sexta-feira, 4 de maio de 2012

Nicaragua/BORGE: UMA VIDA ENTERA DE LUCHA. PRESENTE EM LA MEMÓRIA HISTÓRICA POPULAR


4 maio 2012/ADITAL Agencia Fray Tito para América Latina http://www.adital.com.br




(Foto: El 19)

Comandante Tomás Borge, Fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, una vida entera de lucha, presente en la memoria histórica popular de Centroamérica.

Ricardo Zúniga García
Colaborador de Adital. Educador nicaragüense. Analista político


Este 30 de abril por la noche falleció a los 81 años, Tomás Borge Martínez, combatiente de mil batallas, víctima emblemática de prisiones con aislamiento, maltratos y torturas en las cárceles de la dictadura somocista. Dirigente revolucionario de proyección latinoamericana.  

La partida definitiva de este inclaudicable luchador nos hace evocar experiencias y actitudes humanas que son poco conocidas para la mayor parte de la generación nacida después de 1980 y que parecen soy muy lejanas, a pesar de ser historia reciente. Tomás vivió y militó más intensamente en una época (1950-1990 aproximadamente) en que selectos y significativos sectores de la juventud centroamericana fueron capaces de arriesgar la vida, realizar acciones heroicas, vivir en riesgosa clandestinidad; soportar prisiones y torturas. 

Todas las luchas y sacrificios apuntados estaban motivados por el propósito de construir una sociedad fraterna, que fuera suprimiendo las injusticias, falta de horizontes y de oportunidades de una vida digna, en una de las regiones más desiguales del planeta. Cabe destacar que incorporarse a la lucha armada en los inicios de los años sesenta, y hasta mediados de los setenta, significaba tener poquísimas probabilidades de vida. En esas difíciles circunstancias surgió el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y posteriormente otras organizaciones político-militares centroamericanas. Carlos Fonseca y Tomás Borge son dos figuras nicaragüenses que en alguna medida motivaron y sintetizaron todo ese espíritu de lucha. 

Las luchas de los revolucionarios centroamericanos están estrechamente entrelazadas, principalmente entre los sesenta y los ochenta. Baste recordar, a manera de ejemplo, el hecho que el FSLN fue fundado en Tegucigalpa; como también la solidaridad a toda prueba de la Revolución Popular Sandinista con la lucha del pueblo salvadoreño, particularmente durante la década de los ochenta. 

Otro acontecimiento que caracteriza esta historia de Centroamérica (correlativo al heroísmo juvenil apuntado) es la impresionante cantidad de personas encarceladas, torturadas, asesinadas y desaparecidas en esos años en América Central. Sólo en Guatemala -a partir del golpe militar organizado y financiado por el gobierno norteamericano en 1954- hasta 1996, en que se firman los Acuerdos de Paz, sobrepasan las 250 mil víctimas fatales, en su gran mayoría campesinos pobres e indígenas. 

En El Salvador y Nicaragua, los muertos en ese periodo por la violencia de dictaduras militares, la guerra de liberación y la guerra contrarrevolucionaria (1974-1990) suman más 150 mil personas. 

Queremos destacar que Tomás ha vivido una época reciente en que la dominación política conducida por el imperio norteamericano no dejó a sus poblaciones conscientes otra opción de cambio real que la lucha armada, y que por esta opción hubo que pagar un grande y doloroso precio. Tomás fue un valiente, tenaz, inspirador y organizador de esa lucha, asumiendo todos los riesgos que implica ser un dirigente que estaba en la primera línea del combate. Los pueblos centroamericanos han pagado la factura de la política de dominación y explotación impuesta por el imperio estadounidense. 

Entre los grandes méritos de Tomás está haber soportado inúmeras e inenarrables torturas sin haber entregado jamás, a los órganos de seguridad, información que pudiera poner en peligro a sus compañeros de lucha y la causa libertaria por la que luchaba. 

En una de sus muchas prisiones fue sometido a cruel aislamiento, permaneciendo encapuchado durante nueve meses. Para romper esa inhumana situación, se declaró en huelga de hambre, demandando el fin del aislamiento. Fue acompañado en su protesta por otros reos políticos sandinistas que reconocían en él un ejemplo de calidad moral. Tomás permaneció más de cincuenta y cinco días en huelga de hambre. Al final, cuando las fotos de los diarios lo mostraban reducido a un esqueleto con piel pegada a los huesos, con esa tenacidad que lo caracterizaba, obligó la dictadura a terminar con su aislamiento. 

Poeta y ensayista, generador de frases e iniciativas célebres en el fragor de la lucha, marcó con ellas tanto la resistencia popular, como los primeros e importantes pasos del gobierno revolucionario. Es ampliamente conocida en Nicaragua su respuesta al oficial de la guardia somocista que le dio la noticia de la muerte de su compañero Carlos Fonseca. Le respondió al instante: "¡Carlos Fonseca es de los muertos que nunca mueren!”, y tenía razón por su coherencia y práctica revolucionaria a toda prueba: Carlos continúa viviendo en las resistencias y luchas revolucionarias de América Latina. 

Otra de sus frases que se volvió consigna y práctica de la naciente revolución fue: "implacables en el combate, generosos en la victoria”. Y no era retórica. En los primeros meses después del triunfo, en un acto político en Matagalpa, su ciudad natal, dirigiéndose al militar que lo había torturado por varios meses en prisión y que además había tenido el cinismo de cuestionar su valiente silencio, diciéndole "yo sé que no delatas porque sos orgulloso”, a pesar de todos esas torturas a él y a muchos de sus compañeros, le dijo: "mi venganza personal es decirte: te perdono; puedes irte a tu casa”. Este acontecimiento ha sido recreado por el gran cantautor Carlos Mejía Godoy, en la canción "Mi venganza personal será decirte buenos días con los niños en la escuela”. 

Otras palabras que reflejan su capacidad de comunicación fueron pronunciadas en la celebración del 50° aniversario del asesinato de Sandino (febrero, 1984). En una multitudinaria manifestación, Borge dijo al pueblo: "buscamos al cuerpo de Sandino en muchos lugares, en las cercanías de las cárceles de la aviación, removimos centenares de metros cúbicos de tierra, pero no pudimos encontrar el cuerpo de Sandino, porque Sandino ¡había resucitado!, ¡había resucitado y está vivo en el corazón de su pueblo!”. 

Una de las mejores ejecutorias de Tomás cuando fue Ministro del Interior fue la creación de un sistema carcelario digno, donde no había hacinamiento y donde los reos tenían oportunidad de trabajo y educación, incluso se llegó a construir una "granja abierta”, en Tipitapa, en la que podían moverse libremente por el área de la finca. 

Posiblemente la principal contribución de Tomás, juntamente con otros militantes, fue la fundación, organización y formación ético-humana de la Policía Sandinista, actual Policía Nacional. Con el lenguaje poético que le caracterizaba, definió al Ministerio del Interior (organismo rector de la Policía) como "Centinela de la Alegría del Pueblo”. 

La Policía Nacional de Nicaragua consigue realizar una lucha ejemplar contra el narcotráfico y el crimen organizado. Consigue proteger en grado razonable la seguridad de la población. Es respetuosa en la mayoría de sus miembros de los derechos humanos. A pesar de seguir siendo un país muy pobre, Nicaragua es hoy, junto con Costa Rica (que tiene un ingreso per cápita casi diez veces mayor), el país más seguro de Centroamérica. Pensamos que la inspiración del Comandante Borge no es extraña a este importante logro. 

En una entrevista publicada en ocasión de sus ochenta años, Borge insistía en que hay que dar a conocer la historia de represión de la dictadura somocista contra el pueblo, para que nunca más se repitan los genocidios y masacres populares que propiciaron las oligarquías centroamericanas aliadas del imperialismo.

El rescate de la memoria histórica de esos años es un trabajo pendiente del actual gobierno sandinista, que debe ser realizado, pronta y pedagógicamente, para garantizar las conquistas sociales y políticas alcanzadas en el seno del Alba y, además, rendir un justo homenaje al inclaudicable comandante Tomás Borge.

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