quarta-feira, 20 de julho de 2011

Colombia/DEL EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL ELN


20 julio 2011/Agencia Bolivariana de Prensa http://www.abpnoticias.com (Venezuela)

por ELN


Con frecuencia las noticias internacionales registran hechos dolorosos y repugnantes a la conciencia humana, como son la destrucción de casas de palestinos, con mujeres y niños a su interior, el ataque a objetivos rebeldes ubicados en países vecinos, por el ejército israelí.

El sionismo ha introducido prácticas terroristas en la guerra contra el pueblo palestino, desconociendo y violando el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos, con la complicidad de los gobiernos de los Estados Unidos y de los países gobernados por la derecha recalcitrante que, impiden la aplicación de las merecidas sanciones por la ONU, las que suele aplicar a otros países.

Todos los imperios se han ensañado contra la población civil, para crear escarmiento contra los rebeldes y garantizar su dominación. Los EEUU son el único país que se ha atrevido a utilizar la bomba atómica contra dos indefensas ciudades japonesas y en la guerra contra el pueblo de Vietnam, arrasaron todas las ciudades, arrojando más bombas que todas las utilizadas en la Segunda Guerra Mundial.

La oligarquía colombiana en su guerra contra el pueblo, desarrolla prácticas similares a los sionistas y los gringos, copiadas del aparato de inteligencia como el Mossad, de quien el gobierno recibe asesoría y del Pentágono y la CIA de quien recibe las directrices.

El Terrorismo de Estado es una política imperialista y toda la cúpula militar y política de Colombia se ha graduado en esa escuela. Allí se volvieron expertos en el destierro de comunidades, el despojo de tierras de las víctimas, las masacres indiscriminadas, las torturas, los mal llamados “falsos positivos”, el secuestro y desaparición de líderes de oposición, la destrucción de organizaciones sociales críticas al régimen, la mentira mediática, la violación a la soberanía de otros países para bombardear fuerzas rebeldes.

El presidente Santos, en la semana anterior, desde el municipio de Corinto, departamento del Cauca, ordenó bombardear y destruir las casas que sirvan de alojo o apoyo a guerrilleros, igual que lo hacen sus asesores y consejeros en los territorios palestinos ocupados.

Los bombardeos y las fumigaciones indiscriminadas, no son una novedad en la cartilla terrorista y hace rato que el Estado colombiano los desarrolla, lo nuevo es que un presidente tenga el descaro de dar esta orden en forma pública, pues esas prácticas son parte de la guerra sucia que ejecuta el Estado en forma encubierta. Ahora, el presidente asume la responsablidad pública de esos crímenes de guerra.

Para la oligarquía colombiana y sus gobiernos, son válidos todos los medios, con tal que sean efectivos, para mantener sus privilegios; por eso, pasan por encima del Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos, que están obligados a cumplir como Estado.

No sienten vergüenza ni tienen impedimento moral para aliarse con el narcotráfico y organizar el paramilitarismo, con tal de destruir las supuestas bases sociales de la guerrilla y los movimientos sociales y políticos de oposición al régimen; tampoco se incomodan en casarse con la corrupción desenfrenada, con tal de financiar el paramilitarismo y facilitar el enriquecimiento rápido de la élite dominante.

Para justificar los crímenes de Lesa Humanidad e ilegitimar la justa lucha popular, igual que lo hacen los sionistas contra el heroico pueblo palestino, el gobierno y la matriz mediática no cesa de calificar a la insurgencia colombiana de terrorista y narcotraficante, incluyéndola en la lista de terroristas.

Los elenos no somos terroristas ni narcotraficantes, como lo difunde la propaganda oficial; somos luchadores dentro del conflicto interno, por los derechos que le pertenecen al pueblo colombiano como es, vivir en paz con justicia social, disfrutar la democracia real en un país soberano y dueño de su destino.

Estos fines nobles y humanistas son los que define el fin político de nuestra lucha y lo que nos hace luchadores políticos y no terroristas; lo que hace que nos apeguemos a hacer uso del legítimo derecho a levantarnos en armas contra el régimen opresor, explotador, antidemocrático, antipatriótico y guerrerista.

Los verdaderos terroristas están en el Estado y está demostrado hasta la saciedad, métodos degradantes y criminales, que utilizan para combatir a la oposición y la resistencia popular.

Bombardear casas y masacrar la población, son crímenes de Lesa Humanidad y los autores materiales e intelectuales son criminales de guerra y tarde o temprano deberán responder ante la justicia internacional.

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