08 de noviembre de 2019, Página 12
(Argentina) https://www.pagina12.com.ar/229834-se-abre-la-puerta-para-lula-libre
Por Dario Pignotti
Desde Brasilia
579
días después de que fuera ingresado a la cárcel de Curitiba
El Supremo Tribunal de Brasil votó 6 a 5 por
cambiar su doctrina sobre la prisión preventiva. Es una victoria del ex mandatario
de Brasil y una derrota de sus antagonistas: Bolsonaro y Moro.
El grito "Lula Libre!" se escuchó de boca de
los militantes concentrados frente al Palacio de Justicia.
El Supremo Tribunal Federal determinó
la excarcelación de Luiz Inácio Lula da Silva, 579 días después haber sido
ingresado en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba. Minutos antes de las 22 horas el
titular de la Corte, Antonio Dias Toffoli, emitió su parecer a favor del
político que el 27 de octubre pasado cumplió 74 años. De ese modo concluyó una
sesión tensa. La tensión dramática creció como el marcador de un partido de
fútbol: a las 15 horas había 5 jueces en contra y 3 a favor de Lula. Pero a
partir de allí fueron llegando, uno a uno, los votos que desembocaron en el
grito "Lula Libre!" dado por los militantes concentrados frente al
Palacio de Justicia, en la Plaza de los Tres Poderes, de Brasilia.
"Lula no cometió ningún ilícito y
es víctima de la lawfare que consiste en el uso estratégico del derecho para la
persecución política" dijo
su abogado defensor, Cristiano Zanin Martins.
Esta fue la su segunda prisión por
enfrentar al régimen de turno. La anterior había ocurrido bajo la dictadura en
1980, cuando estuvo 31 días encerrado. Aquel tornero mecánico de los años 70
salió agigantado de la DOPS, la policía política de los generales, en mayo
1980.
Lo mismo debe suceder en los próximos
días cuando traspase el portón policial de la sureña Curitiba. Su victoria
es la derrota de sus principales antagonistas, el presidente Jair Bolsonaro y
el exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública.
El abogado Zanin Martins adelantó que
exigirá la inmediata salida de su defendido para lo cual tendrá que enfrentar a
la jueza de primera instancia de Curitiba, Carolina Lemos, incondicional de
Moro, quien
posiblemente hará todo lo que tenga a su alcance para postergar la
excarcelación.
A las 22 horas aproximadamente, frente
al Supremo Tribunal, en el centro brasilense, el diputado Paulo Pimenta, jefe
del bloque del Partido de los Trabajadores, prometió el retorno al poder.
"Lula, el pueblo te está
esperando para enfrentar a este gobierno corrupto que está destruyendo la
soberanía . Yo quiero ver a Lula otra vez en aquel palacio (señalando al
Planalto, sede de la Presidencia). Vamos a subir otra vez esa rampa (del Planalto)
. Es una noche histórica".
"Sergio Moro es un matón de los
paramilitares, esa banda que armó con Bolsonaro ya fue desenmascarada. Lula fue
juzgado por un coludio mafioso entre Moro y los fiscales".
El congresista se refería a las
maniobras ilegales entre el juez y los procuradores de Lava Jato para montar
pruebas falsas y adulterar el proceso reveladas por el sitio The Intercept,
del periodista norteamericano Glenn Greenwald.
Las informaciones obtenidas por ese
sitio hicieron mella en la credibilidad antes invicta de la causa
anticorrupción hasta hoy celebrada por el bloque conservador y los medios
dominantes Lava Jato.
Durante la audiencia del Supremo
fueron citadas esas informaciones, especialmente por el juez Gilmar Méndes, uno
de los que se manifestó a favor de Lula.
Horas antes, por la mañana, un
periodista vinculado a la ultraderecha le propinó un sopapo a Greenwald,
vencedor del Pulitzer, y lo insultó con argumentos homofóbicos durante un
programa de radio en San Pablo. Seguidamente las "milicias digitales"
del bolsonarismo exaltaron la agresión. La atmósfera era pesada en San Pablo y
en Brasilia a las 9 de la mañana se desató un vendaval, en una hora llovió lo
mismo que en todo octubre.
La deliberación de los once miembros
del Supremo comenzó a las catorce en, luego de un cuarto intermedio ordenado
hace tres semanas. La estrategia de los jueces fue dilatar todo lo posible
un fallo que favoreciera a Lula.
Desde la mañana circularon rumores,
mezclados con informaciones posiblemente intoxicadas, sobre cuál sería la
posición del máximo tribunal cuyas decisiones suelen responden a presiones
políticas (y/o militares) antes que a lo prescripto por la Constitución y el
Código de Proceso Penal.
Las especulaciones crecían con el
correr de las horas: al principio el sentido común decía "a Lula no lo van
a soltar" pero luego de algunos alegatos en el recinto del Palacio de
Justicia se percibió que algo estaba cambiando.
Una señal de que el juez Dias Toffoli,
el último en votar, podría ordenar la excarcelación fue que las radios del
Grupo Globo evitaron transmitir en vivo la audiencia y dieron prioridad al intrascente
partido San Pablo-Fluminense, por el campeonato brasileño. Al contrario de lo
sucedido el 7 de abril del año pasado, cuando las radios y los canales del
televisión privados formaron una cadena nacional para transmitir en vivo
(eufóricas) el arresto del político.
Presión militar
En 2018 horas antes de que el Supremo
se pronunciara sobre un hábeas corpus a favor de Lula, el entonces jefe del
Ejército, general Eduardo Villas Boas, soltó un tuit intimidatorio sobre la
jueza Rosa Weber para que su voto, que era el fiel de la balanza, garantizara
la prisión del candidato a la presidencia. El mensaje de menos de 140
caracteres bastó para que Weber echara por tierra sus posiciones anteriores y
apoyara el arresto: con ello el ex presidente fue proscripto y quedó allanando
el camino para el triunfo de Bolsonaro.
En enero de este año, poco después de
asumir la presidencia, el capitán retirado agradeció públicamente a Villas Boas
su contribución en el resultado de los comicios de octubre de 2018.
El mismo general, ahora consejero del
gobierno, divulgó otro tuit el mes pasado advirtiendo a los magistrados que no
osaran abrir la puerta de la celda de Curitiba.
Esta vez la presión fue contestada,
tímidamente, por algunos jueces, dando indicios de que podrían actuar con
alguna autonomía. Los mismos magistrados que en su hora convalidaron el
encierro de Lula ahora advierten el prematuro desgaste de la administración
bolsonarista y el deterioro de Lava Jato, cuya credibilidad ya no es la de
otrora.
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