La Madre de Plaza de Mayo, Nora Cortiña, rechazó la violencia y la represión contra el pueblo de Honduras. (Foto:teleSUR)
La solidaridad latinoamericana con Honduras fue considerado por la líder social argentina como un avance en la región, por lo que consideró necesario que más Presidentes y jefes de Estado se sumen a esa causa.
6 julio 2009/TeleSUR http://www.telesurtv.net
Medidas drásticas, como las adelantadas por jefes de Estado de naciones suramericanas en rechazo al gobierno de facto instalado en Honduras, deben ser tomadas por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consideró la integrante del movimiento argentino de Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiña.
En declaraciones a teleSUR, Cortiña señaló que Obama debe emprender acciones tales como la suspensión de la ayuda económica que su país destina a Honduras, donde el pasado domingo fue perpetrado un golpe de Estado contra el presidente constitucional de esa nación centroamericana, Manuel Zelaya.
Además, valoró que presidentes como los de Argentina, Cristina Fernández; de Ecuador, Rafael Correa; de Nicaragua, Daniel Ortega; de Paraguay, Fernando Lugo, y de Venezuela, Hugo Chávez, se encuentren apoyando a Zelaya para encontrar su restitución como jefe de Estado legítimo por la vía pacífica.
"Pedimos que además de los Presidentes que están tratando de ofrecer una solución pacífica, también el presidente Obama tome medidas drásticas. Medidas como cortar la ayuda económica y otras medidas que se pueden tomar rápidamente", sostuvo Cortiña.
Enfatizó que la solidaridad de otros mandatarios latinoamericanos con Zelaya representa una avance para la región, al tiempo que rechazó la forma en la que fue apartado de su cargo el presidente constitucional de Honduras, así como la violenta represión de la que ha sido objeto el pueblo hondureño por parte del Ejército de ese país.
Este domingo, mientras se realizaba una manifestación pacífica en apoyo al retorno de Zelaya, en los alrededores del aeropuerto internacional de Toncuntín, en la ciudad de Tegucigalpa, la capital hondureña, efectivos del Ejército arremetieron con fuego contra los ciudadanos que protestaban, acción que dejó saldo de dos muertos y varias personas heridas.
"La solidaridad latinoamericana es un avance para la región, ese apoyo para que se termine esta situación de violencia y de represión contra el pueblo, necesitamos que más presidentes se sumen para hacer esa patria grande que soñamos", puntualizó la líder social argentina.
Consideró que, con esas acciones, los efectivos del Ejército de Honduras se transforman en tropas de ocupación en su propio país y pidió el cese de los atropellos contra el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
"Los soldados se transforman en Ejército de ocupación en su propia tierra. Esto significa un peligro, porque no queremos más dictaduras, no queremos más atropellos contra la autoderterminación de los pueblos", puntualizó Cortiña.
Sentenció que la principal solución a la situación del conflicto en Honduras es la restitución del presidente constitucional Manuel Zelaya, así como el retiro de las tropas del Ejército de las calles, que desde el pasado domingo han reprimido las protestas que rechazan el gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti.
"Zelaya debe ser restituido, las tropas deben salir de las calles para que no haya más represión, ni más muertes ni tortura", expuso.
Citó como ejemplo a su país, donde en 1978 terminó la última dictadura militar, a partir de lo cual los argentinos han luchado por mantener la democracia en esa nación suramericana.
"Nosotros pretendemos que eso (dictaduras) no pase nunca más, en Argentina nos costó restituir la democracia y luchamos por no perderla. Creemos que en los otros pueblos debe haber respeto a la democracia", aseveró.
Queremos que se termine esta situación que nos lastima, que nos hiere. Les pedimos a ese gobierno de facto que se humanice y permita la restitución del Presidente constitucional",añadió Cortiña.
Este domingo, el legítimo presidente Manuel Zelaya se dispuso a regresar a su país, pero fuerzas militares golpitas obstaculizaron la pista en la que se disponía a aterrizar el avión en el que viajaba el jefe de Estado, en el que además viajaba el presidente de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Miguel D'Escoto.
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