El socialismo bolivariano sigue vivo
Por María Victoria Romero Desde la Redacción de APM 23072007
Varios países le rinden homenaje al hombre que buscó una alternativa de integración regional. Luego de dos siglos, su memoria continúa latiendo en América Latina.
Por María Victoria Romero Desde la Redacción de APM 23072007
Varios países le rinden homenaje al hombre que buscó una alternativa de integración regional. Luego de dos siglos, su memoria continúa latiendo en América Latina.
“Yo moriré bien pronto, pero la República de Bolivia quedará viva hasta el fin de los siglos. Rómulo fundó una ciudad, y esta ciudad dio su nombre al imperio. Yo no he fundado ciudad alguna, y, sin embargo, mi nombre lo lleva un estado que tiene en su seno hombres amantes de la libertad, y entrañas de oro y plata”, proclamaba Simón Bolívar.
A más de doscientos años, su proclama se mantiene y sobrevive en la lucha de los pueblos latinoamericanos. Ese pueblo que definió como no europeo, ni americano del Norte; sino como un compuesto de África y de América, “una emancipación de la Europa”.
El 24 de julio se cumplen 224 años del nacimiento de Simón Bolívar. Nacido en el seno de una familia de la aristocracia criolla, Bolívar liberó a Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela del imperio español. En conmemoración Perú le rindió homenaje, en la “Fiesta de la Integración Andina: Bolívar y San Martín”. Y, en Venezuela se celebró la Semana de la Unidad Andina.
Luego de concretar su proyecto integracionista: la república de Colombia, parte a la campaña del sur y es recibido como héroe en Quito. Tras la derrota del ejército español en Ayacucho, en todas las localidades a las que llegan las noticias de su triunfo son decretadas grandes fiestas. El Congreso de Perú le otorga el título de Padre y Salvador de la patria. En 1825 está en el punto más alto de su gloria y lidera un proyecto tan vasto como la libertad de la América española.
Pero, muere solo y desterrado, sufriendo la ingratitud de quienes condujo a la libertad, y viendo la desintegración de su proyecto de una Patria Grande. Era el 17 de diciembre de 1830, en Santa Marta, Colombia.
A pesar de ese abandono, en la actualidad sus ideas viven en la causa de los movimientos sociales, en las luchas de indígenas y campesinos que persiguen el reconocimiento de sus derechos y buscan el fin de la emancipación. Y en quienes persiguen el fin de los resabios racistas de las oligarquías actuales, que continúan con su labor histórica de desconocer esas luchas y a quienes las llevan adelante.
Esa política de silenciar al otro e interiorizarlo, es visible hasta en los retratos oficiales de Bolívar, que lo representan como la antitesis de lo que fue: alto, blanco, corpulento y con un mítico caballo blanco. Un héroe europeizado, como una burla a sus ideales. De acuerdo a los que revisaron la historia, Simón Bolívar era moreno, delgado y bajo. Un hombre que había puesto su esfuerzo, su conciencia y su vida al servicio de la independencia de los pueblos y la libertad de los hombres.
Las ideas socialistas de Bolívar son tomadas por los gobiernos sudamericanos que bogan por la integración regional y batallan por construir una vía alternativa al capitalismo en el marco de una integración regional.
Una alternativa que anteponga siempre la comunidad a los individuos. El Socialismo Bolivariano es lo contrario al capitalismo individualista, busca la racionalización de las riquezas de la nación para convertirlas en bienestar social a cargo del Estado. En ese Socialismo las voluntades de las mayorías se imponen sobre las individualidades.
El caso más emblemático de estos tiempos es Venezuela, y la proclama de construir el socialismo del siglo XXI. Proyecto basado en la igualdad y libertad, y la visión geopolítica de integración de América Latina; las ideas de Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano y de la unidad cívico-militar, y la raíz robinsoniana de Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, el Robinson y sabio de la educación popular.
El pensamiento revolucionario, antiesclavista y antiimperialista de Bolívar debe continuar en las mentes de las naciones latinoamericanas, si se quiere construir pueblos libres e integrados, lejos de cualquier manto imperialista.
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