La Paz, 20 abril 2009 (ABI) - La condena pública del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a cualquier plan terrorista en Bolivia, parecía abrir una nueva era en la relación bilateral, que era objeto de un replanteo el lunes entre la Secretaría de Estado estadounidense y la cancillería de La Paz.
Luego que el presidente de Bolivia, Evo Morales, pidiera a Obama, en el ámbito de la V Cumbre de Las Américas celebrada el fin de semana último en Trinidad y Tobago, un pronunciamiento contra la insurgencia de grupos irregulares de ultraderecha, el mandatario estadounidense dejó claro que la política de su gobierno rechaza "este tipo de actividades", afirmó un alto responsable de la Casa Blanca, citada por la agencia francesa AFP.
La condena de Washington se registró un día antes que el presidente del Senado boliviano, el opositor Oscar Ortiz, concluyera que los miembros de una banda de supuestos terroristas, desarticulada el pasado jueves por un cuerpo de élite de la Policía nacional, fueron asesinados.
"Todos los medios de comunicación han mostrado que no hubo ningún tiroteo, todos los medios de comunicación han mostrado que las habitaciones, las fotos simplemente indican que serán personas, todo indica que estaban durmiendo cuando fueron asesinadas", dijo el senador opositor en una entrevista a la televisora ATB.
A contrapelo, su colega y correligionario Roberto Ruiz, planteó que la desbaratada célula de mercenarios pudo haber encarnado "una nueva versión de ‘Novios de la Muerte’, miembros militantes de la ultraderecha internacional", del tipo de la organización que se formó en Bolivia en 1980 y que lideró el nazi Klaus Altmann/"Barbie", refugiado en el país andino después de la segunda guerra mundial.
Altmann, tristemente célebre como el "Carnicero de Lyon", fue extraditado a Francia en 1989, durante la administración del presidente socialdemócrata Jaime Paz Zamora.
La desactivada célula de sicarios internacionales y la presumible constitución de una matriz terrorista en Bolivia, puede tratarse también, apuntó el legislador Ruiz, de un episodio preparatorio "para un nuevo garcíamezazo", en alusión al golpe de Estado militar que encabezó el 17 de julio de 1980 el general Luis García Meza, que se encaramó en el poder hasta agosto de 1981.
La detección de actividades terroristas también alimenta la hipótesis de que Bolivia se haya convertido en territorio en disputa por los cárteles colombiano y mexicanos de la droga, barruntó Ruiz.
"El gobierno y Estado boliviano deben avanzar en la investigación total" del caso, urgió el legislador, que representa el ala moderada de la agrupación Podemos, la principal formación de oposición política a Morales.
"En el caso de Bolivia, quiero dejar en claro que estoy opuesto y condeno cualquier esfuerzo tendente al derrocamiento violento de gobiernos elegidos democráticamente, donde quiera que ocurra en el hemisferio", machacó Obama en una conferencia de prensa al término de la V Cumbre de las Américas que se realizó en Puerto España.
El mandatario estadounidense dijo que ignorar o pasar por alto eventos de esta naturaleza "no es la política de nuestro gobierno, no es la forma como los estadounidenses esperan que nos conduzcamos".
"Estados Unidos tiene una historia en la región que no siempre ha sido apreciada desde la perspectiva de algunos, pero lo que tenemos que hacer es continuar avanzando, y yo soy responsable de cómo este gobierno actúa y seremos respetuosos de esos gobiernos elegidos democráticamente, aun cuando tengamos divergencias", precisó.
El presidente de Bolivia pidió el sábado a su par de Estados Unidos pronunciarse contra el intento develado de asesinarlo por parte de un núcleo terrorista, en una conferencia de prensa en esta ciudad sede de la V Cumbre de las Américas, en la que deploró que el gobierno de Washington "no se haya pronunciado sobre el intento de magnicidio", tal como lo hizo el viernes la Organización de Estados Americanos (OEA).
Obama aseguró que no importa lo que él piense de las políticas de Morales. "El hecho de que es el primer presidente de origen indígena en un país que tiene una población indígena importante demuestra cuanto trabajo todavía hay que hacer", matizó.
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