José
Antonio Varela
Los pueblos
amazónicos, celosos con el cuidado del medio ambiente, ya tienen a un
representante de la Iglesia que interceda por ellos ante gobiernos, entidades
civiles y eclesiásticas, sea en el ámbito nacional como internacional.
Se trata de monseñor
Pedro Barreto Jimeno, arzobispo de la localidad peruana de Huancayo, quien
fuera durante cuatro años, presidente del Departamento de Justicia y
Solidaridad (Dejusol) del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
En el informe
advirtieron que los denominados conflictos socio-ambientales "no solo han
sido fuente de inestabilidad social en los países de la región, sino que
también han vulnerado los derechos de las personas y se ha favorecido a la
inversión privada en desmedro de estos, a lo que hay que sumar los casos de
corrupción que esto acarrea”.
Un encargo especial
Fue durante la última
XXXV Asamblea General del Celam realizada este mes de mayo en Santo Domingo
(República Dominicana), donde el arzobispo Barreto Jimeno elevó un informe como
entonces presidente de Dejusol, en el cual destacó la creación de la Red
Eclesial Pan Amazónica (Repam) para la defensa de la Amazonía y sus pobladores.
Destacó que la Repam
fue presentada en el mes de marzo al Papa Francisco, "como un espacio de
diálogo, de concertación de voluntades de muchos grupos, sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos a lo largo y ancho de la Amazonía que tiene más
de 7 millones de kilómetros cuadrados".
Explicó también que
la Amazonía es "fuente de vida en el corazón de la Iglesia”, como se
define en su lema, por lo que es importante atenderlo en sus tres niveles:
geográfico, con sus más de 7 millones de kilómetros cuadrados; poblacional,
donde viven unos 37 millones de habitantes, de los cuales 3 millones son
nativos con sus culturas ancestrales, la mayoría pobres; y, en tercer lugar,
por el hecho que la Amazonía produce el veinte por ciento del oxígeno del
planeta.
Al final de la
Asamblea, los obispos latinoamericanos hicieron público un mensaje firmado por
los participantes, mediante el cual acogen y respaldan la creación de la Red
Eclesial Pan-Amazónica (Repam), a fin de "responder de manera eficaz y
orgánica a los desafíos de la Amazonía, y a asumir juntos la responsabilidad
por la misión eclesial en la región”, según expresaron.
Por unanimidad, los
obispos eligieron a monseñor Pedro Barreto como enlace entre el Repam y el
Celam, así como con el Vaticano, pues según trascendió, el Papa Francisco está
muy interesado en su realización, continuidad, seguimiento y acompañamiento.
Manos a la obra
Al nuevo
obispo-enlace de la Repam le esperan enormes retos en la Amazonía, sean de
carácter divulgativo sobre el cuidado de la creación, así como por los
denominados conflictos sociales medioambientales que son de nunca acabar en la
región.
Solo en el Perú, de
donde proviene monseñor Pedro Barreto, la Defensoría del Pueblo tiene
identificados 139 conflictos sociales originados entre agosto de 2011 y mayo de
2015, debido a posiciones encontradas por la preservación del medio ambiente.
Las cifras arrojan un lamentable balance de cerca de 33 muertos y 830 heridos
entre policías y civiles.
El informe del ente
gubernamental precisa que las pérdidas humanas se originan principalmente por
las protestas y conflictos originados por el combate a la minería ilegal y por
la falta de acuerdo entre poblaciones, empresas y el Estado para el inicio de
nuevos proyectos de explotación de los recursos naturales.
Está claro que con la
creación de la Repam, y ahora con la designación de un reconocido vocero, la
Iglesia católica tendrá que seguir ejerciendo su ascendencia y autoridad moral,
y así evitar que se siga encendiendo la pradera en la Amazonía.
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