5 novembro 2015, ADITAL Agencia de
Información Fray Tito para América Latina (Brasil)
Con la realización de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos, a pesar de las expectativas generadas después de un largo trabajo de
investigación en la comunidad católica del mundo entero, no habrá cambios
teológicos profundos en la Iglesia con respecto a su concepción y a las
doctrinas relacionadas a la familia. Para Héctor Torres, sociólogo, teólogo
colombiano, y columnista de Adital, debemos, sin embargo, reconocer avances en
el "hacer Iglesia", vivenciado por los obispos presentes en el
Sínodo, concluido en el último día 25 de octubre, en el Vaticano.
"El Papa insistió y logró que los obispos perdieran el miedo de
decir lo que piensan. Me llamó mucho la atención que, en las conferencias de
prensa, los obispos estaban entusiasmados porque el Papa les había hecho un
llamado a hablar con toda libertad. Eso ya ha producido cambios y continuará
produciendo", explica Torres.
También habría quedado entre los obispos la conciencia de que el mundo
cambió y la Iglesia necesita acompáñarlo. "A los padres sinodales el Papa
les dijo, palabra más, palabra menos: el mundo cambió y nosotros debemos
cambiar".
Para Torres, las resistencias a los cambios se producen por haber e en el
seno de la Iglesia un grupo eclesial conservador muy fuerte. Sin embargo, la
Iglesia respira nuevos aires, que deben generar frutos en el futuro. "Las
mayores resistencias tienen que ver con
el miedo de cambiar la Teología clásica
sobre el matrimonio y a un posible abandono de la Tradición en asuntos
matrimoniales. Confunden el Evangelio con Teología. La Teología cambia. El
Evangelio permanece".
Acompañe la entrevista exclusiva concedida a Adital.
¿El mensaje de Papa ha logrado avances durante el Sínodo? ¿Qué tipos de
resistencias al mensaje de Francisco respecto a la familia hay en el Vaticano
hoy?
Para entender si hubo o no avances en la Teología de la familia, es
preciso tener una mirada de conjunto, donde intervienen varios factores.
Menciono dos factores. Uno, el Papa no es un hombre "progresista” en el
sentido que muchos quisiéramos, pero tiene claro que debe haber cambios. A los
padres sinodales les dijo, palabra más-palabra menos: el mundo ha cambiado y
nosotros debemos cambiar. Y dos, que debe saber "manejar” la derecha
eclesiástica y la derecha política internacional, es decir, neoliberal, dentro
y fuera de las murallas del Vaticano, porque hay
alianzas "non sanctas”."Derecha”, "tradicionalistas” o "rigoristas”, como le llama un analista, es un
sector que frena, es muy fuerte, y tiene aliados en el mundo del Capital. La
prueba de esta última afirmación es todo lo que venía sucediendo en el
Instituto para la Obras Religiosas (IOR) o Banco Vaticano. ¡¡"Lavaba”
capitales de magnates y del narcotráfico!! Guardaba grandes riquezas de
eclesiásticos.
Dos hechos fuertes, durante el sínodo, provienen de esas "derechas”:
la carta de los 13 cardenales y la falsa noticia, según la cual el Papa tiene
un tumor en el cerebro. El falso mensaje: el Papa ya no tiene capacidad de
pensar, ya no pude dirigir la Iglesia, lo que dice no tiene coherencia…
No puede dar pasos rápidos sólo, así "tenga” el poder que le
concede, teóricamente, la teología clásica, porque muy pocos obispos
ysacerdotes le acompañarían. Unos y otros tienen la inteligencia y el corazón
con el difunto Juan Pablo II. Si [Jorge Mario] Bergoglio [el Papa] quiere que
"su proyecto” eclesial perdure, debe saber escoger muy bien los candidatos
a episcopado. Y pedirles que sepan escoger los jóvenes al sacerdocio. Eso fue
lo que hizo Juan Pablo II. "Sus” obispos y "sus” sacerdotes frenan
hoy el cambio.
¿Hubo avances?
Sí. Pero no están en las cuestiones teológicas sobre la familia, sino en
la metodología que se utilizó, es decir, poner los obispos a "enseñarse”
entre ellos. A hablar "con
toda libertad” y a escuchar
razones y argumentos, de unos y otros con "con
respeto”. El Papa insistió y
logró que los obispos perdieran el miedo para decir lo que piensan. Me llamó
mucho la atención que en la conferencias de prensa, los obispos estaban
entusiasmados porque el Papa les había llamado a hablar con toda libertad. Eso
ya produjo cambios y seguirá produciendo cambios en las convicciones y en las
ideas de los obispos. Se verán los frutos. Escuchar
diferentes argumentos y razones mueve las inteligencias, las conciencias y los
corazones.
En ningún sínodo, bajo la era Juan Pablo II-Benedicto XVI, había
acontecido tal cosa. Siempre hubo miedo de hablar. Recordemos que bajo ese
largo pontificado, cerca de 200 teólogas y teólogos del mundo, fueron llamados
por la "Inquisición”, que ejerció muy bien [cardenal alemán Joseph]
Ratzinger [el Papa emérito Benedicto XVI], durante unos 20 años. Y también
obispos de A.L.
En mi criterio, una de las razones por la cuales el cardenal [alemán
Ludwig] Müller está molesto y lo está como cabeza de fila de la
"oposición” cardenalicia y episcopal al Papa, es porque no puede ejercer
"inquisición” en tiempos de la "misericordia” del Papa Bergoglio.
¿Qué tipos de resistencias al mensaje del Papa respecto a la familia hay
en el Vaticano hoy? ¿Cuáles son los principales puntos del debate?
Las resistencias mayores tienen que ver con el miedo a cambiar la
teología clásica sobre el matrimonio y con el posible abandono de la Tradición,
en cuestiones matrimoniales. Confunden entre Evangelio y Teología. La Teología cambia.
El Evangelio permanece.
Los principales puntos de debate sobre el matrimonio fueron la
indisolubilidad del matrimonio hombre-mujer, la comunión a los divorciados, la
aceptación de formas cada vez más utilizadas de convivencia entre personas,
como la unión libre, la cohabitación prematrimonial, el concubinato,las
relaciones sexuales fuera del matrimonio, el uso de anticonceptivos…
¿Cuáles fueron los principales cambios impulsados por el Sínodo?
El acceso a la comunión de los divorciados que queda en manos de los
obispos y de los párrocos, para que ejerzan su capacidad de
"misericordia”, con "discernimiento”.
¿Cómo podemos evaluar los logros del Sínodo?
En el tiempo inmediato, imposible. Asistieron
apenas 250 obispos sobre más de 5 mil. Por lo que ha pasado con los
"frutos” de 27 sínodos que ha habido y los casi 30 años de insistencia en
la Nueva Evangelización, y la crisis profunda de la Iglesia, no se pueden
proyectar grandes esperanzas. La transmisión de contenidos no es fácil. Y la
puesta en práctica, menos. No olvidemos que tenemos un clero más preocupado por
aplicar el Derecho Canónico que crear teología y nuevas formas de pastoral. Un
clero que repite y repite ritos y rituales, pero no innova pensamiento, no
actualiza la Teología…
¿Cuántos obispos y sacerdotes van a leer a fondo el Documento Final [del
Sínodo]? Muy pocos.
Colaboró Paulo Emanuel Lopes.
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