13 julho 2016, Xinhua COMENTÁRIO http://spanish.xinhuanet.com
(China)
Beijing (Xinhua) -- Estados
Unidos ha saboteado en incontables ocasiones la ley internacional, violando las
reglas de conducta globales y adoptando dobles estándares.
La Carta de las Naciones Unidas
(ONU) estipula que "todos los miembros deben abstenerse en sus relaciones
internacionales de la amenaza o el uso de fuerza contra la integridad
territorial o la independencia política de cualquier Estado, o de cualquier
otra vía incompatible con los Propósitos de la ONU".
Sin embargo, Estados Unidos ha
despreciado y ha violado en repetidas ocasiones esa norma.
El 20 de diciembre de 1989, el
Ejército estadounidense invadió
Panamá para derrocar el general panameño Manuel
Antonio Noriega.
El 24 de marzo de 1999, las
fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezadas
por Estados Unidos y sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU,
emprendieron ataques militares contra un Estado soberano, la entonces República
Federal de Yugoslavia.
El 20 de marzo de 2003, Estados
Unidos, junto con sus aliados, lanzó una guerra contra Irak con el argumento
que resultó ser falso de que poseía armas de destrucción masiva.
Cuando la ley internacional se
convierte en un obstáculo para sus intereses, Estados Unidos simplemente
renuncia a cualquier acuerdo vinculante.
Estados Unidos firmó en 1998 el
Protocolo de Kyoto, rubricado por 128 naciones y que buscaba reducir las
emisiones de dióxido de carbono un cinco por ciento con respecto a los niveles
de 1990 antes de 2012. No obstante, en 2001 se retiró, argumentando que era
demasiado caro y cometía el error de excluir a los países en vías de
desarrollo.
También se retiró unilateralmente
del Tratado de Misiles Antibalísticos que había firmado con la entonces Unión
Soviética en 1972.
Además, Washington ha rehusado
ratificar la Convención de la ONU sobre el Derecho en el Mar (UNCLOS, por sus
siglas en inglés) y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos
Nucleares. Si se uniese a ambos, contribuiría a la paz mundial y a reducir el
peligro de conflictos.
En definitiva, es difícil
encontrar una regla internacional que Estados Unidos haya cumplido de principio
a fin. El "Tío Sam" suele mirar para otro lado cuando se trata de la
ley internacional, al considerarla un impedimiento para su hegemonía.
La actual legislación
internacional, con la Carta de la ONU en su centro neurálgico, se formó después
de la Segunda Guerra Mundial y el establecimiento de las Naciones Unidas, y se
convirtió gradualmente en la regla de conducta de la comunidad internacional.
Sin embargo, con el fin de la
Guerra Fría y la llegada de la globalización económica y la era de la
informatización, esta ley se enfrenta a nuevos desafíos.
Hoy en día, el desarrollo y la
evolución de la legislación internacional se han convertido en una tendencia
incontenible y deben ser promovidas a través de acuerdos internacionales,
prácticas y precedentes judiciales.
Mientras tanto, ha llegado la
hora de que los países emergentes se involucren en el proceso, mejoren los
vigentes mecanismos de resolución de las disputas internacionales y reduzcan la
influencia de los países desarrollados a la hora de dictar el manejo de los
asuntos internacionales.
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