17 mayo 2014, Rebelión http://www.rebelion.org (México)
Entrevista con René Ramírez, Secretario de Educación Superior,
Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador
La planta baja del hotel bulle en un ir y venir de personas de todo
tipo. Para alguien recién caído a cualquiera de los butacones de los apartados,
la mezcolanza no podría que resultarle como menos sorprendente: trajeados,
turistas, secretas, periodistas, europeos, latinos… sobre todo latinos. La
amabilidad de Mayra nos da la bienvenida tras sortear unos cuantos policías
nacionales mucho más relajados que en otras ocasiones en las que nos hemos
tenido que cruzar las miradas. Rafael Correa, nos explica, está al caer.
El día anterior, el
presidente de Ecuador había recibido el doctorado Honoris causa de la
Universidad de Barcelona y la comitiva se desplazaba a Madrid durante la
mañana. Unos minutos de nerviosismo entre el personal preceden a la entrada del
presidente en el hall del hotel. Sorprende su entrada, pausada, apenas
vigilada, saludando y pasando a nuestro lado como si de un turista se tratara y
que buscara el ascensor más cercano. Pero no es él quien nos cita en uno los
apartados sino René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia,
Tecnología e Innovación, así como Presidente del Consejo de Educación Superior
(CES), Presidente de Yachay y
Presidente del Consejo de Propiedad Intelectual.
-Nací en Quito, ciudad
donde realicé mis estudios superiores como becario de la Universidad San
Francisco, institución en la que obtuve el reconocimiento académico Magna Cum
Laude, en 1997, al momento de graduarme como Economista. Posteriormente
continué mis estudios, gracias a una beca del Gobierno de México, de maestría
en Gobierno y Políticas Públicas, título otorgado por la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO-México. Mi inquietud académica me
motivó a obtener un segundo postgrado, por lo que fui becado por FLACSO México
y cursé Metodología Cuantitativa en la Universidad de Michigan. A finales de
2005, obtuve mi maestría en Economía del Desarrollo en el Institute of Social
Studies de Holanda, estudios que realicé gracias a que obtuve una beca otorgada
por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
- ¿Y que hace un economista dirigiendo la educación en
un país como Ecuador?
-Creo que existe una
articulación importante que a veces no se puede visualizar como es la
separación de la parte educativa de la parte productiva. Nosotros, en Ecuador, tenemos
un índice de desarrollo humano alto conseguido con este gobierno. Cuando
descompones el índice de desarrollo humano, ves que ese crecimiento, o la causa
por la cual hemos conseguido esos niveles, se debe a factores sociales, no al
factor económico-productivo. Y ese es un problema que tienen nuestros países,
problemas estructurales, que no ha habido una fusión con el patrón de
acumulación. Nosotros, como proyecto político de la revolución ciudadana hemos
pensado que tenemos que pasar de una economía de recursos finitos, exportador e
importador, a una economía de recursos infinitos basada en el conocimiento. Y
en ese sentido, el papel articulador del sistema educativo con el sistema
productivo pasa por el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Entonces,
quizás, justamente por eso, la Secretaría que presido y que fue creada por ley
en 2010, busca esa articulación y por esos se llama Secretaría de Educación
Superior, Ciencia y Tecnología. Y aquí hay que tener claro que la ciencia es
objetiva pero no es neutra y eso implica una disputa de economía política. Y
quizás por eso también estoy aquí, porque en esa disputa hay que dar la
batalla.
- Veo una amplia delegación haciendo una gira por
Europa buscando colaboración en el área del conocimiento. ¿Cuál es el objetivo?
-Uno de los temas
fundamentales para nuestros países es que debemos cerrar las brechas del
conocimiento, tenemos que tener clara conciencia que es un trabajo enorme y que
no podemos partir desde cero. Por suerte, si es que se maneja bien la normativa
y la regulación, en el tema científico y en el tema educativo se puede dar lo
que se denomina el emparejamiento tecnológico y cognitivo si es que te
articulas con los mejores centros de investigación, con las mejores academias a
nivel mundial. Entonces, la gira que hemos hecho por EEUU, por Europa, por
Asia, busca ese acercamiento a los mejores centros a nivel mundial con una
particularidad: que ese acercamiento debe de estar en el marco de una
estrategia de desarrollo del país y en el marco de la integración
latinoamericana.
-¿Tiene que ver esta gira con los tratados de libre
comercio que queréis impulsar?
-No, esa es una
discusión que, obviamente, se tiene que articular y que debe hacerse en el tema
de propiedades intelectuales. No estamos tratando esos temas con el presidente,
estamos articulando con las universidades, centros de investigación… de Europa
pero uno de los temas fundamentales que se está tratando, y es una línea roja
para el gobierno, es que en qué medida los acuerdos comerciales que se firmaron
o que nosotros estamos negociando van en detrimento de la estrategia de
desarrollo que tenemos y cuyo centro pasa por el tema del conocimiento y,
obviamente, el comercio mundial. Ese comercio se articula a través de la
normativa de propiedad intelectual. Si esto fuera en detrimento de esta nueva
perspectiva, que no puede ser una propiedad intelectual cerrada, solo la que
vaya más allá de lo que en Ecuador en este momento necesita en su desarrollo
tardío. Eso sí que sería una línea roja para firmar o no firmar un acuerdo
comercial.
-¿Hablas de libre comercio en el terreno del
conocimiento? ¿Hay algún tipo de cambio en el gobierno ecuatoriano en lo que
entendemos como propiedad intelectual? ¿No ha balanceado el gobierno hacia
quienes pretenden aprovechar económicamente los grandes recursos naturales en
contra de los intereses del sector indigenista, más partidario de la
conservación medioambiental y de los derechos de los pueblos ancestrales?
-Creo que no, todo lo
contrario. Esa disputa trasciende al propio país, ya que es una disputa, creo
yo, de los países del sur que tienen que darse. Actualmente, si uno analiza el
momento histórico que vive nuestro mundo, se vive un nuevo capitalismo que es
el capitalismo cognitivo, que busca la dependencia de la mente-factura, no ya
de la manu-factura. Nuestros países tratan de buscar esa segunda independencia
pero no se podrá dar si no existe una emancipación del conocimiento y eso tiene
que plasmarse, tiene que pelearse en un marco regulatorio. Nosotros estamos
proponiendo en toda la región un código orgánico de economía social del
conocimiento, de la capacidad de innovación a través de herramientas, de
participación a través de lo que llamamos el wiki-código que está discutiéndose
en la página web y que, en diferentes capítulos, la ciudadanía puede participar
con artículos o críticas. Pero el objetivo fundamental de este código es romper
con la tragedia de los lugares comunes, del hiper-patentamiento, de la
privatización del conocimiento que lleva a una sub-utilización. Nosotros lo que
intentamos con ese código es recuperar el sentido del conocimiento y
dependiendo, eso sí, de lo que nos interesa para nuestro país y para su
historia. Por ejemplo, las normas para que no se haga bio-piratería y para que
se protejan los saberes ancestrales de nuestros pueblos. Esto pasa a ser un
tema fundamental dentro de este código y pasa a ser considerado como un
patrimonio intangible del estado y, en el caso de los saberes ancestrales,
entran dentro de un mecanismo sui generis que estamos insertando en el código.
Eso se concreta después a través de mecanismos específicos normativos que ya
andamos negociando con contratos que preservan la propiedad del conocimiento y
que se amplía a multiplicidad de propiedades, no solo la privada, también a la
mixta, la colectiva, comunitaria…
-¿Hay un peligro de involución en la filosofía del
buen vivir con este tipo de tratados, en este flirteo con el capitalismo?
-Tenemos que entender
que para que se dé una gran transformación lo que estamos disputando en este
momento es una gran transición. Si no somos capaces de entender que esa gran
transición implica una disputa política en democracia y en paz, va a ser
difícil entender que con posturas de blanco y negro, del todo o nada puede
llevar a revertir lo que se ha ganado. A veces, lamentablemente, el concepto
del buen vivir se ha prostituido pero es necesario recuperar ese sentido que
para el caso del Ecuador está recogido en la Constitución de la República. Pero
creer a priori que un país como Ecuador puede cambiar el capitalismo es no
tener los pies sobre la tierra. Hay que trabajar en el marco de las
posibilidades que dicta la economía política interna para dar la disputa a
nivel internacional que urge y que es necesaria para la integración latinoamericana.
- ¿Como afecta a la población ecuatoriana las
políticas educativas implementadas por el gobierno de Rafael Correa?
-Les afecta
directamente. Cuando uno habla del tema educativo tiene que hablar de cuatro
componentes: el tema económico-productivo, el tema de sociabilidad ambiental,
el tema de transformación cultural y el tema de confección de una democracia
radical. En el económico tiene un impacto en el bienestar de la población
porque al recuperar el sentido de lo público en la Educación, lo que hemos
hecho es un proceso de democratización en el acceso a la Educación y eso tiene
una relación directa en la calidad de vida y en los ingresos de la población.
Por ejemplo, en el caso de la Educación Superior, antes teníamos el
arancelamiento de las Universidades que ahora son gratuitas, teníamos una
elitización socio-económica ya que solamente los estratos más ricos entraban a
la Universidad. Esos arancelamiento era en las universidades estatales, por eso
yo digo que teníamos universidades estatales no públicas. Con la gratuidad, con
la política de becas que damos a los estratos más pobres, se ha duplicado la
matrícula de esos segmentos, se ha doblado la matrícula de los indígenas y los
números señalan, por ejemplo, que entre las personas que entran a la
Universidad, la probabilidad de salir de la pobreza crece 0.7%. Por lo tanto ha
tenido un impacto en la mejora. No es solo importante eso, porque a veces
también existe un debate en América Latina en temas de precariedad, de igualdad
de oportunidades y de democratización ya que muchos países han insistido en la
democratización en detrimento de la calidad, otros han buscado solo la calidad
en detrimento de la democratización. En el caso del Ecuador hemos hecho las dos
cosas a la vez, un sistema que busca la excelencia y el aumento de la calidad
pero sin retroceder un ápice en detrimento de los principios de la revolución
ciudadana, que es construir una democracia radical a través de una educación de
calidad para todos.
- ¿Qué datos del acceso de la población a los
diferentes niveles educativos manejan desde la Secretaría?
-En estos momentos se
ha incrementado de la matrícula en 8 puntos porcentuales, a pesar del cierre de
14 universidades, todas ellas particulares. Ha habido una duplicación de la
matrícula de los quintiles más pobres que convierten al Ecuador en el país con
el 27% de matrícula de esos quintiles, con la matrícula más alta de la región.
Y esto se debe a una política deliberada. El coste para un pobre era demasiado
alto y lo hemos eliminado a través de la gratuidad, la eliminación del factor
de discriminación de facto en el bachillerato, para lo que creamos el sistema
de nivelación, para igualar oportunidades en el acceso desde el bachillerato a
la Universidad; y a través de la política de becas “Eloy Alfaro” por la que
aquellas personas de bajos recursos que reciben el bono de desarrollo humano y
entran a la universidad, reciben una remuneración básica unificada. Con eso se
está consiguiendo igualar las oportunidades y tenemos que cada semestre crece
un 13% la matrícula de personas de extrema pobreza, personas que vienen de
familias que reciben el bono de desarrollo humano. Nosotros no buscamos ese
paternalismo del estado a través de transferencias monetarias sino que lo que
buscamos es la emancipación del ciudadano a través de la educación. Si la
persona que recibe la transferencia llega a la Universidad, la probabilidad de
salir de esa pobreza es mucho más alta si tan solo recibe el apoyo económico.
-¿Que hace Ecuador en materia de investigación?
-La investigación tiene
que ser responsable, sostenible ambientalmente, tiene que estar en el marco de
la creación de otro patrón de acumulación que permita la emancipación económica
y productiva. No podrá haber buen vivir si no tenemos, ya ahí sí, en términos
marxistas, un cambio en el patrón de acumulación que tiene el Ecuador. En
términos estructurales tenemos un sistema primario exportador y secundario
importador con el que el país no va a ningún lado. Para que exista una libertad
plena de los ciudadanos tiene que haber una emancipación del pensamiento. El
actual sistema castra la creatividad, la generación de ideas y se ve en la
crisis que ha vivido América Latina y muchos países del sur que también han
vivido una crisis del pensamiento. Por lo tanto, no va a haber una posibilidad
de una segunda independencia, una emancipación social dentro del buen vivir si
no hay una revolución cognitiva.
-¿Como se trabaja en este ámbito para la integración
de América Latina?
-El año pasado creamos
el Consejo Suramericano de Educación, Cultura, Ciencia,
Tecnología e Innovación(COSECCTI)*. Nosotros
lo que hemos tenido es una importación de ese conocimiento pero ya se está
discutiendo, y nosotros estamos presidiendo este organismo, el tener una agenda
investigativa regional en función de los problemas. Yo siempre pongo el ejemplo
de que como nosotros no hemos generado el conocimiento, no hemos hecho
investigación para potenciar nuestras capacidades y para resolver nuestros
problemas, por eso existe lo que se denomina las enfermedades olvidadas que son
aquellas de las que se han olvidado las farmacéuticas porque no son rentables y
no han sido investigadas. Por eso nosotros debemos tener una agenda
investigativa que busque garantizar derechos, satisfacer necesidades, potenciar
capacidades en toda la región, Y por esa senda tenemos que avanzar. Esto no
puede ser trabajo de un solo país, tiene que ser un trabajo completamente
regional.
Nota: El Consejo Suramericano de Educación, Cultura, Ciencia,
Tecnología e Innovación (COSECCTI) es una instancia política de la Unasur, que
busca concertar y promover políticas y proyectos comunes, desde las áreas de
educación, cultura, ciencia, tecnología e innovación; para fortalecer el
proyecto integrador y de desarrollo de la región. Fue creado en la III Reunión
Ordinaria de la UNASUR celebrada en Quito, el 10 de agosto de 2009, fecha en la
que Ecuador asumió la Presidencia Pro Tempore, por el lapso de un año. La
coordinación del Consejo está presidida por la Secretaría Nacional de Planificación
y Desarrollo (SENPLADES) de Ecuador, quien, a petición del Ministerio de
Relaciones Exteriores Comercio e Integración del gobierno ecuatoriano, es el
organismo encargado de elaborar una propuesta de estatuto y un plan de acción.
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