7 marzo 2014, ALAI, América Latina en Movimiento http://alainet.org
La economía brasileña creció el 2,4% el año pasado. En febrero, de nuevo, se batió el record en la generación de empleo en
Brasil. Los salarios siguen subiendo por encima de la inflación. La inflación
está controlada, por debajo del 6% anual.
Pero dos institutos – Ibope y Datafolha – publican encuestas más o menos
iguales: el apoyo al gobierno habría caído entre un 6 y un 7%, según su
interpretación, por “pesimismo económico”. ¡En una de ellas se llega al
espantoso resultado de que la política de generación de empleo tendría el
rechazo del 54% de la población, cuando se está prácticamente con pleno empleo
en Brasil!
Otros elementos permiten entender estas paradojas. En la primera
encuesta – Ibope es un instituto contratado permanentemente por TV Globo, juró
en el 2010 que Lula no lograría elegir a su sucesor y José Serra sería el
próximo presidente de Brasil – a la vez que se publica esa caída de apoyo al
gobierno, se difunden los resultados de la encuesta para la elección
presidencial y Dilma Rousseff sigue con el mismo resultado anterior – 43% -,
derrotando a los dos candidatos de la oposición – Aecio Neves y Eduardo Campos
– que, sumados, llegan al 22%. Es decir, Dilma vencería en primera vuelta, con
lo cual se deduce que el descontento que buscan evidenciar con su gobierno no
favorece a ningún candidato opositor, con la gente prefiriendo un nuevo
gobierno del PT.
Como parte de su tradicionales manipulaciones, el instituto divulgó
primero el resultado de la encuesta presidencial y, una semana después, aquella
sobre el apoyo al gobierno
, para dar la impresión que la primera habría sido
superada por el movimiento de pérdida de apoyo del gobierno, cuando son partes
de la misma encuesta, hecha los mismos días.
El otro instituto – Dadatolha – pertenece a uno de los periódicos
opositores, una de cuyas directoras afirmó, en la campana presidencia del 2010,
que, dada la debilidad de la oposición, la mídia asumía el rol de partido de la
oposición. Y lo siguen haciendo.
Lo cierto es que, después de fracasar en el intento de
desprestigiar al gobierno con otras campañas, la mídia se concentra en el
“terrorismo económico”, buscado generar en sectores de la población el
sentimiento de insatisfacción, de inseguridad económica. El país crecería menos
de lo que podría, ello se debería no a la tendencia especulativa de los grandes
capitales, sino a la falta de “garantías” de parte del gobierno por sus
supuestas tendencias “estatizantes”.
Es esa campaña la que, según los institutos de encuestas, justificaría
la pérdida de apoyos de parte del gobierno, aunque los candidatos opositores se
mantienen en los mismos niveles y Dilma ganaría igual en la primera vuelta. El
gobierno paga un precio por no haber avanzado nada en el debate sobre la falta
de democracia en la formación de la opinión pública, con una mídia fuertemente
monopolizada en manos de algunas pocas familias. Sigue aumentando las tasas de
interés, como respuesta a las presiones de que habría riesgo inflacionario,
especialmente en un año electoral, cuando lo que el país necesita son
incentivos a las inversiones productivas y no a las especulativas.
Todo indica que Dilma Rousseff será reelegida este año, con buenas
posibilidades de que lo haga en primera vuelta. Cuenta con un voto duro de los
sectores más pobres: más del 70% en el nordeste de Brasil, más del 55% entre
los de menor poder adquisitivo. Cuenta con la fuerza movilizadora de Lula,
cuenta con candidaturas impopulares en la oposición. Pero en el caso que no
supere el cerco mediático impuesto por los monopolios de la oposición, no podrá
imponer los niveles de crecimiento económico que el país necesita, para dar
seguimiento al extraordinario proceso de democratización social inaugurado al
comienzo de los gobiernos del PT, en 2003.
Emir Sader, sociólogo y cientista
político brasileño, es coordinador del Laboratório de Políticas Públicas
da Universidade Estadual do Rio de Janeiro (Uerj).
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