12 junio 2014, Rebelión http://www.rebelion.org (México)
Diecisiete años de experiencia, diecisiete años de acumulación de
práctica política fueron expuestos con claridad desde Junio del 2013 hasta
Junio del 2014. Cuando al fervor de las movilizaciones de Brasil en el año
2013, las calles eran disputadas entre sectores de la pequeña burguesía,
estudiantes, trabajadores de servicios y académicos, que parecían haber
despertado de un sueño de veinte años de abandono; los medios de comunicación
junto con los sectores de derecha intentaban dar una embestida contra el
gobierno del PT; los grupos neofascistas autodenominados integralistas que
operaban en las marchas contra las banderas rojas de los partidos tradicionales
de izquierda; los Anarquistas y Black Block haciendo lo mejor que saben hacer;
y grupos de los barrios pobres reclutados por sectores del aparato del
seguridad del estado para romper lo que estuviese a la frente de su paso.
En ese escenario los
sindicatos del PT,
los partidos encolumnados en las migajas que este deja
mientras gobierna, y movimientos que en otros tiempos fueron gloriosos, en esta
ocasión, brillaban por su ausencia. El fenómeno Anonymus también estuvo jugando
un rol tan dudoso como su verdadero rostro en ese circo brasileño teñido de
samba, vinagre, gases y balas de goma. Un circo que levantaba reivindicaciones
tan especificas como los derechos fundamentales de cualquier sociedad,
olvidados por el Palacio del Planalto durante los últimos 10 años.
En ese colage y desde
Taboao da Serra se mostraban los diecisiete años de experiencia acumuladas por
un movimiento que sin dudarlo iba de rojo. Una tras otra de las marchas, un
movimiento que nunca dejo de denunciar los reiterados intentos de algunos
sectores por generar discordia injustificada, pero que tampoco se dejo
paralizar por la confusión. Un movimiento de construcción popular que transita
los pasillos de la favelas y los senderos embarrados de los asentamientos
urbanos modernos. Mientras los intelectuales de izquierda vacilaban, y en
muchos casos se desmovilizaban a la convocatoria blanca promovida por Anonymus
y los actos organizados por los Black Block, el Movimiento de los Trabajadores
Sin Techo (MTST) no dudó en seguir su marcha, sus actos y sus reclamos, con construcción
popular y participativa.
Fue a partir de junio
del 2013 y después de la copa de la confederaciones que los distintos sectores
comenzaron con una carrera en vista de la copa del mundo, pronto a comenzar. En
esa carrera muchos partidos de izquierda no gubernamentales fueron atomizados
mediante persecuciones y represiones selectivas e ilegales por parte de la
Policía Militar. Movimientos y partidos autodenominados de izquierda del
gobierno operaron por todas las vías posibles para desmoralizar la movilización
popular o intimidar al pueblo con el fantasma del golpe. El objetivo era evitar
a toda costa la movilización de las masas en la Copa del Mundo. Líderes de
movimientos con referencia nacional plantearon absurdos como que en el Carnaval
y la Copa del Mundo no deberían ser usados para la conquista de
reivindicaciones sociales. Afortunadamente, tanto los Garis den Rio de Janeiro
como el MTST en San Pablo no dejaron de perseguir un claro objetivo, usar una
evento internacional para conseguir una victoria social y política.
Los Garis en el Carnal
de Rio, dejaron de recolectar residuos y eso tubo como consecuencia una
conquista salarial histórica. De igual manera el MSTS comenzó tan solo unos
meses antes de la apertura del mundial con la ocupación de un predio urbano a
tan solo dos kilometros del estadio de apertura de la desproporcionada Copa del
Mundo. El asentamiento “Copa do Povo” se transformó así en la punta de lanza
por la lucha de las reivindicaciones sociales tan postergadas por el PT con el
pasar de los años. Marcha tras marcha, la acumulación popular aumentava, de 5 a
10 y 20 mil personas se movilizaron en tan solo un mes reclamando contra la
especulación inmobiliaria en San Pablo, contra la Copa del Mundo y por vivienda
diga. Ese poder popular, y no el poder burgués de los Palacio del Planalto, fue
el que consiguió la segunda semana de junio una reivindicación social
histórica. Un poder construido en la tierra de Taboao da Serra, el calor de San
Pablo, la Paulista sin fin, bajo lluvia o lo que fuere. Un poder construido por
los invisibles que frente a tan magnífico como desproporcionado evento se
transformaron en visibles y marcaron la pauta. Siempre estuvieron ahi, siguen
estando y lo estarán hasta que en Brasil se gobierne para el pueblo, pero esta
vez y al menos por una vez, pueden saborear el sabor de una gran victoria que
costo no solo diecisiete años de aprendizaje sino que también cientos de
derrotas. Una victoria que le dará a miles de sin techo un lugar donde dormir y
ya es histórica.
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