26 julio 2019, World Socialist Web Site (Australia) https://www.wsws.org/es/articles/2019/07/26/pomp-j26.html
por Andrea Lobo
El
secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció el viernes
"una nueva era en la relación" entre Estados Unidos y América Latina
en la segunda Conferencia Ministerial contra el Terrorismo del Hemisferio
Occidental en Buenos Aires, Argentina. Él repitió este mismo tema en cada
parada de su gira por América Latina la semana pasada, que también incluyó a
Ecuador, México y El Salvador.
Pompeo
exigió mayor censura y espionaje, y una alineación más cercana con las campañas
de Washington contra sus rivales geopolíticos
en América del Sur. También pidió
a los Gobiernos mexicano y salvadoreño que intensifiquen sus medidas
antiinmigrantes.
En una
entrevista con Infobae a su llegada a Argentina, Pompeo, el exjefe de
la CIA, declaró que el propósito de su visita a Argentina era "ayudar a
toda la región a eliminar la amenaza del terror de varias fuentes, pero
ciertamente de Irán”. Cuando se le preguntó acerca de la oposición popular a
una presencia estadounidense que perjudicaba las perspectivas electorales de
Macri, Pompeo respondió que "los tiempos están cambiando”.
Argentina
enfrenta su segundo año de fuerte contracción económica e hiperinflación que
llevó a la Administración derechista Mauricio Macri a aceptar el préstamo más
grande del FMI en la historia y un correspondiente programa de austeridad
draconiano. Macri ha enfrentado seis huelgas nacionales desde 2016.
La cumbre
de "contraterrorismo" se organizó con el pretexto del 25 aniversario
del bombardeo de la Asociación Mutua Israel-Argentina (AMIA), que mató a 85
personas y dejó 300 heridos. Citando este incidente y el bombardeo de la
embajada israelí en 1992, que dejó 29 muertos y 242 heridos, el Gobierno de
Macri designó a Hezbolá, la milicia chiíta libanesa vinculada a Irán, una
"organización terrorista".
Pompeo
anunció una recompensa de $7 millones por la información que conduzca a un
presunto autor de ambos ataques, el libanés-colombiano Salman Raouf Salman. Ni
los organismos financieros ni los organismos encargados de hacer cumplir la ley
en Argentina ni en los Estados Unidos han presentado ninguna prueba para
establecer la participación material, financiera o logística de Salman ni, para
el caso, de nadie más.
En la
cumbre, los pedidos de "mucha cooperación internacional" se
combinaron con los esfuerzos para equiparar el "terrorismo" con
cualquier forma de oposición "extremista". En el discurso de
apertura, el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie,
proclamó: "Estamos preocupados en nuestra región porque vemos a personas
que actúan para mantener vínculos con organizaciones terroristas y otros
elementos radicalizados y que también buscan financiamiento". Luego pidió
a los Estados que "ante todo, controlar las tecnologías que difunden ideas
de odio y veneno”.
El
comunicado conjunto finalmente pedía "prevenir y contrarrestar el
extremismo violento" y "el riesgo de que los grupos terroristas se
beneficien de situaciones de debilidad institucional, conflictos internos y otros".
Argentina
es bien conocida por haber superado "situaciones de debilidad
institucional" en nombre de la lucha contra el terrorismo y con la
asistencia de Estados Unidos. Este fue el caso del régimen militar que tomó el
poder en el país en la década de 1970, organizando el asesinato y la
desaparición de más de 30.000 trabajadores, estudiantes y otros opositores de
la dictadura.
Argentina,
Paraguay, Brasil y EUA llegaron a un acuerdo por separado para desplegar el
ejército y aumentar el monitoreo de la región "trifronteriza" de los
primeros tres países, utilizando el hecho de que ha sido el hogar de una gran
comunidad chiíta libanés desde los principios del siglo 20 para describirlo
como un bastión de Hezbolá.
El
sábado, Pompeo llegó a Ecuador, el cual también ha entrado en recesión,
inmediatamente después de una huelga nacional en oposición al acercamiento del
Gobierno de Lenín Moreno con el imperialismo estadounidense, el préstamo y el
programa estructural del FMI del país, el uso por parte del Pentágono de las
Islas Galápagos del Ecuador como una base aérea, y la "rendición de Julian
Assange a los Estados Unidos".
Después
de anunciar un acuerdo con Moreno sobre cooperación en seguridad cibernética,
Pompeo hizo declaraciones sobre Assange, el fundador de WikiLeaks, a El
Universo. "Hicimos la solicitud y será extraditado a los Estados
Unidos", dijo. "No puedo comentar más, pero mi Gobierno cree que es
importante que este hombre, que era un riesgo para el mundo y puso en peligro a
soldados estadounidenses, sea llevado ante la justicia". Pompeo, un
fanático evangélico, había llamado a Assange "un demonio" en 2017, y
su organización de medios una "agencia de inteligencia hostil no
estatal".
La
ofensiva contra WikiLeaks, que publicó documentos que exponen los crímenes de
guerra de Estados Unidos, junto con la corrupción y las conspiraciones de sus
regímenes títeres —la putrefacción de las relaciones capitalistas
contemporáneas— es la punta de lanza de los ataques contra la libertad de
expresión y la prensa. El temor y la persecución a Assange están motivados por
el temor de la clase dominante de eventos como la revolución tunecina de 2011,
provocada por la publicación de cables diplomáticos de WikiLeaks y las
protestas masivas actuales en Puerto Rico, detonadas por una fuga de explosivos
mensajes de texto por el gobernador Ricardo Rosselló, revelando el desdén hacia
las masas populares por parte de toda la camarilla gobernante.
De hecho,
la traición de Assange por parte del Gobierno ecuatoriano, como parte de su
giro al imperialismo estadounidense y formas de Gobierno más autoritarias, fue
precedida por una histeria antiterrorista.
La
policía atribuyó rápida e infundadamente un bombardeo cerca de una estación de
policía en enero, un coche bomba en febrero y un asesinato de periodistas en
marzo a la guerrilla colombiana. Fueron explotados para volver a invitar al
FBI, a la USAID y a la Oficina de Cooperación para la Seguridad de EUA al país,
mientras que el Gobierno desplegó internamente a más de 7.000 soldados. El 27 y
28 de junio, el vicepresidente de los EUA, Mike Pence, se reunió con Moreno en
Quito y llegó a una serie de iniciativas de seguridad centradas en la
“seguridad de las cadenas de suministro entre los Estados Unidos y el Ecuador”.
Esto fue acompañado por pasos acelerados para aislar, monitorear y, finalmente,
expulsar a Assange de la embajada ecuatoriana en Londres en abril de 2019.
En su
parada en México, Pompeo aplaudió el despliegue de 21.000 soldados por parte
del Gobierno de “izquierda” de Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de
disminuir en un tercio el número de migrantes que llegan a la frontera con los
Estados Unidos. Sin embargo, el domingo, en Fox and Friends, Pompeo
declaró, con total gangsterismo: "El presidente Trump colocó a Estados
Unidos en una posición en la que podemos convencer a sus Gobiernos de que esto
es algo en su mejor interés y el nuestro".
Agregó
que le comunicó a los funcionarios mexicanos y salvadoreños que el objetivo es
que “cero” migrantes lleguen a la frontera de EUA. El martes, el presidente
Donald Trump amenazó a Guatemala con aranceles, tarifas de remesas y una
"prohibición" a menos que acepte convertirse en un "tercer país
seguro", lo que evitaría que los refugiados que cruzan Guatemala hacia el
norte busquen asilo temporal o permanente en México.
Un
informe del Servicio de Investigación del Congreso del 1 de marzo señala que
"el enfoque de la administración de Trump hacia América Latina y el Caribe
se ha centrado en gran medida en los objetivos de seguridad nacional de los
EUA", y explica que los recortes en la ayuda del Departamento de Estado,
incluida la seguridad, "podrían compensarse con un mayor apoyo del
Departamento de Defensa (DOD, siglas en inglés)", citando la legislación
que autoriza al DOD "a entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad
extranjeras para las operaciones de contraterrorismo", entre otros
propósitos. La mayor parte de la ayuda a América Latina y el Caribe para 2017,
según los datos más recientes disponibles, consistió en más de US$250 millones
proporcionados por el DOD.
El
informe señala explícitamente que ante la "posible disminución de la
influencia de EUA" en la región, dicha ayuda "ha permitido al
gobierno de EUA influir en las políticas de los países socios" ante
"un vacío de liderazgo en la región que otras potencias han comenzado a
llenar", citando los US$140 mil millones en crédito chino a la región
desde 2005.
De hecho,
la última gira viene después de un viaje de Pompeo a Chile, Paraguay, Perú y
Colombia para unir a los Gobiernos detrás de los llamamientos a un golpe
militar contra el presidente venezolano Nicolás Maduro. Las declaraciones de
Pompeo se centraron en la presencia "predatoria" y
"maligna" de China, y señalaron: "No se equivoquen, las
actividades comerciales de China a menudo están profundamente conectadas con
los temas de seguridad nacional".
La
"nueva era" de Pompeo anuncia un asalto de cabeza por parte del
imperialismo y sus élites clientes latinoamericanas contra la clase trabajadora
en medio de un resurgimiento inicial de la lucha de clases. Impulsado por la
profundización de la crisis del capitalismo estadounidense, Washington también
está intensificando su confrontación con sus rivales geopolíticos para
compensar el declive de su hegemonía regional y global.
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