7 mayo 2012/Agencia de Información Fray Tito para América (ADITAL) http://www.adital.com.br
Fundación Centro Gumilla
Centro de Investigación y Acción
Social (CIAS) de la Compañía de Jesús en Venezuela (Jesuitas)
Por Oláguer
Chacón y Claudia Sisco, economistas
La crisis
económica iniciada en el 2008, en Estados Unidos, y que rápidamente se propagó
al resto del sistema internacional, ha significado un gran problema para la
economía global dada la enorme inestabilidad existente por la caída del volumen
del comercio internacional, la volatilidad de los mercados financieros
mundiales, así como la incertidumbre producida por los problemas fiscales y el
enorme endeudamiento externo que están padeciendo los países de la zona euro.
Como estos
males son sufridos por países económicamente importantes y que antes de la
crisis lucían sólidos, es de esperarse que tal como señala la alocución popular
Donde los gordos rebajan los flacos desaparecen, la crisis tenga
consecuencias desastrosas para las economías emergentes.
En el caso
específico de América Latina, la recesión económica así como la crisis
crediticia que ha afectado a mercados tradicionales como Estados Unidos y
Europa, implica un enorme peligro para la estabilidad económica de la región.
Sin embargo, Latinoamérica ha logrado permanecer a salvo de la crisis, e
incluso ha podido crecer económicamente en plena crisis mundial.
En efecto, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) tiene previsiones
bastante optimistas para el desempeño económico de la región ya que ha
calculado que el crecimiento promedio para el 2012 será del 4%, un poco más del
doble del crecimiento mundial para el mismo período, calculado en 1,8%.
No obstante,
aunque América Latina presenta un panorama optimista, al menos para el presente
año, la experiencia de otras crisis económicas como la crisis de la deuda de
1982, así como la propia gravedad de la actual, nos indica que se debe tener
cautela y plantear la interrogante ¿es sostenible ese crecimiento económico?
Las amenazas:
la crisis de la zona euro y Estados Unidos
La región más
afectada es Europa, fundamentalmente por la crisis fiscal de los países
llamados PIIGS [por sus siglas en inglés(1)]: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia
y España. Economías que por su tamaño y por el volumen de la deuda involucrada,
causarían una catástrofe financiera mundial si se declarasen incapaces de pagar
sus deudas, lo que ha generado enormes presiones tanto de los miembros de la
Unión Europea como del Fondo Monetario Internacional para que realicen enormes
ajustes presupuestarios a fin de evitar la quiebra.
Sin embargo,
especialistas como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, Premios Nobel de Economía
2001 y 2008, han criticado los recortes en el presupuesto pues agudizan la
crisis que pretenden evitar ya que contraen más la economía no solo porque se
reduce la inversión pública sino también el consumo y la inversión privada. Los
ajustes se están haciendo fundamentalmente en la inversión social a través de
recortes de los salarios públicos, las subvenciones a la salud y la educación,
y el congelamiento de las pensiones; ante esta situación, las personas
reconocen que se enfrentan a tiempos difíciles y restringen sus gastos, lo cual
hace que la demanda de bienes y servicios se contraiga aún más, y que las
empresas reduzcan los puestos de trabajo y las inversiones, con lo que se
reduce la producción y con ello la capacidad de generar empleos e ingresos
fiscales para el Estado.
Esta
contracción de la demanda pública y privada junto con la sobrevaluación del
euro, que le resta competitividad a las exportaciones europeas, dificultan el
crecimiento de Europa; esto, a su vez, se traduce en una menor demanda de
materias primas, lo cual afecta las exportaciones latinoamericanas. Para el
momento de la redacción del presente análisis, México y Uruguay ajustaban sus
expectativas de crecimiento para 2012, de 4% a 3,5% por los efectos de la
crisis europea.
Por su parte,
el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha decidido seguir medidas
económicas distintas a las europeas y ha tratado de estimular la economía a
través del gasto público. Esto ha aumentado la deuda de Estados Unidos a
niveles alarmantes, ya que en agosto de 2011 superó 100% del PIB (EEUU debe más
que el equivalente de toda su producción de un año). Los magros resultados de
las políticas de estímulo de Obama más la férrea oposición del partido
Republicano que está apostando a que la crisis económica se agrave a fin de
obtener ventajas políticas en las elecciones presidenciales del 2012, hace
prever que el crecimiento económico de Estados Unidos sea moderado y con ello
su capacidad de producir, lo cual implica, lo mismo que Europa, una baja en la
demanda de las materias primas, afectando a países que dependen del mercado
estadounidense como México, los países centroamericanos, Colombia y Venezuela.
También hay que
considerar la precariedad del empleo en Europa y Estados Unidos, producto de la
crisis, al igual que las presiones sobre los inmigrantes como problemas que
repercuten en América Latina, sobre todo en los países que dependen de las
remesas familiares como México, Centroamérica y Ecuador; este último, sobre
todo, ya que las remesas representan 33% de las divisas que ingresan al país
(se puede decir que el principal producto de exportación de Ecuador son los trabajadores).
Por otra parte,
una consecuencia de la crisis crediticia es que dada la desconfianza en los
mercados, los países latinoamericanos se vean forzados a pagar tasas de interés
elevadas para poder acceder al mercado financiero mundial. El endeudamiento
caro fue el principal problema económico de América Latina en los 80 y ha sido
una pesada carga para los pueblos de la región. En enero de 2012, mientras que
los bonos del tesoro de Estados Unidos ofrecían 3% de interés, Ecuador debía
ofrecer 10%, Argentina 12% y Venezuela 15%.
Por último,
aunque el crecimiento del precio de las materias primas puede ser recibido como
una oportunidad, existe el riesgo de que a finales de 2012 o en el 2013 estalle
la burbuja de los productos agrícolas, similar a la que ocurrió con las
hipotecas en el 2008 y que originó la crisis actual. Debemos recordar que desde
finales de los 90 los especuladores bursátiles han sido hábiles en inflar los
precios de la acciones en sectores específicos hasta niveles insostenibles y
que el desplome del mercado ha causado la quiebra de miles de inversionistas,
primero con los llamadospunto com (páginas web y empresas tecnológicas),
luego con las hipotecas, y ahora con las materias primas, cuyos precios se han
triplicado desde 2008 por la demanda de inversionistas que buscan refugiar su
dinero en acciones consideradas seguras; es decir, el precio de los alimentos
en los mercados internacionales se ha triplicado no porque el consumo se haya
triplicado sino por la especulación bursátil. El riesgo en este sentido es
doble, ya que por una parte se está sometiendo a países con economías muy
débiles o dependientes de las importaciones al encarecimiento de los alimentos
con el consecuente peligro de hambrunas y estallidos sociales, y por otra, el
desplome del precio de las materias primas podría eliminar en pocos meses el
crecimiento económico latinoamericano logrado en una década.
Las
oportunidades: desplazamiento de la esfera de influencia Durante la década de
los 90, países como
España, Francia,
Gran Bretaña y Alemania, entre otros, trataron de aprovechar el auge de los
procesos de integración, la apertura de las economías latinoamericanas así como
los vínculos históricos con la región para fortalecer el comercio bilateral, lo
cual también fue percibido por Latinoamérica como una oportunidad para ingresar
al mercado europeo, el cual se había constituido como el más grande del mundo.
Sin embargo, las negociaciones entre ambas regiones rindieron pocos frutos,
"… por la diferencias en cuanto a los temas comerciales pues mientras por
una parte la Unión Europea presionaba para abrir sus mercados, por otra parte
se negaba a levantar las restricciones a las importaciones agrícolas en
detrimento de los países latinoamericanos” (Hernández Juárez, 2006, p. 124).
Un proceso
similar se vivió con Estados Unidos que se mostró poco flexible en el
levantamiento de los subsidios a la producción agrícola poniendo en desventaja
a los productores latinoamericanos. Mientras Estados Unidos y Europa se
empecinaban en poner trabas al comercio agrícola así como de otras materias
primas de vital importancia para América Latina, China e India comenzaron a
demandar, sin restricciones, commodities latinoamericanos lo que hizo
que nuestra región perdiese interés en el comercio con sus tradicionales socios
comerciales. Entre 2000 y 2009, el comercio con China se triplicó, siendo
significativo este crecimiento en países como Chile que pasó del 5% del total
de sus exportaciones en el 2000 al 23% para el 2009, Perú del 6% al 15% y
Brasil del 2 al 12%. Como resultado, el buen desempeño económico de China, así
como el de India, ha sido la causa fundamental de nuestro crecimiento económico
y de que la crisis de la zona euro y de Estados Unidos no sean un peligro, por
el momento, lo cual implica que la diversificación de los mercados con el
aumento del comercio con Asia sea una estrategia fundamental para minimizar el
impacto de la crisis en la región y sostener el crecimiento económico observado
a lo largo de la década. Sin embargo, es necesario que ese comercio no se haga
solo en materias primas sino también con productos manufacturados, ya que de lo
contrario se continúa el problema de un intercambio desigual y la dependencia
de la región de los países industrializados.
Por otra parte,
la propia región tiene en sí misma la posibilidad de reducir los riesgos de la
crisis económica a través del aumento del comercio intrarregional, de forma que
los países de la región puedan aprovechar los buenos resultados obtenidos por
todos. En ese punto, resulta clave el comercio con Brasil, cuyo crecimiento
económico del 7% en 2011, cercano al desempeño de China, le permitió desplazar
a Gran Bretaña y colocarse entre las seis economías más grandes del mundo,
apenas por debajo de Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia(2).
Algunos casos
Por la
diversidad de la región es difícil establecer una generalización en cuanto a
los riesgos y oportunidades, por lo cual es pertinente hacer algunas
observaciones particulares. En primer lugar se puede observar que México
continúa siendo dependiente de Estados Unidos, por lo que las previsiones de
crecimiento para 2012 y 2013 deben ser reservadas. No obstante, su fachada
hacia el Pacífico le permite aumentar su intercambio con el mercado asiático.
En el caso de
los países centroamericanos, la disminución de las remesas familiares y el
aumento de los precios petroleros pueden ser un factor de riesgo importante.
Venezuela, Colombia y en menor medida Ecuador, por el contrario, se verán
beneficiados por los altos precios petroleros.
Perú mantendrá
su política macroeconómica que le ha permitido mantener controlada la
inflación, y se verá beneficiada por la creciente demanda de metales preciosos.
El crecimiento económico de Perú se estima en 7%, uno de los más altos de la
región. Se esperan también resultados positivos para Chile y Argentina, aunque
para este último la inflación podría afectar el crecimiento económico que
también se sitúa en 7%. Aunque Brasil podría crecer solo 3%, será el motor
económico de la región.
Conclusión
América Latina
tiene un panorama favorable para 2012, que pudiese prolongarse hasta 2013,
gracias al aumento del precio de las materias primas así como del comercio con
Asia; esto significa que aunque la crisis europea y estadounidense podría
impactar en la economía de nuestra región, el riesgo fundamental se encuentra
en el enfriamiento de la economía de China e India. Igualmente, existe un
enorme peligro de que se esté produciendo una burbuja especulativa en el precio
de las materias primas de la misma forma como ocurrió con los inmuebles y las
hipotecas cuyo desplome, en 2008, causó la crisis actual, por lo cual la
explosión de esta burbuja tendría consecuencias desastrosas en la región. Los
países latinoamericanos deben, en consecuencia, aprovechar el auge económico
para diversificar su producción así como para desarrollar su industria. La
crisis mundial es una amenaza que puede convertirse en una oportunidad con la
aplicación de las políticas económicas y sociales pertinentes.
Referencias
Fondo Monetario
Internacional (2011, septiembre): Perspectivas de la economía mundial.
Washington, DC: Autor.
HERNÁNDEZ JUÁREZ, W.R. (2006): Diplomacia de Cumbres. Caracas: Brújula Internacional.
OCDE/CEPAL (2011): Perspectivas Económicas de América Latina 2012: Transformación del Estado para el Desarrollo, OECD Publishing.
www.ambito.com
www.cesla.com
www.datosmacro.com
HERNÁNDEZ JUÁREZ, W.R. (2006): Diplomacia de Cumbres. Caracas: Brújula Internacional.
OCDE/CEPAL (2011): Perspectivas Económicas de América Latina 2012: Transformación del Estado para el Desarrollo, OECD Publishing.
www.ambito.com
www.cesla.com
www.datosmacro.com
[Fuente: Análisis
de coyuntura AMÉRICA LATINA Y CARIBE ENERO - MARZO 2012]
Notas
(1) La prensa
británica fue la primera en utilizar las siglas PIIGS, como un juego de
palabras para referirse al mal estado de estas economías y de las consecuencias
nefastas que tendría para la Unión Europea que estos países se declarasen
insolventes. Por supuesto, los países involucrados consideran estas siglas
ofensivas, ya que Pigs, también se traduce como cerdos.
(2) Se espera que para 2015 Brasil desplace a Francia y para 2020 pudiese alcanzar a Alemania.
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