2 enero 2015, Rebelión http://www.rebelion.org
(México)
Agencias
Acompañada por varios de
sus colegas de la región, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff , asumió
este jueves su segundo período al frente del país más grande de Sudamérica. Las
calles de Brasilia se vieron atestadas de seguidores de la jefa de Estado, que
llegó al Congreso tras recorrer en un Rolls Royce los dos kilómetros que
separan la Catedral Metropolitana de la sede del Poder Legislativo.
Al acto
acudieron representantes de más de 70 países, entre ellos 14 mandatarios, que
presenciaron cómo la presidenta de 67 años, reelecta en los comicios del pasado
26 de octubre con el 51,64 por ciento de los votos, juró mantener, defender y
cumplir la Constitución e impulsar el bien general del pueblo, así como
defender la soberanía del país. La ceremonia de investidura fue dirigida por el
presidente del Senado, Renan Calheiros.
En el
discurso que pronunció en el Congreso para asumir su segundo mandato, Dilma
Rousseff aseguró que la prioridad de la política externa de su Gobierno seguirá
siendo la integración latinoamericana pero sin
dejar de fortalecer lazos con EE.UU.,
la Unión Europea y Japón.
“Mantendremos como prioridad (la integración de)
Suramérica, América Latina y el Caribe”, dijo la mandataria en el discurso que
pronunció ante el pleno del Congreso tras jurar el cargo para iniciar un nuevo
mandato de cuatro años.
De
acuerdo con la mandataria, esa prioridad será traducida en esfuerzos por
fortalecer los mecanismos regionales de integración de los que Brasil forma
parte, entre los que citó el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Países de América Latina y
del Caribe (Celac).
La jefa
de Estado garantizó que no adoptará “discriminaciones de orden ideológico” en
sus esfuerzos de integración al referirse a algunas diferencias entre los
países latinoamericanos, algunos mas o menos alineados con Estados Unidos y más
o menos defensores de políticas liberales.
Rousseff
aprovechó el pronunciamiento para agradecer “la presencia” de sus “queridos
colegas y gobernantes de América Latina aquí presentes”.
A los
actos de su nueva investidura asisten los presidentes de Bolivia, Chile, Costa
Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como los vicepresidentes de China,
Estados Unidos y Argentina -- en esa orden los mayores socios comerciales de
Brasil -- y delegaciones de otros 70 países, entre ellos la de Cuba encabezada
por el vicepresidente José Ramón Machado Ventura.
Agregó,
que, además de darle prioridad a Latinoamérica, se hará “énfasis” a las
“relaciones con África, con los países asiáticos y con el mundo árabe”.
Igualmente citó como de interés de su política
externa la mayor integración con los socios del Brasil en el Brics, el foro de
las grandes economías emergentes integrado también por Rusia, India, China y
Sudáfrica.
“Con los
Brics, nuestros socios estratégicos, avanzaremos en el comercio, en la
cooperación científica y tecnológica, en las acciones diplomáticas y en la
implementación del Banco de Desarrollo de los Brics y de un acuerdo de
contingencia de reservas”, aseguró.
Pese a
establecer como prioridad la relación con otros países en desarrollo y
emergentes, la jefa de Estado descartó que pueda restarle importancia a las
relaciones con los más ricos.
“Es de
gran importancia mejorar nuestra relación con Estados Unidos, por su
importancia económica, política, científica y tecnológica, además del volumen
de nuestro comercio bilateral. Lo mismo es válido para nuestras relaciones con
la Unión Europea y con Japón, con los que tenemos lazos fecundos”, dijo.
Rousseff
defendió la normalización de las relaciones con Washington en una ceremonia en
la que, entre otras autoridades extranjeras, asistió el vicepresidente de
Estados Unidos, Joe Biden, en representación del mandatario Barack Obama.
La
relación entre Brasil y EE.UU. mantiene una baja intensidad desde mediados de
2013, cuando el exanalista de la CIA Edward Snowden denunció que, entre muchas
personalidades espiadas por las agencias estadounidenses, estaban Rousseff,
varios de sus ministros y hasta estatales brasileñas, como la petrolera Petrobras.
Tras esas
denuncias, Rousseff suspendió una visita de Estado a Washington que tenía
planificada para octubre de 2013 y la relación con la Casa Blanca se enfrío
hasta hace dos meses, cuando la mandataria fue reelegida y conversó
telefónicamente con Obama.
“Decidimos
que adoptaremos todas las medidas necesarias para continuar con nuestras
relaciones estratégicas, incluyendo visitas de Estado recíprocas en este
segundo mandato”, dijo Rousseff sobre esa conversación.
En el
discurso de toma de posesión, la mandataria dijo que la política externa
brasileña seguirá guiada por los principios de respeto a la soberanía, defensa
de la solución negociada de los conflictos, defensa de los derechos humanos y
el multilateralismo.
Agregó
que, tras el Mundial de fútbol Brasil 2014, en su nuevo cuatrienio todos los
países volverán a fijarse en Brasil debido a su condición de organizador de los
Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
“En 2016
la mirada internacional estará dirigida a Brasil con los Olímpicos. Estamos
seguros de que de nuevo, como ocurrió en el Mundial (de fútbol), demostraremos
nuestra capacidad de organización”, aseguró.
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