16 junho 2014, Rebelión http://www.rebelion.org (México)
HACIA UN NUEVO ORDEN CONTRAHEGEMÓNICO PARA
VIVIR BIEN
La Cumbre del G77+China que finaliza en
Santa Cruz de la Sierra, organizada por el Estado Plurinacional de Bolivia
cuando se cumplen 50 años de su creación el 15 de junio de 1964, ha sido un
éxito organizativo y político que sin ninguna duda va a suponer el
relanzamiento de este grupo, el más grande al interior de las Naciones Unidas.
Son tres los principales indicadores que
miden el éxito de un evento internacional de estas características: el poder de
convocatoria, es decir, el número de altas autoridades y países que acuden a la
misma; la declaración consensuada por la Cumbre así como el alcance político de
la misma; y la logística y organización que hacen posible que todo el evento se
desarrolle con normalidad. Si nos atenemos a las declaraciones realizadas por
los propios presidentes, vicepresidentes y primeros ministros durante la
plenaria, podemos afirmar sin ningún tipo de duda que la Cumbre del G77+China
en Bolivia ha sido un éxito rotundo.
Por un lado, y en el aspecto más formal, la
llegada a Bolivia de 13 presidentes, 4 primeros ministros, 5 vicepresidentes, 8
cancilleres o 31 embajadores antes las Naciones Unidas de los 4 continentes del
Sur del mundo, hasta completar 104 países de los 133 que conforman el
G77+China, supone un hito sin precedentes en la historia del G77+China que en
América Latina solo es superado en asistencia de altas autoridades por
la
Asamblea General de las Naciones Unidas y la CELAC. Todo ello en medio de una
excelente organización y coordinación interinstitucional entre el Gobierno
boliviano, la Gobernación y la Alcaldía de Santa Cruz que fue elogiada por la
mayor parte de países en sus intervenciones.
Declaración de Santa Cruz
Pero si por algo va a ser recordada esta
Cumbre del G77+China en su 50 aniversario es por la Declaración de Santa Cruz1 que apunta como nunca antes a
cuestionar los paradigmas existentes en el mundo de las Relaciones
Internacionales y construye un horizonte para esa nueva Geopolítica del Sur en
la transición del mundo unipolar al mundo multipolar.
La Declaración de Santa Cruz tiene 242
puntos que han supuesto aproximadamente 90 horas de debate en 30 sesiones de
trabajo en el marco de las Naciones Unidas, además de la plenaria de la Cumbre
del G77+China, y está estructurada en 5 partes: una primera de contexto
general; una segunda parte de contexto nacional; una tercera en la que se
defiende la Cooperación Sur-Sur; una cuarta parte en la que se plantean los
desafíos mundiales; y una quinta y última parte que desarrolla las necesidades
particulares de los países en desarrollo en situaciones especiales.
La Declaración podemos analizarla en dos
dimensiones diferenciadas pero complementarias. Una primera dimensión que
apunta a la agenda formal-institucional y que tiene como objetivo aportar al
debate de la Agenda Post-2015 y la construcción de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) que deben sustituir a los Objetivos del Milenio, y una segunda
que apunta a la construcción de ese otro mundo posible, un mundo de soberanía
para el Sur, libre de toda forma de colonialismo e imperialismo.
En la primera dimensión, la del debate
post-2015, la Declaración de Santa Cruz destaca que los Objetivos de Desarrollo
Sostenible deberían abordar y centrarse prioritariamente en la integración de
las tres dimensiones del desarrollo sostenible (económica, social y ambiental),
regirse por el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Desarrollo Sostenible, respetar todos los Principios de Río y tener en
cuenta las diferentes circunstancias, capacidades y prioridades nacionales.
En esta dimensión se reconoce que la Tierra
y sus ecosistemas son nuestro hogar y para alcanzar un justo equilibrio entre
las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones
presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza y la
Madre Tierra. Se afirma que no existe un único modelo de democracia y se
reafirma la necesidad de respetar debidamente la soberanía, la unidad y la
integridad territorial y el derecho a la libre determinación, así como el
rechazo de cualquier intento de desestabilizar los sistemas constitucionales y
democráticos legítimamente establecidos por los pueblos. Asimismo se defiende
la soberanía de los pueblos sobre sus recursos naturales en interés del
desarrollo nacional y como una forma de avanzar en la erradicación de la
pobreza y la reducción de la desigualdad, además de para lograr el crecimiento
económico y la creación de empleo, así como la universalización del agua
potable y el saneamiento básico en cuanto a Derechos Humanos.
La segunda dimensión apunta al horizonte
del G77+China para los próximos años en el marco de la reconfiguración
geopolítica y el nuevo mundo multipolar. En esta dimensión se hace una apuesta
firme por la Cooperación Sur-Sur como expresión de solidaridad entre los
pueblos y países del Sur, basada en los principios del respeto a la soberanía,
independencia, igualdad, no condicionalidad, no injerencia en los asuntos
internos y el beneficio mutuo. También, y desde una lectura de la crisis del
capitalismo, se apuesta por una reforma de la estructura financiera
internacional de manera que tengamos un sistema financiero y monetario que
refleje las realidades del siglo XXI, incluido un sector financiero
internacional debidamente reglamentado que reduzca y desestimule las
inversiones especulativas, a fin de que se puedan movilizar los mercados de
capital para alcanzar el desarrollo sostenible, y de que esos mercados
desempeñen un papel constructivo en la agenda mundial para el desarrollo.
El horizonte antiimperialista y
anticolonial también está presente y es de destacar la denuncia que se hace en
la Declaración de Santa Cruz del bloqueo a Cuba, instando a que se ponga fin al
embargo económico, comercial y financiero que sufre la Isla y que, además de
ser unilateral y contrario a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho
internacional, causa grandes pérdidas materiales y daños económicos al pueblo
cubano. Similar posición respecto de la situación neocolonial en las Malvinas
donde se reconoce el perjuicio a la Argentina y se insta a encontrar una salida
pacífica a la disputa por la soberanía sobre las islas. También se hace una
defensa del pueblo palestino y una condena de la ocupación militar israelí, no
solo del territorio palestino ocupado (incluyendo Jerusalén), sino también del
Golán sirio y territorios del Líbano, reivindicando las fronteras de 1967.
Es importante destacar el desarrollo que se
hace en la documento final de la Cumbre del G77+China de propuestas en torno a
la biodiversidad, los bosques, la desertificación, los océanos, y especialmente
el cambio climático. La Declaración afirma que el cambio climático pone en
peligro no solo las perspectivas de desarrollo de los países en desarrollo y su
logro del desarrollo sostenible, sino también la propia existencia y supervivencia
de los países y las sociedades.
El Vivir Bien como aporte boliviano
La Cumbre celebrada en Bolivia en el 50
aniversario del Grupo de los 77 tenía como lema principal “Por un nuevo orden
mundial para Vivir Bien”; y el Vivir Bien en cuanto a experiencia de Bolivia
para el mundo estuvo presente en muchos de los discursos de los líderes del
bloque, destacando el discurso inaugural del propio Secretario General de
Naciones Unidas Ban Ki-moon que defendió el Vivir Bien y el desarrollo en
equilibrio con la Madre Tierra como aportes bolivianos a la construcción de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En el documento final de la Cumbre además
se incorpora durante varios párrafos una defensa de los Derechos de los Pueblos
Indígenas, instando a trabajar en pro de la realización de los mismos sobre sus
tierras, recursos naturales, identidad y cultura. En la Declaración se
complementan los derechos colectivos con los derechos de la Madre Tierra y todo
ello para lograr el desarrollo sostenible y el Vivir Bien en los países en
desarrollo.
Bolivia también ha incorporado en la
Declaración los principios andinos del ama suwa (no seas
ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama qhilla (no
seas perezoso), principios que, de conformidad con todos los derechos humanos y
las libertades fundamentales, contribuyen a los esfuerzos para prevenir y
combatir la corrupción.
Asimismo, a iniciativa de Bolivia los Jefes
de Estado y de Gobierno del G77+China reconocen en el documento final de la
Cumbre el masticado (akulliku o chacchado) de la hoja de coca como
una manifestación cultural ancestral de los pueblos de la región andina que
debe ser respetada por la comunidad internacional.
Una enmienda al documento propuesta por el
Presidente Evo, a la que habrá que dar seguimiento e impulso en los próximos
meses tanto desde los movimientos sociales como desde los gobiernos del Sur, es
la creación de un “Instituto de Descolonización y Cooperación Sur-Sur” con sede
en Bolivia en el marco de una alianza económica, científica, tecnológica y cultural
entre los países del G77+China para posibilitar una real y definitiva
independencia del Sur.
G77+China en Bolivia, el triunfo de la
Diplomacia de los Pueblos
La inauguración oficial de la Cumbre del
G77+China estuvo antecedida por un encuentro multitudinario entre los
movimientos sociales bolivianos y una buena parte de los presidentes de
izquierda de América Latina como Raúl Castro, Nicolás Maduro, Rafael Correa o
Salvador Sánchez Cerén, además de personalidades como Rigoberta Menchu o el
propio Ban Ki-moon, todos ellos encabezados por el propio Evo Morales. Baño de
pueblo antes de la ceremonia protocolar que simboliza perfectamente el nuevo
paradigma boliviano de Relaciones Internacionales llamado Diplomacia de los
Pueblos.
En ese encuentro en el Estadio Tahuichi
Aguilera de Santa Cruz, Rafael Correa advertía de los peligros de la
restauración conservadora, y en contraposición defendía la unidad de los
gobiernos progresistas. Un buen ejemplo de ello es la resolución de apoyo a
Venezuela, propuesta en plenaria por el Presidente Evo, ante la agresión
imperialista que sufre la revolución bolivariana.
En ese encuentro con los movimientos
sociales el Presidente Evo afirmó que si continua la agresión imperialista
contra la revolución bolivariana, Venezuela y América Latina serán un segundo
Vietnam para los Unidos. Afirmación que nos recuerda el “Crear dos, tres,
muchos Viet Nam”, el famoso mensaje a la Tricontinental del Che Guevara
mientras se encontraba practicando la lucha internacionalista en tierras
bolivianas. Dando una vuelta de tuerca a estas ideas, podemos afirmar que para
frenar la restauración conservadora y seguir profundizando en la liberación del
Sur, necesitamos dos, tres, muchos Evos, Maduros, Correas…que de la mano de sus
pueblos sigan los pasos de los Chávez, Bolívar, Martí, Sandino, Farabundo
Martí, Allende, Ho Chi Minh, Lumumba, Sankara y tantos otros líderes del Sur
que dieron su vida por la liberación de sus pueblos.
En definitiva, y como síntesis de la Cumbre
del G77+China y la Declaración de Santa Cruz, podemos afirmar que no puede
darse una total erradicación de la pobreza y superación irreversible de la
desigualdad, si esta no va de la mano de la liberación económica y política de
los pueblos en el marco del Vivir Bien y el respecto a los Derechos de la Madre
Tierra, bajo el horizonte de la Cooperación Sur-Sur y la Diplomacia de los
Pueblos.
Nota:
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