segunda-feira, 12 de julho de 2010

Jerarquía de Iglesia Católica argentina atentará contra la Constitución nacional

Agencia Venezolana de Noticias (AVN) http://www.abn.info.ve

Caracas, 12 julio 2010 (AVN) - El próximo 13 de julio la Iglesia Católica de Argentina se manifestará con el Proyecto de Unión Civil violando así la constitución nacional, tema que será tratado el 14 de julio por el Senado argentino, advirtió este lunes un artículo difundido en el portal de Télam.

El proyecto de ley de Unión Civil impulsado por el presidente de la Iglesia Católica argentina, Jorge Bergoglio, pretende restringir, en virtud de la orientación sexual, los derechos que la Constitución y las leyes reconocen a todas las personas que viven en Argentina, consagrando con esa postura la discriminación y el desprecio, reseñó Télam.

Según el artículo escrito por el periodista, Horacio Verbitsky, este proyecto forma parte de la cerrada ofensiva del Episcopado Católico, dirigida al gobierno nacional pero que “ataca a la institucionalidad democrática en su conjunto”.

Al mismo tiempo señala que es un elemento de identificación de las personas a ser discriminadas y además establece que los que decidan unirse deben tener convenios separados e incluso los obliga a fijar un sitio de residencia común.

El pasado 25 de mayo el Episcopado entregó al gobierno nacional un pedido de amnistía firmado por Jorge Videla, Benito Bignone, el sacerdote Christian von Wernich y un centenar de ex militares, marinos, policías, penitenciarios y agentes civiles de Inteligencia detenidos por su participación en crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo, el Poder Ejecutivo devolvió la solicitud al Episcopado, pues la entrega la realizaron sin la nota de estilo que debía tener.

No obstante, Bergoglio presentó en junio un manifiesto opositor elaborado por los ministros de Menem, Roberto Dromi, José Jaunarena, quienes reclaman autarquía para el Banco Central, eliminar retenciones a la soja, minimizar las políticas sociales, fundir Seguridad con Defensa y reprimir el conflicto social.

Por su parte el vicejefe del gabinete de ministros a cargo de las relaciones parlamentarias y dirigente socialista, Oscar González, indicó que la posición fundamentalista llama al odio entre los argentinos.

“Quien debiera estar predicando la paz y la tolerancia anda convocando a una guerra santa y a realizar actos políticos callejeros para presionar al Senado de la Nación”.

Bergoglio fue uno de los principales colaboradores del ex primado de la Argentina, Antonio Quarracino, quien en 1994 dijo que “lesbianas y gays son una sucia mancha en el rostro de la Nación, debería encerrarlos en un ghetto, dentro del que podrían hacer lo que quisieran”.

En 2005 la Comunidad Homosexual Argentina presentó el primer proyecto de Unión Civil, la cual a diferencia de la ley porteña sancionada en 2002, incorporaba todos los derechos (pensión, patria potestad compartida y adopción, herencia, beneficios previsionales y de obra social) para todas las parejas.

A partir de noviembre de 2009 el proceso político se aceleró por la sucesión de fallos judiciales, los cuales permitieron el matrimonio de varias parejas de hombres y mujeres.

El pasado 4 de mayo, la cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de Vilma Ibarra, quien actualmente integra el Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella, y de la socialista Silvia Augsburguer.

Ante esto, la jerarquía católica decidió cuestionar al gobierno nacional y no a los otros partidos. Tanto esas sentencias como la sanción legislativa no establecen derechos diferentes según el sexo de quienes contraigan matrimonio. Tampoco obligan a la fidelidad ni la cohabitación.

Durante la última reunión episcopal se discutió la estrategia contraria a la reforma.
Bergoglio se abrió camino en el Senado, donde legisladores dieron dictamen instantáneo de comisión a otro proyecto que consagra la unión civil, sin embargo, los priva de los principales efectos del matrimonio.

Entre ellas, prohíbe la adopción y la fertilización asistida (derecho que hoy existe para todo ciudadano de cualquier orientación sexual) y consagra en forma explícita la discriminación y el desprecio.

Recibida la media sanción, la llamada cámara revisora puede aprobar el mismo proyecto, rechazarlo o introducirle adiciones o correcciones. Si lo aprueba, pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación, si lo rechaza no puede volver a tratarse hasta el año siguiente.

La Comisión de Legislación General, puso en manos de la senadora del Opus Dei, Liliana Negre, la media sanción, la cual obtuvo nueve votos para su dictamen de mayoría que aconsejó rechazar la sanción de Diputados (Negre, el mendocino y la formoseña del Frente para la Victoria Rolando Bermejo y Adriana Bortolozzi de Floro Bogado; los radicales Ramón Mestre, José M. Cano, Mario Cimadevilla y José Roldán y la peronista opositora Sonia Escudero) contra seis del oficialismo y, en este caso también de Luis Juez que aconsejaron aprobarlo.

Sin embargo, esa mayoría firmó al mismo tiempo un segundo dictamen, a favor de la unión civil, que incluyó en el mismo Orden del Día del miércoles 14.

Al respecto, Bortolozzi indicó que “hasta ahora los resultados son inciertos, pues los pronunciamientos son muy parejos. El artículo 81 es inequívoco: si hay rechazo debe esperarse un año”.

Por su parte, la Comisión sostiene que todas las personas tienen los mismos derechos y deberes sin distinción de sexo.

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