1 mayo 2015,
Rebelión http://www.rebelion.org (México)
Mahdi Darius Nazemroaya*, Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
La Conferencia de Moscú
sobre la Seguridad Internacional en abril fue utilizada como punto de reunión
para advertir a EE.UU. y a la OTAN de que otras potencias mundiales no les
permitirán actuar según su antojo.
La posición sobre
esfuerzos conjuntos entre China, India, Rusia e Irán contra la expansión de la
OTAN fue aumentada con planes para negociaciones militares tripartitas entre
Pekín, Moscú, y Teherán.
Ministros de defensa y
funcionarios militares de todo el mundo se reunieron el 16 de abril en el prestigioso
Radisson Royal u Hotel Ukraina, una de las mejores piezas de arquitectura
soviética en Moscú, conocido como una de las “Siete Hermanas” que fueron
construidas durante la época de José Stalin. El evento, de dos días de
duración, auspiciado por el Ministerio Ruso de Defensa fue la cuarta
Conferencia anual de Moscú sobre Seguridad Internacional (MCIS, por sus siglas
en inglés).
Asistieron funcionarios
civiles y militares de más de setenta países, incluyendo
miembros de la OTAN.
Quince ministros de defensa participaron en el evento. Sin embargo, aparte de
Grecia, ministros de defensa de países de la OTAN no participaron en la
conferencia.
A diferencia de años
anteriores, los organizadores de la MCIS no enviaron una invitación a Ucrania
para la conferencia de 2015. Según el ministro adjunto de defensa ruso Anatoly
Antonov: “En esta etapa de brutal antagonismo informativo respecto a la crisis
en el sudeste de Ucrania, hemos decidido no inflamar la situación en la
conferencia y en esta situación tomamos la decisión de no invitar al evento a
nuestros colegas ucranianos”.
En una nota personal,
como un tema de interés, he seguido estos tipos de conferencias durante años
porque tienden a producir declaraciones importantes sobre políticas exteriores
y de seguridad. Este año esperaba atentamente la inauguración de esta
conferencia de seguridad en particular. Aparte de que tenía lugar en
circunstancias en las cuales el paisaje geopolítico del globo cambia
rápidamente, me interesaba ver lo que produciría la conferencia ya que en 2014
me consultaron a través de la Embajada rusa en Canadá si me interesaba asistir
a la IV MCIS.
El resto del mundo: Escuchando las preocupaciones de
seguridad euroatlánticas
La conferencia de Moscú
es el equivalente ruso de la Conferencia de Seguridad de Munich realizada en el
hotel Bayerischer Hof en Alemania. Existen, sin embargo, diferencias críticas
entre los dos eventos.
Mientras la Conferencia
de Seguridad de Munich es establecida respecto a la seguridad euro-atlántica y
considera la seguridad global desde el punto de vista ‘atlanticista’ de la
OTAN, la MCIS representa una perspectiva global más amplia y diversa. Considera
el resto de las preocupaciones de seguridad mundial no euro-atlánticas,
particularmente de Medio Oriente y de Asia-Pacífico. Incluyendo desde
Argentina, India, y Vietnam hasta Egipto y Sudáfrica, la conferencia en el
Hotel Ukraina atrajo una variedad de grandes y pequeños protagonistas, cuyas
voces e intereses de seguridad, de una u otra manera, son por otra parte
desestimados e ignorados en Munich por los dirigentes de EE.UU. y de la OTAN.
El ministro de defensa
ruso, Sergey Shoigu, quien tiene el rango de abanderado que es igual al de un
general de cuatro estrellas en la mayoría de los países de la OTAN, abrió la
conferencia. También habló, y junto a Shoigu estaba sentado el ministro de
exteriores ruso Sergey Lavrov y otros funcionarios de alto rango. Todos ellos
se refirieron a la guerra de múltiples espectros de Washington que ha utilizado
revoluciones de color, como EuroMaidán en Ucrania y la Revolución Rosa en
Georgia, para cambios de régimen. Shoigu citó Venezuela y la Región
Administrativa Especial Hong Kong de China como revoluciones de color
fracasadas.
El ministro de
exteriores Lavrov recordó a los asistentes que las posibilidades de un
peligroso conflicto mundial aumentaban debido a la falta de preocupación de
EE.UU. y la OTAN por la seguridad de otros y una falta de diálogo constructivo.
Al presentar su argumento, Lavrov citó al presidente de EE.UU. Franklin
Roosevelt al decir: “En esto no puede haber un punto intermedio. Tendremos que
tomar la responsabilidad por la colaboración mundial, o tendremos que soportar
la responsabilidad por otro conflicto mundial.” “Creo que formularon una de las
principales lecciones del conflicto global más devastador en la historia: solo
es posible enfrentar los desafíos comunes y preservar la paz mediante esfuerzos
colectivos, conjuntos, basados en el respeto por los legítimos intereses de
todas las partes”, explicó hablando de lo que los dirigentes mundiales
aprendieron de la Segunda Guerra Mundial.
Shoigu tuvo más de diez
reuniones bilaterales con los diferentes ministros de defensa y dirigentes que
llegaron a Moscú para la MCIS. Durante una reunión con el ministro serbio de
defensa Bratislav Gasic, Shoigu dijo que Moscú considera que Belgrado es un
socio fiable en la cooperación militar.
Coalición chino-rusa-iraní: pesadilla de Washington
El mito de que Rusia
está internacionalmente aislada fue destruido nuevamente durante la
conferencia, que también produjo algunos anuncios importantes.
El ministro de defensa
de Kazajistán, Imangali Tasmagambetov y Shoigu anunciaron que había comenzado
la implementación de un sistema conjunto de defensa aérea kazajo-ruso. Eso no
es solo indicativo de la integración del espacio aéreo de la Organización del
Tratado de Seguridad Colectiva, sino forma parte de una tendencia. Presagió otros
anuncios contra el escudo de defensa de misiles de la OTAN.
Sin embargo, la
declaración más vigorosa fue la del ministro iraní de defensa Hussein Dehghan.
El brigadier general Dehghan dijo que Irán quiere que China, India, y Rusia
estén agrupados en la oposición conjunta contra la expansión hacia el este de
la OTAN y la amenaza a su seguridad colectiva planteada por el proyecto de
escudo de misiles de la alianza.
Durante una reunión con
el ministro chino de defensa Chang Wanquan, Shoigu subrayó que los vínculos
militares de Moscú con Pekín constituyen su “prioridad más importante”. En otra
reunión bilateral los jefes de la defensa de Irán y Rusia confirmaron que su
cooperación formará parte de uno de los puntos básicos de un nuevo orden
multipolar y que Moscú y Teherán ven con armonía su actitud estratégica hacia
EE.UU.
Después que Dehghan y
la delegación iraní se reunieron con Shoigu y sus homólogos rusos, se anunció
que tendrá lugar una cumbre tripartita entre Pekín, Moscú, y Teherán. La idea
fue posteriormente endosada por la delegación china.
El entorno geopolítico
está cambiando y no es favorable a los intereses de EE.UU. No solo se ha
formado una Unión Económica Eurasiática de Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, y
Rusia en el corazón post-soviético de Eurasia, sino Pekín, Moscú, y Teherán –la
Triple Entente Eurasiática– ha pasado por un largo proceso de integración
política, estratégica, diplomática y militar.
La armonía e
integración eurasiática desafía la posición de EE.UU. en su “percha occidental”
y cabecera de puente en Europa e incluso orienta a aliados de EE.UU. a actuar
de modo más independiente. Es uno de los temas centrales explorados en mi libro The Globalization of NATO [La globalización de la OTAN].
El ex pez gordo de la
seguridad estadounidense, Zbigniew Brzezinski, advirtió a las elites de EE.UU.
contra la formación de una coalición eurasiática “que eventualmente podría
tratar de desafiar la primacía de EE.UU.” Según Brzezinski una alianza
eurasiática semejante podría surgir como una “coalición china-rusa-iraní” con
Pekín como su punto central.
“Para los estrategas
chinos, enfrentar la coalición trilateral de EE.UU. y Europa y Japón, el
contrabalance geopolítico más efectivo podría ser tratar de formar una triple
alianza propia, vinculando China con Irán en la región del Golfo Pérsico/Medio
Oriente y con Rusia en el área de la antigua Unión Soviética”, advierte
Brzezinski.
“Al evaluar las futuras
opciones de China, hay que considerar también la posibilidad de que una China
económicamente exitosa y políticamente segura de sí misma –pero que se siente
excluida del sistema global y decide convertirse en el defensor y líder de los
Estados desvalidos del mundo– puede decidirse a plantear un desafío no solo
doctrinal articulado sino también un desafío geopolítico poderoso al mundo
trilateral dominante”, explica.
Más o menos, este es el
camino que están siguiendo los chinos. El ministro Wanquan dijo directamente a
la MCIS que se necesita un orden mundial justo.
La amenaza para EE.UU.
es que una coalición chino-rusa-iraní podría, en las propias palabras de
Brzezinski, “ser un potente imán para otros Estados disconformes con el status
quo”.
Contrarrestando el escudo de misiles de EE.UU. y la
OTAN en Eurasia
Una nueva “Cortina de
Hierro” está siendo erigida por Washington alrededor de China, Irán, Rusia y
sus aliados mediante la infraestructura de misiles de EE.UU. y la OTAN. La red
de misiles es ofensiva y no defensiva en su propósito y motivación.
El objetivo del
Pentágono es neutralizar cualesquiera reacciones defensivas de Rusia y otras
potencias eurasiáticas a un ataque con misiles balísticos estadounidenses, que
podría incluir un primer ataque nuclear. Washington no quiere permitir que
Rusia u otros tengan una capacidad de segundo ataque o, en otras palabras,
tengan la capacidad de responder a un ataque por el Pentágono.
En 2011, se informó que
el Primer Ministro Adjunto de Rusia, Dmitry Rogozin, quien era en aquel
entonces el enviado de Moscú ante la OTAN, visitaría Teherán para hablar sobre
el proyecto de escudo de misiles de la OTAN. Se publicaron varios informes,
incluso por Teheran Times,
señalando que los gobiernos de Rusia, Irán, y China estaban planificando la
creación de un escudo de misiles conjunto para contrarrestar a EE.UU. y la
OTAN. Rogozin, sin embargo, desmintió los informes. Dijo que la defensa de
misiles fue discutida entre el Kremlin y sus aliados militares en la
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO).
La idea de cooperación
en la defensa entre China, Irán, y Rusia contra el escudo de misiles de la OTAN
se mantuvo vigente a partir de 2011. Desde entonces Irán se ha acercado a
convertirse en observador en la CSTO, como Afganistán y Serbia. Pekín, Moscú y
Teherán también se han acercado debido a temas como Siria, EuroMaidán, y el
“Giro hacia Asia” del Pentágono. Los llamados de Dehghan a una posición
colectiva de China, India, Irán, y Rusia contra el escudo de misiles y la
expansión de la OTAN combinados con los anuncios en la MCIS sobre negociaciones
militares tripartitas entre China, Irán, y Rusia, también apuntan en esa
dirección.
Sistemas de defensa
aérea S-300 y S-400 de Rusia están siendo introducidos en Eurasia, desde
Armenia y Bielorrusia a Kamchatka como parte de una reacción con tecnología de
punta ante la nueva “Cortina de Hierro”. Esos sistemas de defensa aérea hacen
que los objetivos de Washington para neutralizar la posibilidad de una reacción
o segundo ataque sean mucho más difíciles de realizar.
Incluso funcionarios de
la OTAN y el Pentágono, que se refieren a los S-300 como sistema SA-20 lo
admiten. “Lo hemos estudiado y entrenado para contrarrestarlo durante años.
Aunque no le tememos, respetamos los S-300 por lo que son: un sistema de
misiles muy móviles, exactos, y letales,” ha escrito el coronel de la Fuerza
Aérea de EE.UU. Clint Hinote para el Consejo sobre Relaciones Exteriores en
Washington.
Aunque se ha especulado
que la venta de los sistemas S-300 a Irán marca el comienzo de una gran oferta
internacional de ventas de armas en Teherán como resultado de las negociaciones
en Lausana y que Moscú está tratando de tener una ventaja competitiva en una
reapertura del mercado iraní, en realidad la situación y las motivaciones son
muy diferentes. Incluso si Teherán compra diferentes cantidades de equipamiento
militar de Rusia y otras fuentes extranjeras, tiene una política de
autosuficiencia militar y fabrica primordialmente sus propias armas. Toda una
serie de equipos militares –desde tanques, misiles, aviones de combate,
detectores de radar, rifles, y drones hasta helicópteros, torpedos, obuses para
morteros, buques de guerra, y submarinos– son producidos en el interior de
Irán. Los militares iraníes incluso afirman que su sistema de defensa aérea
Bavar-373 es más o menos el equivalente del S-300.
La entrega del paquete
S-300 por Moscú a Teherán tiene que ver con más que solo un negocio sin
pretensiones. Se propone consolidar la cooperación militar ruso-iraní y realzar
la cooperación eurasiática contra el cerco por el escudo de misiles. Es un paso
más cercano a la creación de una red de defensa aérea eurasiática contra la
amenaza con misiles planteada por EE.UU. y la OTAN contra naciones que se
atreven a no arrodillarse ante Washington.
Este artículo fue
originalmente publicado por RT el 23 de abril.
*Mahdi Darius Nazemroaya es sociólogo, analista geopolítico y un reconocido
autor.
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