10 agosto 2015, FAO
http://www.fao.org (Naciones Unidas)
Para erradicar el
hambre en América Latina y el Caribe las mujeres rurales deben tener mayor
acceso a la tierra.
Santiago
de Chile -- Las mujeres rurales
son responsables por más de la mitad de la producción de alimentos a nivel
mundial, pero en América Latina y el Caribe continúan viviendo en una situación
de desigualdad social y política, la cual se expresa fuertemente en su acceso y
propiedad sobre la tierra, señaló hoy la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
Aunque las mujeres
rurales de la región desempeñan un papel fundamental en la erradicación del
hambre, preservando la biodiversidad, conservando semillas y recuperando
prácticas agroecológicas para la producción de alimentos saludables, en
promedio, sólo el 18% de las explotaciones agrícolas en América Latina y el
Caribe
son manejadas por mujeres.
Según censos
agrícolas a nivel nacional, sólo el 8% de las explotaciones agrícolas en Belice
y Guatemala son manejadas por mujeres, porcentaje que no supera el 30% en
Chile, Jamaica y Santa Lucía.
“Todo esto limita la
igualdad de género y el empoderamiento de la mujer como condición necesaria
para erradicar la pobreza y el hambre en la región”, explicó Claudia Brito,
Oficial de Género de la FAO, quien agregó que las mujeres reciben sólo el 10%
de los créditos y el 5% de la asistencia técnica, situación que los gobiernos
de la región deben enfrentar.
Mujeres con mayor
acceso a tierra
En términos de la
propiedad sobre la tierra, las mujeres también se hayan en franca desventaja
frente a los hombre. Un estudio de seis países señala que el porcentaje de
propietarias mujeres alcanza el 32% en México, el 27% en Paraguay y sólo el 20%
en Nicaragua y el 14% en Honduras (de Deere et al., 2012).
“El control efectivo
de la tierra por parte de las mujeres podría tener un mayor impactoen la
seguridad alimentaria y nutricional en la región. Hay un enorme potencial que
desarrollar”, explicó Brito.
La mayoría de países
en América Latina y Caribe han sabido reconocer esta realidad y han reformado
sus leyes de tierra, códigos civiles y de familia, aprobando leyes que reconocen
la igualdad de derecho entre hombres y mujeres, incluyendo sus derechos de
propiedad.
En ese sentido,
países como Brasil, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Panamá y Bolivia han introducido medidas inclusivas para
garantizar la propiedad de la tierra por las mujeres, mientras otros
(Nicaragua, Venezuela y Paraguay) han garantizado su acceso a mujeres jefas de
hogar en sus legislaciones agrarias. Sin embargo aun persisten importantes
brechas en la tenencia de la tierra como parte de los derecho de las mujeres
rurales.
Según Katz y Chamorro
(2003), los hogares donde las mujeres tienen derechos de propiedad sobre la
tierra gastan más dinero en alimentos que aquellos donde las mujeres no son
propietarias: 5,5% más en Nicaragua y 2,5% más en Honduras.
La propiedad de la
tierra por parte de las mujeres rurales acompañada del acceso a
otros servicios relativos a la productividad, como el crédito, la asistencia
técnica, a canales de comercialización y otros recursos naturales esenciales
como el agua, se constituyen en un primer paso fundamental a favor de la
seguridad alimentaria de los países de la región y del logro de la
autonomía económica de las mujeres.
“Si las mujeres
tuvieran mayor acceso a estos recursos, no sólo vivirían en una mejor situación
de seguridad alimentaria y nutricional sino que también favorecerían a sus
familias y en consecuencia, a los países y la región”, explicó Brito.
Según la FAO, para
lograr una erradicación rápida y sustentable del hambre en América Latina y el
Caribe, los gobiernos y la sociedad como un todo deben reconocer los múltiples
aportes que hacen las mujeres rurales como productoras, propietarias y
tomadoras de decisiones, removiendo los obstáculos que persisten en detrimento
de su condición social, económica y jurídica.
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