Quito, 15 octubre 2008 (PL) - La cumbre de mandatarios de la Comunidad Andina (CAN) de Guayaquil truncó un proceso de descomposición de ese bloque, generado por diferencias y la crisis diplomática entre dos de sus miembros: Ecuador y Colombia.
Esa cita permitió navegar y abrir las puertas para avanzar en la búsqueda de mecanismos que, lejos de crear obstáculos, permitan encontrar consensos hacia una consolidada integración regional.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, destacó que los resultados de esta reunión con sus homólogos peruano, Alan García, boliviano, Evo Morales, y un representante de Colombia desechan toda posibilidad de desintegración de este grupo.
Puntualizó que los obstáculos presentados para una negociación en conjunto con la Unión Europea (UE) no significan el fin de esta organización, pues hubo consenso entre las partes para reclamar flexibilidad en las pláticas con el viejo continente.
La decisión adoptada es que la negociación CAN-UE sea de bloque a bloque, pero se propuso un margen de flexibilidad con miras a tolerar que unos países andinos avancen más rápidos que otros.
El mandatario reclamó que en el tema comercial se permita a Bolivia y su país, debido a las asimetrías económicas, no adherirse a temas de desgravación arancelaria y propiedad intelectual, entre otros.
Esta propuesta será planteada al representante de la UE en la XVIII Cumbre Iberoamericana que se celebrará entre los días 29 y 31 venideros en San Salvador.
Tal posición posibilitó salvar este encuentro y al bloque de una profundización de su crisis, acentuada en el 2006 con la salida de Venezuela por la firma por parte de Colombia y Perú de tratados de Libre Comercio con Estados Unidos.
Correa admitió que ese paso de Bogotá y Lima debilitó el proceso de integración, pero se pronunció por explorar mecanismos de unión entre las naciones miembros, como la lucha contra la pobreza y el desarrollo de los pueblos andinos.
Destacó que "el fin no es sólo la integración en bloque, sino el bienestar de nuestros pueblos, y la integración puede ser el mejor instrumento frente a un mundo globalizado, para poder garantizar ese bienestar de nuestros ciudadanos".
Para el gobernante, la CAN es un bloque subregional dentro de esa unión a nivel regional que es la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).
Este planteamiento fue respaldado por sus colegas de Perú, Bolivia y Colombia, que abogaron por encontrar mecanismos y mantener la unidad ante la crisis financiera mundial, originada en Estados Unidos.
El dignatario peruano defendió la necesidad de mantener la fusión en beneficios de las economías y el comercio y desechó que las discrepancias internas en la CAN hagan peligrar la integración regional.
La unidad andina es independiente de los actores, de las leyes e instituciones, y el comercio se fortalece, lo cual hace imposible una disgregación del grupo, aseveró.
Empero, la proposición de Correa es más amplia, pues busca identificar problemas comunes entre las naciones miembros con miras a resolverlas de manera conjunta, como el hambre, la seguridad alimentaría y el desarrollo de los pueblos.
El gobernante señaló que si la Unión Europea, un bloque de 27 países con idiomas, regiones y culturas diferentes que se integraron, y superaron obstáculos mucho mayores, la CAN lo puede hacer también, porque existe la voluntad política, la cual permite sortear cualquier obstáculo.
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