EDITORIAL/Agencia Bolivariana de Notícias (ABN) http://www.abn.info.ve
Caracas, 10 agosto 2009 (ABN) (Aurelio Gil Beroes).- Para explicar a siete presidentes latinoamericanos las razones por las cuales establecerá en su país igual número de bases militares estadounidenses, cumplió una gira el mandatario colombiano, Álvaro Uribe Vélez.
El recorrido lo llevó a reunirse con los presidentes de Perú, Bolívia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil, en una iniciativa que deliberadamente, dejó fuera a Ecuador y Venezuela, por diferencias manifiestas con ambos gobiernos, y a Guyana y Surinam, a los que habría considerado de escasa importancia política.
Se trató de una verdadera carrera contra el tiempo del presidente colombiano, interesado en presentar a la mayoría de los mandatarios de la región, y antes de que este lunes 10, fecha cuando se reunirá en Quito la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, sus argumentaciones sobre el establecimiento de siete bases militares estadounidenses en su país.
La reunión de mandatarios suramericanos tiene por objeto el cambio del presidente Pro tempore de la mancomunidad, que pasará de manos de la jefa del Gobierno chileno, Michell Bachellet, al presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Pero, el telón de fondo de la reunión, el asunto político más importante que va a ser planteado y debatido es desde luego, el tema del establecimiento de siete bases militares estadounidenses en Colombia, sobre el cual la mayoría de los mandatarios de la región ya han adelantado opinión.
Excepto Alan García, de Perú, el resto de presidentes del área han expresado sus reservas o desacuerdos con el proyecto militar colombiano.
Las razones de Bogotá
En detalle, las justificaciones del proyecto militar colombo-estadounidense serán presentadas por el mandatario colombiano a su colegas.
Pero en principio, las autoridades de Bogotá han dicho que el fortalecimiento del Plan Colombia, en la línea del enfrentar al narcotráfico y el terrorismo, es la razón de este convenio militar y que ningún país vecino debía albergar temores por la presencia de los militares estadounidenses en Colombia.
La carta Venezuela
Sin embargo, un delicado elemento se suma a las consideraciones y análisis que ha generado este caso.
El vicepresidente colombiano, primero, el Comandante general del ejército, de segundo, y el propio presidente Uribe en tercer lugar, han acusado a Venezuela de proveer armamento estratégico a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las autoridades colombianas informaron al mundo que en manos de las FARC fueron hallados tres lanzacohetes suecos AT-4, de origen venezolano, armamento que según estos voceros, sería utilizado con fines antiaéreos por los guerrilleros.
El propio presidente Uribe dijo que las FARC han estado desesperadas buscando armamento de este tipo, porque son las incursiones aéreas las que más daños les causan.
Dicho en pocas palabras: el Gobierno venezolano se habría convertido en proveedor de armas estratégicas a la guerrilla colombiana, capacitándola para enfrentar a la aviación militar de ese país.
Las autoridades colombianas han hecho uso de este argumento, en momentos cuando le llueven condenas de todo el mundo y aun desde el interior de su propio país, por el establecimiento de las bases militares estadounidenses.
Queda claro que los enclaves militares se justifican para enfrentar las acciones de enemigos como Venezuela.
UNASUR y las diferencias
La reunión de UNASUR, en Quito, el próximo lunes 10 de agosto, remarcará diferencias en Latinoamérica.
El debate sobre las bases estadounidenses consolidará posiciones encontradas y arruinará canales de comunicación construidos previamente sobre la base del diálogo integrador
Por un lado, Colombia con el ya declarado apoyo de Perú, y por el otro, Venezuela, Ecuador y Bolivia, con el respaldo de Brasil y Uruguay, Surinam y Guyana, y tal vez el respaldo distante de Chile y Paraguay.
El presidente Uribe ya ha dicho que no asistirá, tal vez porque la reunión se efectúa en un país que tras ser agredido por el ejército colombiano en marzo de 2008, rompió relaciones con Bogotá.
Después de Quito
Es posible que en la reunión de Quito, la UNASUR viva su experiencia más tirante y definitoria desde que se creó el 23 de mayo de 2008.
Parece ser la primera prueba de fuego de la mancomunidad regional, tanto por el alcance de las decisiones que habrá de tomar, como por la incidencia que esas resoluciones tendrán en su propio seno.
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