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La Paz, 30 diciembre 2009 (ABN) - El vicepresidente Alvaro García Linera describió la historia de un Congreso subordinado a los mandatos del Ejecutivo, en el período constitucional 1985 y 2005, de apogeo del proceso liberal en Bolivia, al clausurar el miércoles en La Paz el período legislativo 2006-2009, en los umbrales de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
“Entre el año 1985 y 2005 tuvimos un tipo de parlamento pasivo”, porque, sus debates, sus decisiones, sus acuerdos, sus resoluciones y confrontaciones no tuvieron efecto real en la sociedad, “no definieron la lucha política de la sociedad”, lo mismo que “un tipo de parlamento aparente”, afirmó el mandatario en un solemne discurso de clausura de la etapa congresal republicana en Bolivia.
Ante la última representación congresal, del tipo inaugurado en 1982 y de la misma matriz ideopolítica de la fundación de la república, en 1825, García Linera, en su calidad de presidente nato del bicameral Congreso boliviano, cuya vigencia feneció 27 años después de restaurada la democracia criolla, dijo que el parlamento boliviano osciló, en ese lapso, lejos de su misión de alta y amplia representación social y política, entre la pasividad y la apariencia.
“Entre 1985 y el año 2005, 20 años, este hemiciclo de representación de la sociedad no estaba presente la fuerza vital de la sociedad, su diversidad clasista y su diversidad regional”, afirmó el Vicepresidente, en un aparte de su alocución de corte academicista.
Más en el tono de la conclusión analítica que en el de la denuncia o la reiteración, dijo que las decisiones que adoptaron los congresos en los sucesivos períodos 1982-85; 1985-89; 1989-1993; 1993-1997; 1997-2002 y 2002-2005 no beneficiaron a las grandes mayorías nacionales.
“Tampoco las decisiones que se tomaban en el parlamento en verdad influían activamente en las luchas que se daban en la sociedad”, afirmó ante el plenario.
García Linera subrayó que, en tal contexto, el Ejecutivo cumplió una función dominante y subordinó a sus decisiones al Legislativo, lejos del precepto de la independencia de poderes.
Entre 1985-2005 “quien tenía el mando de las decisiones era el Ejecutivo y el Parlamento (cumplía) una acción pasiva, meramente receptiva de lo que hacía el Ejecutivo”, subrayó.
A menos de una semana de la instalación de la ALP, el Vicepresidente destacó que, a contrapelo a esa historia de sujeción y aparente legitimidad y representación falseada, en el en período constitucional 2006-2009 se plantó un Congreso de transición que restauró en alguna proporción el apotegma de la representación y legitimidad.
“Ha sido el primer gran esfuerzo por una representación total de la sociedad, (una convergencia de) empresarios, indígenas, obreros, transportistas, comerciantes, profesionales, abogados; un primer esfuerzo de una mayor representación real de la sociedad civil en al ámbito de la representación política parlamentaria”, consideró.
“Entre el año 2006 y 2009 lo que hemos tenido ha sido un Congreso conflictivamente real” que, sin embargo, tuvo el acierto de aprobar las grandes leyes que abonaron el camino a la reconstitución del Estado patente en la Constitución, vigente desde febrero último, y que contiene el paradigma de la ALP.
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