18 agosto 2015, Carta Maior
http://www.cartamaior.com.br (Brasil)
'4
ONGs (Milenio, CEDIB, Fundacion Tierra e CEDLA) mentem e camuflam seu ativismo
político e reacionário sob o manto de atividade não governamental'
Por Emir Sader
Tendo recebido uma carta com denuncias sobre suposta repressão a ONGs que
atuam na Bolivia, o vice presidente Álvaro García Linera lhe respondeu com
longa carta, em que esclarece o tipo de ação desse tipo de organização na
Bolívia e a realidade sobre a atuação do governo desse pais.
Esclarece, antes de tudo, o vice presidente, que é falsa a acusação de que haveria risco de repressão sobre essas ONGs da Bolivia: “... nem agora, nem em nenhum momento anterior, se colocou seu fechamento, expulsão ou restrição de algum tipo de suas atividades”. “Vocês sabem perfeitamente que a liberdade de expressão e de associação não apenas constituem direitos civis, mas representam componentes indissolúveis da vida, da história e do desenvolvimento das sociedades democráticas, das organizações e dos movimentos sociais.”
Nesse marco, adverte Álvaro: “4 ONGs (Milenio, CEDIB, Fundacion Tierra e CEDLA) mentem e camuflam seu ativismo político e reacionário sob o manto de atividade ‘não governamental’”, em que “...estão desempenhando o papel de substitutos dos partidos políticos da direita”. Mas não há nenhuma ação contra elas. “Nesse sentido, aos que eu preveni e adverti com a expulsão, são organismos internacionais, ONGs e governos estrangeiros que financiam e se envolvem em atividades políticas contrárias aos interesses do Estado Plurinacional da Bolívia e o processo revolucionário que se vem desenvolvendo nos últimos dez anos.”
“Esta é a razão principal pela qual decidimos – como governo soberano – expulsar: o FMI dos escritórios privados que tinham no Banco Central da Bolívia; a CIA, que tinha escritórios no Palácio de Governo; o corpo militar norteamericano, que tinha sua base extra territorial em um aeroporto da Amazônia boliviana; à USAID e o embaixador dos EUA, que conspirava
junto a
grupos separatistas de extrema direita.”Esclarece, antes de tudo, o vice presidente, que é falsa a acusação de que haveria risco de repressão sobre essas ONGs da Bolivia: “... nem agora, nem em nenhum momento anterior, se colocou seu fechamento, expulsão ou restrição de algum tipo de suas atividades”. “Vocês sabem perfeitamente que a liberdade de expressão e de associação não apenas constituem direitos civis, mas representam componentes indissolúveis da vida, da história e do desenvolvimento das sociedades democráticas, das organizações e dos movimentos sociais.”
Nesse marco, adverte Álvaro: “4 ONGs (Milenio, CEDIB, Fundacion Tierra e CEDLA) mentem e camuflam seu ativismo político e reacionário sob o manto de atividade ‘não governamental’”, em que “...estão desempenhando o papel de substitutos dos partidos políticos da direita”. Mas não há nenhuma ação contra elas. “Nesse sentido, aos que eu preveni e adverti com a expulsão, são organismos internacionais, ONGs e governos estrangeiros que financiam e se envolvem em atividades políticas contrárias aos interesses do Estado Plurinacional da Bolívia e o processo revolucionário que se vem desenvolvendo nos últimos dez anos.”
“Esta é a razão principal pela qual decidimos – como governo soberano – expulsar: o FMI dos escritórios privados que tinham no Banco Central da Bolívia; a CIA, que tinha escritórios no Palácio de Governo; o corpo militar norteamericano, que tinha sua base extra territorial em um aeroporto da Amazônia boliviana; à USAID e o embaixador dos EUA, que conspirava
“Vocês se alarmaram porque lhes disseram que eu tinha proposto sua expulsão. Nada mais falso! Aos que adverti com a expulsão do país são organismos estrangeiros que se intrometem em atividades que afetam a soberania do Estado Plurinacional da Bolivia.” “Lamento profundamente que tenham sido usados por essas 4 ONGs na sua tentativa de simular uma imagem autoritária de – vocês bem sabem – um dos países democráticos do mundo. No entanto, se o que está atrás desse passo errado é sua boa vontade para discutir horizontes revolucionários ou progressistas para o nosso país e o mundo, bem vindos como sempre.”
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Texto completo da resposta de Álvaro Garcia Linera
SOBRE EL
PAPEL DE LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES (ONG) EN BOLIVIA Y SU
FINANCIAMIENTO
19 agosto
2015, Rebelión http://www.rebelion.org (México)
UNA RESPUESTA
A UN “LLAMADO A LA REFLEXIÓN"
Estimados
compañeros y compañeras:
Agradezco la generosidad que han tenido por dedicar parte de su tiempo a
elaborar una carta dirigida a mi persona, con el fin de proponerme un “llamado a la reflexión” respecto a mis
declaraciones sobre el papel de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en
Bolivia y su financiamiento.
Entiendo que se preocupan respecto a la libertad de expresión, pero
considero que lo hacen en vano. Valga sin embargo la oportunidad, porque
siempre es grato saber que los amigos se acuerdan de uno. Y digo que su
preocupación es vana, porque en mis declaraciones sobre las cuatro ONG
(Milenio, CEDIB, Fundación Tierra y CEDLA), ni ahora ni en ninguna oportunidad
anterior, he planteado su cierre, expulsión o restricción alguna de su actividad.
Bien saben ustedes que en Bolivia la libertad de expresión y asociación no solo
constituyen derechos civiles, sino que representan componentes indisolubles de
la vida, la historia y desarrollo de las sociedades democráticas, de las
organizaciones y los movimientos sociales. La democracia misma solo se
comprende e irradia sobre la base innegociable de la libertad de asociación y
pensamiento.
Hoy, la democracia en Bolivia está alcanzando niveles de profundidad e
irradiación extraordinaria, precisamente en el marco de la administración del
Estado por parte de organizaciones sociales indígenas, campesinas, obreras,
vecinales y populares, cuya vida se alimenta de la libertad de ideas y
múltiples formas organizativas. Venimos de esa raíz. Y para quienes en tiempos
neoliberales hemos soportado la represión y la cárcel por pensar diferente,
está más que claro que el horizonte socialista y plurinacional solo puede
construirse con base en la ampliación de los principios democráticos de
libertad de pensamiento y asociación.
En este contexto ‒ y haciendo uso de la libertad de pensamiento y expresión
‒ , he señalado que cuatro ONG mienten y camuflan su activismo político
reaccionario bajo el manto de actividad “no gubernamental”. ¿Es que acaso no
tienen derecho a mentir? Por supuesto que sí, pero yo también tengo derecho a
denunciarlo, a denotar las falsedades escritas en sus “supuestas”
investigaciones, que más se asemejan a decálogos de fe política o primitivos
perfiles de estudio. En la misma medida en que los funcionarios de estas ONG
tienen el derecho constitucional de hacer para-política partidaria desde esas
organizaciones, yo tengo el derecho a develar que están jugando el papel de
sustitutos de los partidos políticos de derecha, y que sus funcionarios no hacen
más que reclutar adeptos mediante el ropaje de actividades hipócritas “no
lucrativas”, ante su reiterado fracaso en la proclama política abierta.
Estas cuatro ONG bolivianas tienen todo el derecho a existir, funcionar,
investigar e incluso a hacer política; sin embargo, nosotros tenemos el derecho
y la necesidad ‒ así lo exige el movimiento popular que conduce el proceso
revolucionario en Bolivia – de criticar su sorprendente encuadre ideológico en
el discurso medioambientalista emitido y financiado desde los centros
imperiales.
Todos coincidimos en que es necesario un orden socio-productivo que
sustituya la lógica depredadora de la naturaleza impulsada por el valor de
cambio. Pero acá existen al menos dos posiciones. La primera, correspondiente
al discurso imperial, propugna que la plusvalía medioambiental que sostiene el
desarrollo de los países del norte, sea pagada por los países del sur,
congelando así la mejora de sus condiciones de vida y petrificando las
relaciones coloniales de pobreza y sometimiento construidas a lo largo de
siglos y aún vigentes hoy. Esta posición está claramente expresada en la
propuesta medioambientalista de USAID respecto a la Amazonia [1], y en la sugerencia del gabinete
de Tony Blair para la implementación de una administración transnacional en esa
región. En contraste a esta posición, para las naciones indígenas soberanas, una nueva sociedad
medioambiental solo será posible rompiendo la condición colonial de
fragmentación y pobreza prevaleciente en los pueblos y naciones del sur. De lo
que se trata es de crear una civilización ecológica mediante la combinación de
saberes ancestrales y contemporáneos capaces de restituir un metabolismo
procreativo entre naturaleza y naturaleza devenida en sociedad. Sin embargo,
esto no se puede alcanzar simplemente imitando lo que sucede en el norte
(ilusión desarrollista), ni mucho menos congelando las condiciones de vida de
los pueblos del sur (colonialismo petrificado). Esta civilización solo puede
surgir si somos capaces de proporcionar las condiciones materiales mínimas de
existencia, de satisfacción de las necesidades básicas, que permitan liberar
las capacidades creativas y cognitivas de los pueblos para la creación de los
fundamentos de una sociedad ecológica, que no podrá ser más que de carácter
comunitario y universal.
En ese sentido, a quienes sí he prevenido y advertido con la expulsión, es
a organismos internacionales, ONG y gobiernos extranjeros que financian y se
involucran en actividades políticas, que van en contra de los intereses del
Estado Plurinacional de Bolivia y el proceso revolucionario del pueblo que se
viene desarrollando durante los últimos diez años. Se trata de un principio de
soberanía y dignidad elemental para cualquier Estado democrático y, mi persona,
en tanto eventual servidor público, no solo está en el derecho sino en la
obligación moral e intelectual de oponerse a cualquier tipo de injerencia en
actividades políticas internas.
El núcleo del neoliberalismo contemporáneo, que ha destruido derechos,
recursos y asociatividad social en el mundo entero, no es la sustitución de la
soberanía nacional por un tipo de mundialización desterritorializada del poder.
Basta ver las murallas de cemento y acero que los supuestos Estados
desarrollados levantan día a día ante el flujo de fuerza de trabajo, para
comprender que la soberanía nacional de todos los países intenta ser
reemplazada por la soberanía nacional de unos pocos, que pretenden decidir
sobre el destino de otros.
El restablecimiento de los principios de soberanía nacional, es decir, la
autodeterminación, es uno de los pilares para el desmontaje del orden
neoliberal en Bolivia. Nos referimos a la autodeterminación como Estado para
definir la gestión de sus recursos y su modo de relacionamiento con otros
Estados, y también a la autodeterminación social para definir su horizonte como
comunidad política en la historia.
Esa es la razón principal por la que decidimos ‒ como gobierno soberano –
expulsar al FMI de las oficinas privadas que tenía en el Banco Central de Bolivia
(BCB); a la CIA, que tenía oficinas en el Palacio de Gobierno; al cuerpo
militar norteamericano, que tenía su base extraterritorial en un aeropuerto en
la Amazonía boliviana; a USAID y al embajador de los Estados Unidos, que
conspiraba junto a grupos separatistas de extrema derecha, apoyando la división
del país en micro-republiquetas bajo tuición extranjera.
La autodeterminación nacional es una dimensión de la autodeterminación
social, y ninguna revolución podrá avanzar en la profundización de los derechos
democráticos de la sociedad sin la consolidación de las condiciones de la
soberanía estatal. Es imposible definir el horizonte interior de una sociedad
(el posneoliberalismo, el Vivir Bien, el socialismo, etc.), sin definir su
horizonte externo, sin ser soberano. Por ello, no podemos permitir que ningún
gobierno foráneo, empresa u organización para gubernamental extranjera definan
las políticas públicas del Estado Plurinacional de Bolivia. De lo contrario,
nos estaríamos sometiendo a un neocolonialismo.
Todo este marco me permite regresar a mis comentarios sobre las cuatro ONG
citadas, acerca de las que sostuve que mentían y defendían los intereses de la
derecha política internacional. La preocupación suya es comprensible, pues les
mintieron. Ustedes se alarmaron porque ellas les dijeron que yo había propuesto
expulsarlas. ¡Nada más falso! A quienes sí advertí con la expulsión del país,
es a organismos extranjeros que se entrometan en actividades políticas, que
mellen la soberanía del Estado Plurinacional de Bolivia. Con esto queda
plenamente demostrado que esas ONG mienten, y lo hacen de tal manera, que
consiguen que personas bienintencionadas se sumen al discurso imperial
orientado a infundir sospechas sobre la vigencia de las libertades democráticas
y los derechos civiles de los regímenes revolucionarios y progresistas de
América Latina. Asimismo, mencioné que dichas ONG hacían política partidaria de
derecha, apoyando el discurso medioambientalista imperial. Una revisión somera
de sus argumentos, comparados con los expuestos por USAID respecto a la
Amazonía, comprueba aquello de inmediato.
Por tanto, ustedes comprenderán que así como respetamos la opinión política
de todos los actores nacionales en Bolivia, en mi calidad de ciudadano –y más
aún como servidor público ‒ no tengo por qué callar ni ocultar las mentiras de
estas o de cualquier otra institución que dañe el proceso revolucionario
perteneciente a las organizaciones sociales del país. La defensa innegociable
de la revolución boliviana, interna y externamente, es para mí algo
irrenunciable, como el mismo derecho a la libertad de expresión y asociación.
Lamento profundamente que hayan sido utilizados por estas cuatro ONG en su
intento de simular una imagen autoritaria de ‒ bien lo saben ustedes ‒ uno de
los países más democráticos del mundo. No obstante, si lo que está detrás de
esta mala pasada es su buena voluntad para debatir horizontes revolucionarios o
progresistas para nuestro país y el mundo, bienvenidos como siempre.
Un saludo afectuoso,
Ciudadano Álvaro García Linera
[1] Ver, por ejemplo, Conserving
Biodiversity in the Amazon Basin. Context and opportunities for USAID, May 2005.
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