyōsha (Sociedad Océano Oscuro/Negro), quizás bajo los auspicios del gobierno
japonés debido a la participación de la Emperatriz en los intentos para reducir
la influencia japonesa en Corea. Jung grabó las disculpas de los descendientes
de dos de los presuntos asesinos, quienes fueron identificados como los
japoneses Shigeaki Kunitomo y Kakitsu Ieiri.86
Al continuar estas investigaciones se encontraba cada vez
más evidencias. Se ha alegado que el gobierno japonés destruyó intencionalmente
los informes sobre las mujeres de confort coreanas.87 88 Algunos han citado registros de inventarios japoneses y hojas de empleados
en el campo de batalla como evidencia para su reclamo. Por ejemplo, uno de los nombres en estas
listas fue el de una mujer de confort que declaró que fue forzada a convertirse
en prostituta por los japoneses. Fue clasificada como enfermera junto con al
menos una docena de otras mujeres de confort quienes no fueron ni enfermeras ni
secretarias. Actualmente, el gobierno surcoreano está en la búsqueda de cientos
de otros nombres en estas listas.89
A menudo es difícil obtener información sensible sobre la
ocupación japonesa de Corea. Muchos argumentan que esto se debe al hecho de que
el gobierno de Japón se ha esforzado en encubrir muchos incidentes que, de otra
manera, habrían llevado a una severa crítica internacional.90 87 88 Por su parte, los coreanos han expresado a menudo su aborrecimiento frente
a la experimentación médica en
seres humanos llevada a cabo por el Ejército Imperial Japonés, donde las personas se convertían en forraje como
sujetos humanos de prueba en experimentos macabros como las pruebas con nitrógeno líquido o armas biológicas. Aunque han sobrevivido algunos testimonios vívidos y perturbadores, han
sido en gran parte negados por el gobierno japonés incluso hoy en día.
Actualmente, los encubrimientos por parte de Japón y
otros países como el Reino Unido han sido expuestos paulatinamente a medida que
se llevan a cabo más investigaciones exhaustivas. "Los británicos y
japoneses intentaron mantener en secreto uno de los peores crímenes de guerra
de la Segunda Guerra Mundial." La razón del encubrimiento fue debido a que
los ministros británicos querían poner fin a los juicios por crímenes de guerra
pronto para mantener buenas relaciones con Japón e impedir la propagación del comunismo.91
Principales incidentes
·
Véase también
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Nanjing ocurrieron cuatro años antes de que los Estados Unidos entraran en
guerra. En ese momento, el gobierno de los Estados Unidos no tenía una gran red
militar o de inteligencia diplomática en China. Un puñado de militares
entrenados o personal de la embajada informó sobre los eventos, algunas veces
de segunda mano; comparado con la sensacional cobertura de prensa, la
documentación oficial estadounidense era escasa. Como resultado, con la
excepción de los registros producidos durante el juicio de los crímenes de
guerra de clase A de la cúpula militar japonesa considerada responsable por la
violación de Nanking, existe poco material sobre este tema en los Archivos
Nacionales (de Estados Unidos)." Véase también, Ben-Ami Shillony, "Book Review, Book Title: A
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abril de 1996. Ante la inminente visita a Japón en 1990 del presidente
surcoreano Roh Tae Woo, se informó que el secretario del gabinete
japonés Ozawa Ichiro dijo que "es debido a que hemos reflejado en el
pasado de que cooperamos económicamente con Corea. ¿Es realmente necesario
humillarse ante ellos y arrollidarnos y postrarnos más de lo que ya hemos
hecho?". Este supuesto comentario es denominado dogeza hatsugen (comentario de la postración).
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