15 noviembre 2011/ Partido Comunista de México http://www.comunistas-mexicanos.org
Pável Blanco Cabrera
El comunicado del Estado Mayor Central lo confirma: nuestro querido camarada Alfonso Cano, Comandante en Jefe de las FARC-EP, murió en combate.
Desde hace meses, operativos militares en el Cañón de las Hermosas y en la región del Cauca, con permanentes bombardeos de gran escala y movilización de miles de efectivos de la oligarquía, buscaban tal objetivo. Varias veces anunciaron su muerte.
Todas las voces del poder le exigían rendición; grotescos se sumaron tránsfugas de la izquierda, bailando al ritmo que indica Santos. El papel del renegado apunta siempre a la inmovilización, a quebrar la insumisión, al arrinconamiento de la rebeldía. Unos cuantos segundos de gloria mediática en las páginas de El Tiempo les bastaron para tirar por la borda ideas previas que los enaltecían, no de culto a la violencia, sino de la defensa del derecho del pueblo a luchar por la libertad y la emancipación. A ellos les respondió el Comandante Alfonso Cano, en la entrevista concedida al diario español Público: “Desmovilizarse es sinónimo de inercia, es entrega cobarde, es rendición y traición a la causa popular y al ideario revolucionario que cultivamos y luchamos por las transformaciones sociales, es una indignidad que lleva implícito un mensaje de desesperanza al pueblo que confía en nuestro compromiso y propuesta bolivariana”.
A diferencia de ellos, el camarada Alfonso Cano eligió el camino de la consecuencia, el difícil y arisco suelo por el que se debe transitar con bastante alegría, mochila de necedad, confianza infinita en el pueblo trabajador -sujeto de la Historia- y convicción objetiva e inamovible en la Revolución. Camino tan alumbrado por luciérnagas de esperanza y en el que cada paso alivia, pues es “la satisfacción del deber cumplido”, donde las banderas levantadas ondean de día y de noche.
Alfonso Cano, militante comunista integro, sólido intelectual marxista-leninista, conocedor profundo de la historia de América y de Bolívar, estratega político y militar, organizador; sin duda despedimos, con dolor, a uno de los cuadros comunistas de mayor valía del Continente, como Mella, Mariátegui, el Che, Arismendi.
Con la mejor escuela en cualquier parte del mundo, que es la Juventud Comunista, llegó a completar su formación al lado de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas. Y como comunista, de los de verdad, fue un hombre de ideas y de acción.
El camarada Alfonso Cano es indisociable de las FARC-EP; todo revolucionario, si lo es, se disuelve en la obra colectiva, en la organización, en el Partido, y por ello su nombre brilla más alto. Cuando hace 20 años medio mundo abjuro, renegó, se quebró, en consonancia con el aquelarre contrarrevolucionario que siguió al derrocamiento de la construcción socialista, las luces de la resistencia intensificaron su resplandor; en nuestro continente, la mayor de Las Antillas y las montañas de Colombia. No vamos a juzgar los procesos de negociación de El Salvador y Guatemala, pero sí estamos en el deber de reconocer que las FARC-EP hicieron lo correcto: mantener desenvainada la espada del Libertador, alzar el fusil y la bandera roja y la consigna vigente, de una Colombia nueva y socialista. Consecuente con la historia de su organización el Comandante Alfonso Cano, no se rindió, no se vendió, no se entregó y murió en combate.
El Comandante Alfonso Cano, cumpliendo las tareas de su organización, impulsó la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, y los diálogos por la paz. La experiencia de la UP mostró a los camaradas de las FARC-EP que la lucha no puede detenerse hasta que el pueblo tome el poder, y ése vendría a ser el marco para los mayores aportes estratégicos del Comandante Alfonso Cano: la organización del Partido Comunista Colombiano (Clandestino) y el Movimiento Bolivariano por una Nueva Colombia. Semillas sobre las que germinará la Revolución Colombiana. Consciente que la liberación de toda Nuestra América es una necesidad, el camarada Alfonso Cano formaba parte de la presidencia del Movimiento Continental Bolivariano.
En una organización revolucionaria, perder la vida en la lucha es una posibilidad. Las basadas en métodos caudillistas no resistirán la prueba. Pero la nacida en Marquetalia es una genuina obra colectiva. El mito decía que a la muerte del Comandante Manuel Marulanda las FARC-EP no sobrevivirían, menos con los golpes que iniciaron el 1 de Marzo del 2008, contra los Comandantes Raúl Reyes, e Iván Ríos. Pero Alfonso Cano, en su rol de Comandante en Jefe, superó el escollo y con creatividad estratégica la reposicionó en el combate desigual con la oligarquía y la intervención militar norteamericana. Su muerte nos duele, pero sabemos que nuestra hermana organización, con su ejemplo, continuará hasta la victoria.
El mejor balance de su vida y obra lo harán los propios camaradas de las FARC-EP; quienes estamos hermanados en ideales sólo podemos reconocer la grandeza de todos los combatientes y la ejemplar consecuencia del Comandante Alfonso Cano, marxista-leninista, bolivariano, guerrillero, mando, estadista, libertador, hombre de confianza infinita en la lucha de masas.
En la hora de su muerte, acuden las escenas previas de la historia de nuestros pueblos. Hace meses se veía claro que el imperialismo y la oligarquía centraron su objetivo militar en darle muerte. Nos recuerda la persecución a Francisco Villa, y el ominoso afiche donde se ofrecía recompensa por su captura, vivo o muerto. El Comandante Alfonso Cano se mantuvo en la línea. Decir que fue asesinado, es restarle méritos a su disposición combativa, me decía con justa razón Marco Riquelme, coordinador del Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez, de Chile, y tiene razón. Cayó combatiendo. Del despacho de varias agencias que cita el diario mexicano La Jornada, el 5 de Noviembre, extraemos lo siguiente: Según un soldado entrevistado por la radio, “el hombre (Alfonso Cano) no se entregó y prácticamente se enfrentó a la tropa hasta la muerte”. Así son los combatientes de Manuel Marulanda, de ese temple, así son los hombres de Partido, así viven y mueren los comunistas.
Al morir combatiendo, el Comandante Alfonso Cano defendió, hasta el último aliento, el derecho de los pueblos a la rebelión, dejándolo intacto, salvaguardándolo. Queda el ejemplo. Su organización, en el breve comunicado, rinde inmediatamente el mejor homenaje: la lucha sigue, no abandonaran las armas, juran cumplir.
También cumpliremos, nuestros deberes internacionalistas de solidaridad, con tan digna organización.
Chao querido camarada Alfonso Cano. Hasta pronto Comandante Alfonso Cano.
Chao querido camarada Alfonso Cano. Hasta pronto Comandante Alfonso Cano.
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