quinta-feira, 5 de março de 2009

Colombia/Sacerdote denuncia a fuerza pública por vínculos con paramilitares

El sacerdote colombiano, Javier Giraldo, del Centro de Investigación y Educación Popular, reiteró este lunes su denuncia en cuanto a los vínculos entre paramilitares y miembros de la Fuerza pública colombiana, lo que según el cura Giraldo, se evidenció en la matanza y empecinamiento contra los pobladores de una comuna ubicada en Medellín, en 2002, actos que continúan impunes.

3 marzo 2009/TeleSUR http://www.telesurtv.net

En declaraciones exclusivas a TeleSUR, el sacerdote colombiano, Javier Giraldo, del Centro de Investigación y Educación Popular, manifestó que "la relación entre la fuerza pública y el paramilitarismo se hizo evidente y yo creo que las fosas que han encontrado después, en una zona aledaña a la comuna, una zona controlada completamente por los paramilitares confirma toda esta relación entre la fuerza pública y el paramilitarismo allí",
Sus palabras hacen referencia a los hechos acontecidos en 2002, en una población de Medellín y en torno al cual, el cura tomó testimonios vivos, al poco tiempo de haber ocurrido lo que él denominó "un acto de guerra, con helicópteros, tanques de guerra y miles de efectivos de la Fuerza pública contra una población inerme".
A continuación se transcribe la entrevista exclusiva que concedió el sacerdote a TeleSUR:

- ¿ Cuáles son los detalles, padre y las informaciones que ustedes recopilaron de la operación Orión en relación con la participación de paramilitares de alias Don Berna en la desaparición y asesinato de decenas de personas aliadas con el ejército por expresa autorización del general Mario Montoya?

Bueno en esa época, en octubre de 2002, cuando nosotros nos enteramos de la operación Orión, tuvimos en las semanas anteriores mucho contacto con las familias de las víctimas. Yo mismo recorrí varios de los barrios más pobres de esa comuna como la de Independencias, el Saladro, etcéterá; y pude estar en contacto con muchas familias de víctimas y recoger de ellas, en reuniones realmente muy impactantes por toda la conmoción que todavía tenían, recoger como de primera mano las informaciones y los datos de lo que fue esa operación.
Una operación en la cual hubo muertos, heridos, desaparecidos, centenares de detenidos de forma arbitraria. Operación en la que las detenciones arbitrarias se practicaban de una manera demasiado ilegal: se cerraban las esquinas, a todo mundo le pedían la cédula y una cantidad de fiscales, que iban con los miembros de la Fuerza Pública, tomaban esas cédulas y allí redactaban las órdenes de captura sobre formularios que ellos mismos llevaban allí.
Fue la arbitrariedad absoluta. Nosotros recogimos toda esa información y publicamos este documento (libro sobre los acontecimientos) unos meses después, quisimos darle al país la otra versión de los hechos e incluso, cuando ya estaba publicada la cartilla, nos reunimos con muchos estamentos de las sociedad de Medellín, con universidades, con organizaciones de los barrios populares, con familia, con la misma Iglesia, con las parroquias, los religiosos y también con gente del Gobierno y les entregamos esta versión y nos impresionó mucho el hecho de que mucha gente de universidades, de centro de investigación en Medellín, cuando escuchaban nuestro relato, sacado de los testimonios de la misma familias, se aterraban y decían, ¿eso sucedió aquí?, al lado nuestro y nosotros no sabíamos lo que realmente ocurrió.
La prensa nos engañó, la prensa nos presentó otra imagen muy diferente de los que estaba sucediendo y se daban golpes de pecho porque esto realmente había sucedido al lado de ellos y no habían percibido la gravedad de los hechos.
Nosotros subrayamos que esto era una operación en que se violaba de una manera muy flagrante, el Derecho Internacional Humanitario, porque era un acto de guerra, con helicópteros, tanques de guerra, miles de efectivos de la Fuerza pública contra una población inerme de una pobreza impresionante. Cuando yo recorrí esos barrios me daba cuenta de la pobreza tan absoluta que vivía la gente.

- ¿Es evidente, entonces, que la declaración de alias Don Berna es cierta sobre el accionar paramilitar en esa operación?

Si, yo creo que en todos los testimonios que nosotros recibimos, toda la población de la zona tenía muy claro la presencia del paramilitarismo en toda la zona, en toda la comuna, y en los barrios. Y lo que es peor yo creo que, como tuvimos ocasión de evaluar meses después con la gente de la comuna, el resultado de esta operación podría sintetizarlo en esto, la impresión de la gente sobre el resultado de la operación, fue que la comuna quedó en manos de paramilitares.
Es decir, la fuerza pública se hizo un poco a un lado. Yo recuerdo que un día recorriendo un poco los barrios, encontramos a los militares haciendo crucigramas, mientras todas las calles estaban llenas de paramilitares ya sin uniformes pero con celulares controlando la vida de la comuna. Osea la relación entre la fuerza pública y el paramilitarismo se hizo evidente y yo creo que las fosas que han encontrado después en una zona aledaña a la comuna, una zona controlada completamente por los paramilitares confirma toda esta relación entre la fuerza pública y el paramilitarismo allí.

- ¿Qué efectos puede tener a nivel internacional, ante una corte penal y ante organismos de derechos humanos una denuncia como ésta, en cuanto a los responsables intelectuales?

Bueno, allí además de la violación directa y grave de los Derechos Humanos como desapariciones, detenciones arbitrarias masivas, bombardeos indiscriminados a la población civil, en fin, las violaciones al Derecho Internacional Humanitario fueron muy claras. Fue un acto de guerra contra una zona donde habitaban, muchos miles, creo que había mucho más de treinta mil habitantes allí, población civil en circunstancias de indefensión. Eso es una violación flagrante del Derecho Internacional Humanitario y yo creo que son crímenes de carácter internacional que si no son sancionados en Colombia, deben ser sancionados por tribunales y Cortes internacionales.

- Para ustedes ¿es evidente que no hubo diligencia y voluntad del Gobierno colombiano de confirmar las denuncias que se hicieron en su momento sobre esa complicidad entre paramilitares y miembros de la fuerza pública?

No realmente esto no ha tenido ningún desarrollo interno en el país, no han sido sancionados los autores y lo más grave es que esa operación fue dirigida por el señor Presidente, el fue el que impulsó y coordinó desde lejos esa operación.

- De nuevo, puede salir el alto Gobierno colombiano a decir que desconocía esos vínculos y esa situación?

Es que esto es un fenómeno que trasciende el caso de la Comuna 13, la relación entre la fuerza pública y los grupos ilegales. Trasciende este hecho, yo creo que abarca a todo el país

http://www.telesurtv.net/noticias/entrev-reportajes/index.php?ckl=201

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