Por Darío Pignotti
Página/12 En Brasil. Desde
Brasilia
JOÃO VICENTE GOULART VE SIMILITUDES ENTRE LA
ACTUAL CRISIS POLITICA DE BRASIL Y EL CONTEXTO DEL GOLPE CONTRA SU PADRE
Goulart sostiene que cuando su padre fue depuesto
reinaba un clima de engaño de masas, similar al fomentado hoy. “Las
instituciones están siendo manipuladas por aquellos que desean terminar con
Dilma”, advierte.
Brasil 1964-2015.
Eduardo Cunha, el evangélico presidente de Diputados organiza cultos en el
mismo plenario del Legislativo donde arenga por el impeachment contra Dilma. En
1964 un cura norteamericano coordinó la marcha por la libertad, antecedente
inmediato del golpe que derrocó al presidente Joao Goulart. La cadena Globo,
que hace dos semanas instó al público para que saliera a la calle para exigir
la caída de Dilma Rousseff, hace 51 años felicitó a los militares por haber
acabado com el gobierno civil restableciendo las “instituciones democráticas”.
João Vicente
Goulart recuerda, en esta entrevista con Página/12, que era un chico de 7 años
cuando su padre fue depuesto, en un clima de engaño de masas similar al
fomentado actualmente para banalizar una eventual expulsión de la presidenta
elegida por 54 millones de brasileños.
“Ese discurso
sobre las instituciones lo están repitiendo desde el golpe contra mi padre.
Ahora vemos
jugadas políticas parecidas a las que vimos en el ‘64, lo vemos con
ese mensaje repetido todo el día de que en Brasil funcionan las instituciones,
que en Brasil el impeachment está previsto en la Constitución, que la Justicia
es independiente y persigue a los corruptos sin hacer concesiones. No es
verdad, porque en Brasil hay corruptos que son investigados y corruptos que no
son; si son opositores la Justicia demora mucho más. Porque las instituciones están
siendo manipuladas por aquellos que desean terminar con Dilma. Están queriendo
dar un barniz institucional al golpe. Después de que Aécio Neves perdiera
frente a Dilma el año pasado, las elites no aguantan más perder las elecciones,
están articulándose para hacer algo parecido a lo que se hizo en Paraguay para
voltear al presidente (Fernando) Lugo en 2012.”
–¿El
golpismo tuvo un componente religioso?
– En los dos
casos, hablo de los procesos desestabilizadores del ’64 y este que ahora apunta
contra Dilma, hubo una cosa religiosa.
Antes de que los
militares dieran el golpe el 31 de marzo de 1964 hubo una gran marcha en San
Pablo que fue organizada en respuesta a la concentración encabezada por mi
padre en Río de Janeiro, donde defendió las reformas de base, como la reforma
agraria, y denunció la conspiración de las elites. La movilización contra el
gobierno de San Pablo se conoció como “la marcha de la familia con Dios por la
Libertad”, con un público donde había muchas mujeres de la elite que eran masa
de maniobra de la conspiración. Era la movilización de las “guerrilleras
perfumadas” de buena posición económica y baja formación política. El mentor
fue el padre norteamericano Patrick Peyton, que recibía dinero de la CIA, como
quedó demostrado años más tarde. Esa gran concentración del 19 de marzo de 1964
en San Pablo no fue espontánea, por detrás había una organización bien
coordinada.
Las que están
realizándose ahora, coma ésta del 16 de agosto pasado en San Pablo y otras
ciudades por el impeachment de Dilma, tampoco son totalmente espontáneas,
porque son convocadas con la permanente publicidad que le dan los medios y en
los actos se ven grandes camiones de sonido, con pancartas impresas en serie, e
inclusive se ven carteles llamando a otra marcha por la familia, como la de
1964.
–Y hay
sectores ligados al evangelismo.
–Es verdad, es el
caso del presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, que utiliza su
pertenencia a un grupo evangélico para organizar cultos en la Cámara. Eduardo
Cunha es un personaje nefasto de la política brasileña actual, que usa al
Congreso para hace chantajes, para presionar en su favor porque hay denuncias
muy bien fundamentadas en su contra por cobro de sobornos millonarios. Cunha es
hoy un personaje totalmente comprometido en el plan para el impeachment contra
Dilma. El me recuerda al presidente del Senado en 1964, que era Aldo Moura de
Andrade, que decretó vacante la presidencia de la república, legitimando el
golpe civil y militar. Manipularon la información de que el presidente Goulart
estaba fuera del país, sabiendo que estaba en Porto Alegre intentando resistir
en defensa de la democracia.
–El PT
repudió la protección periodística dada a Neves.
–Eso fue muy
evidente, uno de los delatores más importantes de la causa por el Petrolão va
al Congreso y dice que el presidente del PSDB, el hombre que fue candidato
presidencial, Aécio Neves, recibió coimas que se pagaban mensualmente y esto se
esconde groseramente en la prensa brasileña. Acá la impiden saber a la sociedad
una noticia que apareció en todo el munto, en The New York Times y en la
agencia Reuters.
Petróleo
João Vicente
viajó a Brasilia para participar en un acto por la construcción de un Memorial
sobre la biografía de su padre, un nacionalista de izquierda que desde 1964
vivió exiliado en Uruguay, que fue su base de acción política durante los años
en que formó un frente de líderes democráticos brasileños para enfrentar al
régimen y mantuvo interlocución con miembros de la guerrilla de Tupamaros.
Luego del golpe de 1973 su situación en Uruguay se hizo casi insostenible, por
lo que recaló en Argentina, donde se reencontró con su amigo el general Juan
Perón, de quien recibió una propuesta de apoyo logístico para organizar su
retorno a Brasil. No pudo hacerlo, pues falleció en su estancia de Corrientes
el 6 de diciembre de 1976 como víctima de un posible envenenamiento urdido por
el Plan Cóndor, según afirma su hijo luego de años de investigar el tema.
El museo de
Goulart, diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer, debiera ser erigido en el
centro de Brasilia, pero algunos grupos obstruyen la obra.
–¿Hubo
presión militar?
–Han circulado
rumores en Brasilia sobre una supuesta presión del ejército para impedir la
construcción de la obra, no sé si son totalmente ciertos. Pero lo verdadero es
que el gobernador de Brasilia, el señor Rodrigo Rollemberg, desistió de ceder
el terreno de 10.000 metros cuadrados. Lamentamos esa claudicación de un
gobernador que sólo asumió hace 8 meses y cede ante grupos de interés. Es una
actitud cobarde, una falta de respeto al pueblo brasileño, fue como si el
presidente Goulart hubiera sido sacado del poder una vez más.
–Volviendo
al golpe del ‘64, ¿cómo jugaron los intereses petroleros?
–Todo el mundo
sabe de la participación fundamental del embajador norteamericano Lincoln
Gordon, con autorización del presidente John Kennedy, en el plan para voltear a
mi padre, pero no se recuerda que uno de los grupos más molestos con el
gobierno eran las petroleras norteamericanas y otras compañías extranjeras por
muchos motivos, como los controles de las remesas de dinero al exterior.
En el discurso
del 13 de marzo en Río de Janeiro el presidente Goulart anunció, ante miles de
trabajadores, la nacionalización de las refinerías privadas de petróleo. Esto
seguramente no cayó bien a Estados Unidos.
Hoy, detrás de la
desestabilización contra Dilma hay poderosos intereses petroleros. Es sabido,
hay documentos de Wikileaks sobre cómo las multinacionales petroleras trabajan
para que Petrobras pierda su poder en los grandes pozos del pré-sal (aguas
ultraprofundas). Está siendo tratado en el Senado un proyecto que apunta en ese
sentido, anulando la actual legislación que fue elaborada por la presidenta
Dilma durante el gobierno de Lula.
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