Por
Miguel Fauré Polloni
Una historia de solidaridad y
dignidad que Cuba impulsó entre 1990 y 2016, en plena crisis económica de la
isla. Ayuda que hoy sale a la luz a propósito de la popular serie de HBO que
rememora el desastre nuclear de 1986.
A
propósito de la elogiada serie televisiva, Chernóbil ha vuelto a estar en boca
de todos. El desastre que inició aquel 26 de abril de 1986, en el reactor
número 4 de la central atómica Vladimir Ilyich Lenin, dejó secuelas de dolor en
numerosos niños y niñas. Además del estrés post-traumático de vivir el horror
nuclear, los menores venían desde Ucrania con atrofias musculares,
deformaciones, problemas en la piel y graves dolencias estomacales. La
mayoría arribó con cáncer de tiroides y leucemias, tras
exponerse al yodo 131 o al celsio 173.
En 1990,
el gobierno cubano liderado por Fidel Castro decidió dar
una mano a la las víctimas habilitando la localidad de Tarará
-antiguo balneario de la burguesía- como una verdadera ciudad-hospital. Más
de 26.000 infantes recibieron tratamientos integrales a base de
melagenina y pilotrofina, para así facilitar la pigmentación de su piel y el
crecimiento del cabello. Los médicos cubanos Julio Medina, coordinador durante
años del Programa; y Omar García, investigador del Centro de Protección e
Higiene de las Radiaciones, dividieron a los pacientes en cuatro grupos, lo que
implicaba estar desde 45 días a varios meses en la isla, para aquellos casos
más graves.
«Fidel me
dijo ‘no quiero que estés yendo a la prensa, ni que la prensa esté yendo al
consulado. Este es un deber elemental que estamos haciendo con el pueblo
soviético, con un pueblo hermano. No lo estamos haciendo para
publicidad» señaló en el documental «Chernóbil en nosotros»
el ex cónsul de la Revolución, Sergio López.
Y es que
tres meses antes de la llegada del primer avión desde Ucrania, Fidel había
comunicado al pueblo de la isla que se venían tiempos difíciles, pues la caída
del Muro de Berlín era el preludio de una situación económica de crisis y un
fuerte e inminente desabastecimiento. Pero nunca se puso en duda la continuidad
del plan de ayuda a las víctimas de Chernóbil. «Aunque Cuba atravesó momentos
económicamente difíciles, nuestro Estado siguió ofreciendo a los menores
atención especializada, cumpliendo un compromiso de solidaridad«,
le señalaba a Telesur el doctor Medina en 2017.
Hace
pocas semanas, Cuba anunció que se retomará el programa para los hijos
de las víctimas, quienes presentan muchas dolencias similares a las de
sus padres. Esta vez serán tratadas en el Clínica Internacional de
Siboney, al oeste de La Habana. La serie ya llegó a su fin, pero la
solidaridad cubana nunca termina.
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