terça-feira, 10 de julho de 2007

HISTÓRIA/Venezuela/Negra Hipólita: Madre y padre del Libertador Simón Bolívar

Nahilce Martínez Z. / ABN 09/07/2007

Caracas, 9 Julio 2007 (ABN) - (Nahilce Yadira Martínez).- «Te mando una carta de mi madre Hipólita para que le des todo lo que ella quiere; para que hagas por ella como si fuera tu madre: su leche ha alimentado mi vida, y no he conocido otro padre que ella», escribió el Libertador Simón Bolívar a su hermana María Antonia el 10 de julio de 1825 desde Cuzco, Lima, en recuerdo y gratitud a su nodriza.

Bolívar, quien cuenta para ese momento con 42 años, resume en la mencionada epístola el cariño que siente por quien durante su infancia se ocupó de prodigarle el más tierno de los afectos.

Cuando el pequeño Simón nace, el 24 de julio de 1783, su madre María de la Concepción Palacios de Bolívar, por quebrantos de salud, se vio en la necesidad de buscarle una nodriza. En principio, recurrió a su amiga Inés Mancebo de Miyares y luego hizo llamar a Hipólita, abnegada integrante de la servidumbre de la familia Bolívar en la hacienda El Ingenio, en San Mateo.

Fue su nodriza de leche doña Inés Mancebo, esposa de Fernando de Miyares, más tarde gobernador de Maracaibo y gobernador general de Venezuela, una dama cubana, vecina e íntima amiga de doña Concepción.

En 1813, Bolívar recomendó al gobernador de Barinas: 'Cuanto Ud. haga en favor de esta señora corresponde a la gratitud que un corazón como el mío sabe guardar a la que me alimentó como madre. Fue ella la que en mis primeros meses me arrulló en su seno ¿Qué más recomendación que esa para el que sabe amar y agradecer como yo?'.
Sin embargo, su ama de cría fue Hipólita, quien se casó con Mateo Bolívar, también miembro de la servidumbre de la familia Bolívar pero de la hacienda Santo Domingo de Macaire, en Caucagua. El Libertador concedió la libertad a los siervos que le quedaban, entre ellos a Hipólita, en 1821, después de la batalla de Carabobo.

En un discurso pronunciado en Lima el 1 de septiembre de 1998, con motivo de la inauguración del Monumento a Simón Bolívar en la sede de la Comunidad Andina, la congresista Martha Hildebrandt dijo, al referirse a la influencia que como madre y padre tuvo Hipólita sobre el niño Simón, lo siguiente:

«Según una anécdota de la época, cuando el Libertador entró en Caracas en triunfo en enero de 1827, divisó a Hipólita entre la multitud. Apenas la vio abandonó su lugar de honor en la comitiva y corrió a echarse en sus brazos. La ya vieja Hipólita lloraba de alegría».

Hipólita también acompañó al Libertador en las batallas de San Mateo.

Posteriormente, cuando Bolívar hace su último viaje a Venezuela, en 1827, no desatiende a su antigua nodriza. Le escribe de nuevo a su hermana María Antonia, el 2 de junio de ese año, a quien le dice «... Del dinero que queda en tu poder procedente de la letra, tendrás la bondad de dar a Hipólita cuarenta pesos. Yo te la recomiendo (...)».

La Negra Hipólita nació en San Mateo, población ubicada en el estado Aragua, en el año 1763.

Murió el 25 de Julio de 1835 y sus restos reposan en la cripta de la familia Bolívar en la catedral de Caracas desde el 31 de julio de 1975. (Agencia Bolivariana de Noticias)

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