26 noviembre 2015, Cubadebate
No se ha conocido en la historia reciente de la
humanidad a un solo presidente latinoamericano y del mundo, ni tampoco
a un llamado líder opositor, que haya sido protegido de Estados Unidos y
esté exento de vínculos con el narcotráfico, hechos de corrupción, nexos con el
terrorismo o el paramilitarismo, y crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo, la lista de mandatarios y “opositores” patrocinados
por Washington que han estado implicados en esos hechos ilegales, además de en
flagrantes violaciones de los Derechos Humanos, todos condenables por las leyes
internacionales, es interminable.
Solo teniendo en cuenta las últimas décadas de la
pasada centuria, y los años transcurridos de este siglo XXI, los regímenes
norteamericanos han “apadrinado” a los más cruentos dictadores de América
Latina, desde Fulgencio Batista, en Cuba, Jorge Rafael Videla, en
Argentina, Anastasio Somoza, en Nicaragua, hasta Augusto Pinochet, en Chile,
este último el más feroz de todos.
Pinochet no solo fue un tirano, sino que como el
expresidente colombiano Álvaro Uribe y no pocos exgobernantes autotitulados
demócratas, tuvieron y tienen aun lazos estrechos con el tráfico de
drogas, el terrorismo, el paramilitarismo, y han sido y son
comprobados
corruptos.
Entre los más “destacados” de esos “demócratas”
latinoamericanos respaldados por la Casa Blanca figuran Carlos Andrés Perez, de
Venezuela, Carlos Saúl Menem, de Argentina, Vicente Fox, de México, Ricardo
Martinelli, de Panamá, Francisco Flores, de El Salvador, Alan García, de Perú,
y Sebastián Piñera, de Chile.
Otros protegidos de Washington están cobijados en
Estados Unidos, como el expresidente boliviano Gonzalo Sánchez de
Lozada, acusado de genocidio, y cuya extradición ha sido solicitada en
reiteradas ocasiones por las autoridades de la Paz, sin respuesta alguna hasta
el momento.
Igual reciben refugio en territorio norteamericano
terroristas disfrazados de “opositores” y “luchadores por la democracia”, entre
ellos Luis Posada Carriles, autor del atentado con bomba a un avión de Cubana
de Aviación que provocó la muerte a 73 personas en Barbados, en 1976.
Posada Carriles, bautizado como el Bin Laden de América
Latina, otro de los monstruos creados y financiados por el Pentágono, es
responsable de probadas acciones criminales contra Cuba y Venezuela, países que
han reclamado su extradición para juzgarlo, sin conseguirlo.
Todos los ya mencionados de Latinoamérica tienen
cuentas pendientes con la justicia, similar a los exjefes de gobiernos de
España, José María Aznar, y de Gran Bretaña, Tony Blair, quienes con el
exinquilino de la Casa Blanca George W. Bush, posaron para la “famosa” foto de
Azores, y desataron la sangrienta invasión militar contra Iraq.
Sobre las espaldas de Aznar y Blair, y también de su
expatrón W. Bush, pesan crímenes de lesa humanidad por las muertes de miles de
ciudadanos inocentes durante la agresión castrense a Iraq, y por
consentir el uso de la tortura en las cárceles secretas de la Agencia Central
de Inteligencia (CIA) en Europa y en la ilegal base militar en territorio
cubano de Guantánamo, aun una de las prisiones más atroces del mundo.
Otro similar en Europa es el actual presidente de
Ucrania, Petró Poroshenko, vinculado a la CIA, y el personaje del Pentágono
para intentar desestabilizar a Rusia.
Ni hablar del principal ahijado de Washington en el
Medio Oriente, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien tiene
carta blanca para asesinar palestinos todos los días, bombardear
cada vez que se le antoje las franjas de Gaza y Cisjordania, además de
construir muros y más asentamientos judíos.
Por supuesto que los referidos no son todos los que
Estados Unidos ha “mimado” en las últimas décadas, y que ya patrocina a otros
nuevos como el derechista presidente electo de Argentina, Mauricio Macri,
al parecer su “flamante pieza” para pretender subvertir y desunir a la Patria
Grande.
Entonces, la interrogante que surge es la siguiente:
¿Por qué todos esos protegidos de Washington han caminado o lo hacen
todavía libremente por el mundo, e incluso gobiernan, en vez de ser sentados en
el banquillo de los acusados por la comunidad internacional y las Naciones
Unidas?
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