20 julio 2009/World Socialist Web Site http://www.wsws.org/
Por Bill Van Auken
Este artículo apareció en nuestro sitio en su inglés original el 11 de julio, 2009.
Los medios de prensa de Estados Unidos han promovido al presidente costarricense, Oscar Arias, como el hombre ideal para mediar un pacto entre el derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y los dirigentes del golpe militar que lo tumbaron del poder.
Ha sido alabado porque se ganó el Premio Nobel de la Paz en 1987 como recompensa por haber llevado a su conclusión el llamado Acuerdo de Paz de Esquipulas II, que luego llegó a conocerse como el Plan Arias. El pacto echó las bases para la caída del gobierno sandinista en Nicaragua, la entrega de armas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador, y la llegada al poder en ambos países de gobiernos lineados íntimamente con Washington.
Arias, de 68 años de edad, es producto de una de las familias más adineradas de Costa Rica, cuya fortuna se basa en el cultivo del café. Comenzó su carrera como asesor al Presidente José "Pepe" Figueres, quien fundara el Partido de Liberación Nacional (PLN), principal partido político del país, y asumiera las riendas del poder luego de ganar en la guerra civil de 1948. En esa pugna, Figueres dirigió un ejército rebelde que unió a la derecha con los socialdemócratas en contra de las milicias organizadas por el Partido Popular de Vanguardia estalinista que se había aliado con el gobierno burgués conservador.
La reputación de Figueres como anti comunista liberal le ganó el apoyo y los fondos de la CIA. Colaboró íntimamente con Cord Meyer, agente de la CIA por mucho tiempo, en organizar agencias aparentemente benignas que en realidad funcionaban como centros de espionaje por toda Latinoamérica.
Arias sucedió a Figueres como dirigente del PLN. Fue elegido como presidente por primera vez en 1986. Un año después los presidentes de cinco repúblicas centroamericanas reconocieron sus contribuciones al Acuerdo de Paz de Esquipulas. Ese mismo año recibió el premio Nobel de la Paz.
Los únicos sobrevivientes que firmaron el pacto — Daniel Ortega de Nicaragua y Vinicio Cerezo de Guatemala — han disputado intensamente el crédito dado a Arias referente al pacto, aseverando que nunca hubo un "Plan Arias" y que Cerezo había tomado la iniciativa antes de Arias ser elegido presidente.
En una entrevista por una estación de radio nicaragüense durante el Vigésimo Aniversario de Esquipulas, Cerezo y Ortega afirmaron que el papel principal de Arias en las negociaciones de paz había sido "conspirar" con Washington para mantener a Nicaragua fuera de las negociaciones y así convertir al pacto en un ultimátum al gobierno sandinista.
A fin de cuentas, los sandinistas cedieron ante las exigencias del Tratado de Esquipulas y le ofrecieron amnistía a los guerrilleros Contra, quienes contaban con el respaldo de los Estados Unidos y habían desatado una ola de crímenes contra el pueblo nicaragüense. Los sandinistas también entraron en un acuerdo para celebrar comicios que le dio a Washington riendas sueltas para invertir millones de dólares y otros tipos de ayuda secreta con tal de asegurar la victoria de la oposición derechista. Del mismo modo, el FLNFM acordó permitir que sus dirigentes abandonaran el guerrillerismo y se convirtieran en parlamentarios y políticos burgueses.
El Premio Nobel que Arias había ganado por sus servicios al imperialismo yanqui le trajo una gran fortuna personal y una reputación como gran "estadista" mundial.
Con el respaldo monetario y político de los mismos intereses empresariales multinacionales en Centroamérica que apoyaron el golpe en Honduras, Arias asumió la presidencia con el fin de lograr la aprobación de un tratado de libre comercio con los Estados Unidos. En octubre, 2007, logró exitosamente la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana - conocido en inglés por sus cifras, CAFTA-DR - pero solo por el más estrecho margen y no sin causar la acérrima oposición de grandes sectores de la población.
Aunque actualmente funciona como mediador entre los dirigentes del golpe y el presidente hondureño derrocado, se han revelado indicios que Arias sabía con anticipación que al gobierno del país vecino lo iban a derrocar. Enrique Ortez Colindres, quien el régimen golpista nombró Ministro de Relaciones Exteriores, le declaró a la BBC que los líderes del golpe habían consultado con Arias antes de llevar a cabo su acción. Por cierto, esta semana el Sr. Ortez Colindres se vio forzado a renunciar su puesto luego de referirse al Presidente Obama como "ese negrito que no sabe nada".
El Arias mismo logró cambiar la constitución de Costa Rica por medio de sórdidas maniobras judiciales para poder postularse a la presidencia en 2006. Ni los medios de prensa de Estados Unidos, ni Washington, levantaron la menor protesta.
No se sabe si Arias fue socio comanditario en el golpe, pero no cabe duda, dada su larga historia, que la Ministro de relaciones exteriores de Estados Unidos, Hillary Clinton, lo escogió como mediador, segura de que una vez más Aria probaría ser un leal títere de Washington.
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