Por Manuel E. Yepe
MONCADA
Todo el mundo se prepara para
hacer frente a un próximo colapso del dólar estadounidense. Los aliados
occidentales acuden en masa para unirse al nuevo Banco Asiático para
Inversiones en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en ingles) en tanto
Estados Unidos y el Banco Mundial, desde el banquillo de los acusados donde
está sentado, les habla de gobernanza financiera “adecuada”. Estados Unidos ha
instado a sus aliados a pensarlo dos veces antes de firmar con un nuevo banco
de desarrollo asiático liderado por China, que Washington considera rival del
Banco Mundial, luego que Alemania, Francia e Italia anunciaron su intención de
incorporarse siguiendo el ejemplo de Gran Bretaña.
La intensión concertada de tan
importantes los aliados de Estados Unidos de participar en un proyecto de
Beijing con alcance económico de buque insignia fue un golpe diplomático a
Estados Unidos y a sus esfuerzos por contrarrestar el rápido crecimiento
económico y diplomático de China.
La participación de estas
potencias europeas expresa un afán por colaborar con la economía de la
República Popular China, la segunda mayor del mundo, y tiene mayor
significación porque
se produce en medio de espinosas negociaciones comerciales
entre Bruselas y Washington.
"Espero que antes de
concretar compromisos definitivos prestando sus nombres a esta organización se
asegurarán de que la gobernanza de ésta sea adecuada", dijo el Secretario
del Tesoro Jack Lew a legisladores estadounidenses, según Reuters.
A juicio del periodista
estadounidense Eric Blair en un artículo que publica en la revista digital
Activist Post, parece que muchos países se están cansando de las arbitrarias
sanciones económicas de Estados Unidos, que juega a la política con el sistema
SWIFT, manipula los precios en dólares de los productos básicos, estrangula las
deudas de varias naciones con el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial mediante la desigual representación que rige en estas instituciones,
para no mencionar la despiadada violencia con que suelen proteger estos
escandalosos negocios.
China está cansada de esperar a
que se le concedan más poderes en los bancos internacionales y está creando sus
propias oportunidades alrededor del mundo. En los últimos tiempos se ha
involucrado en la creación del Banco de Desarrollo de los BRICS, en una
alternativa al sistema SWIFT, en la construcción del canal de Nicaragua para
competir con el canal de Panamá y ahora en este nuevo Banco Asiático para
Inversiones en Infraestructura (AIIB).
En los últimos años, las
sanciones impuestas por Estados Unidos han tenido cada vez menos efectos, en la
medida que las naciones sancionadas encuentran más maneras de evadir las
sanciones. Los grandes perdedores pueden terminar siéndolo las empresas
estadounidenses a las que se les prohíbe comercias con ciertas partes del mundo.
Pese a los esfuerzos de los
medios corporativos por revitalizar el conflicto con Rusia, las sanciones no
han funcionado, llevando a algunos halcones occidentales a promover la
exclusión de los bancos rusos del sistema de SWIFT. Esto solo se resolvió cuando
Rusia amenazó con represalias que resultaron en el otorgamiento a Rusia, por
primera vez, de un asiento en el Consejo de SWIFT.
El dominio norteamericano en la
economía mundial disminuye claramente.
El dólar estadounidense se diluye
lentamente como moneda de reserva mundial y eso lo saben todos los actores
clave. El dólar disfruta actualmente de un poder de compra récord en la
economía global por ninguna razón fundamental que no sea que el petróleo se
cotiza en dólares. El desplome del precio del petróleo se aprecia como un
último esfuerzo para impulsar la demanda de dólares. Sin embargo los niveles de
deuda nacional, las guerras interminables y la economía de papeles falsos
aseguran que esta fachada eventualmente colapsará, probablemente tan rápido como
fue creada.
Este nuevo sistema
alternativo puede limitar el contagio con un dólar colapsado. Básicamente es
una buena cosa que el mundo tenga más posibilidades de elección en cuanto a la
movilidad del dinero. Pero, cuidado, no es diferente del actual sistema de
reserva fraccionaria basada en la deuda parasitaria que actualmente actúa cual
sanguijuelas en la mayor parte del planeta, salvo por ligeras diferencias entre
los miembros de las juntas directivas. “Sin embargo, apuesto a que el
establishment les exaltará como salvadores cuando la economía estadounidense ya
no se pueda salvar”, concluye Blair en Activist Post.
La Habana:
http://manuelyepe.wordpress.com
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