A un año del adiós al comandante Hugo Chávez
resplandece como la mayor de sus aportaciones políticas el haber trasformado en
conciencia de millones la indispensable unidad de América Latina y el Caribe.
Unidad que él practicó inspirada en hondos sentimientos de amor, solidaridad y
hermandad. Nos enseñó que sin ella no somos ni seremos independientes, girones
inconexos a expensas de los apetitos imperialistas.
Chávez fue al autor principal e inspirador del
entramado institucional que canaliza y consolida esa conciencia: Alba,
Petrocaribe, Unasur, la Celac. Mucho se ha escrito y se escribirá en el futuro
sobre esta portentosa hazaña de uno de los grandes hombres de Nuestra América.
Pero hoy hablaré de otra contribución fundamental de
Chávez a la historia y la cultura política no sólo de Venezuela sino de la
Patria Grande, que es la construcción de esa fuerza social revolucionaria,
profundamente democrática y popular, educada en la lucha antimperialista y
antioligárquica, que es el chavismo.
Corriente de pensamiento y acción política
profundamente renovadora, abreva ante todo en la tradición revolucionaria
venezolana resumida en Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora por
aquellos militares patriotas que hicieron el juramento ante
el bolivariano
Samán de Güere (http://www.ciudadccs.info/?p=520145). Por ser auténticamente
bolivariana se nutre también de la savia de San Martín, Artigas, Martí, el Che,
Camilo Torres, Salvador Allende y la filosofía y luchas de los pueblos
originarios de Abya Yala y los afrodescendientes. Abierta al acervo universal,
el marxismo y el fuerte sentido de justicia social del cristianismo se insertan
armoniosamente en su tronco nuestroamericano. El chavismo se enorgullece de la
fecunda amistad y camaradería política e intelectual de su líder histórico con
Fidel Castro.
En las nuevas condiciones históricas de América Latina
en los noventas, el chavismo hizo el milagro de promover trasformaciones
revolucionarias mediante la toma dilatada y por fases del poder por el voto y
no de una vez por las armas. Inició su ruta institucional con una Asamblea
Constituyente redactora de una nueva Constitución aprobada en referendo por
71.8 por ciento del electorado. Ello dio la pauta para toda su práctica
política ulterior basada en la fiel observancia de la constitución y las leyes
y en una trasparencia electoral única. A tal grado que ha hecho exclamar al ex
presidente de Estados Unidos James Carter: “…de las 92 elecciones que hemos
monitoreado… el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo”.
El chavismo posees una cualidad cultivada por Chávez y
es lo que él llamó “paciencia estratégica”, al referirse a la actitud a asumir
frente a los jefes militares golpistas que montaron la provocación en la Plaza
Altamira. En lugar de barrer con ellos mediante la fuerza dejó que se cocinaran
en su propia salsa.
Ello pude explicarnos que el presidente Maduro en
lugar de ordenar el asalto por fuerzas de seguridad de las guarimbas fascistas
de los barrios pudientes de Caracas y en San Cristóbal y Valencia, las haya
enfrentado con esa misma paciencia. Si la ola de violencia fascista en
Venezuela no se ha convertido en el baño de sangre que buscan la oposición más
chiflada y Washington es en primer lugar por el enorme apoyo de masas a Maduro,
y es también gracias a esa humanidad y prudencia en la aplicación de la fuerza
que caracterizan al chavismo. ¡Cómo chilla la derecha para que no se llame a
los fascistas por su nombre! Basta ver CNNe.
Las guarimbas languidecerán porque hasta muchos de los
vecinos que las apoyaron en sus urbanizaciones de clase media ya se cansaron de
soportar el humo de los facinerosos, los gases lacrimógenos de la policía y el
prolongado encierro; otros que nunca las apoyaron exigen su desmantelamiento
como puede leerse en muchos tweets. No soportan más esa tortura mientras
cientos de miles de venezolanos han estado disfrutando del carnaval en playas,
parques y ríos.
Por eso se prepara una puñalada artera contra
Venezuela a la que se ha prestado el reaccionario y sumiso gobierno de Panamá
para condenarla en la OEA y propiciar la intervención militar. Maduro ha dicho
que Venezuela no aceptará intervenciones de nadie y las rechazará
enérgicamente. Nada de la OEA. Y en igual actitud, la Coordinadora Simón
Bolívar del combativo y revolucionario barrio caraqueño 23 de enero me pide dar
un mensaje a los lectores en el aniversario de la siembra de Chávez: ¡No
pasarán!
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