terça-feira, 22 de outubro de 2019

Guerra nuclear/Entrevista con el legendario whistleblower Daniel Ellsberg* con ocasión de su 89a detención por acciones de resistencia


Tlaxcala, a rede internacional de tradutores pela diversidade linguística


Dennis J. Bernstein**

Traduzido por  S. Seguí***

En 1961, Daniel Ellsberg era consultante de la Casa Blanca cuando redactó los planes de guerra nuclear del Secretario de Defensa Robert McNamara. En 1971, hizo públicos los 47 volúmenes de los Papeles del Pentágono, un estudio altamente secreto del Departamento de Defensa sobre la participación política y militar estadounidense en Vietnam desde 1945 a 1967. En esta entrevista, Ellsberg evoca el programa de armas nucleares de los Estados Unidos, después de su enésima detención –la número 89– por acciones de resistencia contra el armamento nuclear, la guerra nuclear y los secretos de Estado.

Dennis Bernstein: Nos sentimos honrados de tener aquí a Daniel Ellsberg, el hombre que denunció la corrupta e ilegal Guerra de Vietnam y que ha continuado sus denuncias e inspirando a otros desde entonces. Daniel Ellsberg ganó notoriedad a principios de la década de 1970 al filtrar los Papeles del Pentágonola historia altamente secreta del Departamento de Defensa sobre la Guerra de Vietnam, y más tarde por protestar abiertamente por la guerra y el secreto de Estado que la mantuvo. Sin embargo, pocos saben que ha pasado la mayor parte de la pasada década inmerso en estudios altamente clasificados de la máquina de guerra nuclear de EE. UU. Daniel, ¡bienvenido! ¿Acabas de ser arrestado, no es así, en Lawrence Livermore Labs[1]?

Daniel Ellsberg: Sí, voy allí casi todos los años, con ocasión del Día de Hiroshima y el Día de Nagasaki, para transmitir el mensaje de que en este país no se deben fabricar más armas y no hay que arrestar a las personas por denunciarlo. Es incorrecto estar
haciendo lo que está haciendo Livermore ahora mismo; con buena conciencia, estoy seguro. Yo mismo elaboré planes de guerra con buena conciencia. Me engañaron y a ellos también. Estafaron al público con lo sucedido en Hiroshima.

Aún hoy, casi nadie sabe cuánta falsedad se les vendió para justificar lo que hicimos. Y cuando la gente protesta ahora por la bomba, yo diría que la mayoría de los estadounidenses se preguntan por qué estuvo mal salvar un millón de vidas estadounidenses. Después de todo, ¿no era esa la única alternativa a una invasión de Japón? Eso es lo que han escuchado de boca de personas en puestos de autoridad. Pero, de hecho, no era la única alternativa. De hecho, no era una alternativa seria a la invasión.

El pueblo estadounidense ha llegado a creer que matar a 140.000 personas de inmediato y 300.000 a finales de ese año era necesario y, por lo tanto, justificado. Si eso está justificado, ¿qué no lo está? Lo que estamos haciendo en este momento no está justificado, amenazando con el “primer uso” de armas nucleares y preparando ataques que, de llevarse a cabo, destruirían la mayor parte de la vida en la tierra. Pero eso no se cuestiona, moral o prácticamente.

Dennis Bernstein: Dan, ¿cómo evaluarías los peligros que enfrentamos ahora en términos de una conflagración nuclear? ¿Estamos peor ahora que hace treinta años?

Daniel Ellsberg: Mira, en 1989-1991, las cosas comenzaron a tener mejor aspecto. La Guerra Fría había terminado, la justificación de estas armas había desaparecido. Era el momento de deshacerse de ellas. Rusia ya no era un enemigo ideológico y la idea existente de ese conflicto global que nos obligó a armarnos de una manera sin precedentes había terminado. Pero el concepto de un “dividendo de paz” pasó a mejor vida con la Guerra del Golfo. Una de las cosas que aprendí hoy en  las charlas ofrecidas en Lawrence Livermore Labs fue que durante los últimos siete años, cada presupuesto destinado a armas nucleares ha sido mayor que el anterior. Esto fue particularmente cierto en 2015, bajo Obama, quien lo aumentó a niveles superiores a la Guerra Fría. El pico del gasto de la Guerra Fría fue en 1985. Después, el gasto disminuyó con la caída de la Unión Soviética hasta que el segundo Bush llegó al poder. Ahora estamos de vuelta en los niveles de la Guerra Fría: 9.000 millones de dólares por año. Desde 2015 hasta ahora, cada año el presupuesto ha aumentado. No comenzó bajo Trump, pero en este momento, bajo Trump, estamos presupuestando un 40% más que en la Guerra Fría. Es obsceno, es una locura, es un error.

Ese dinero no va a manos extranjeras, sino a estadounidenses: Boeing, Lockheed, Raytheon, Grumman, General Dynamics[2]. Les va muy bien con todo esto. Hay una razón por la que estamos presupuestando un arma que se está diseñando en Lawrence Livermore en este momento, y es que se trata de un arma que se colocará en los nuevos misiles balísticos intercontinentales (ICBM) que está fabricando Boeing. No hay ninguna razón en el mundo para tener esas armas, excepto los empleos que en cada distrito Boeing distribuye por todo el país. Y Lockheed será subcontratista. Cuestión de votos, contribuciones de campaña y ganancias.

Sorprendentemente, hoy aprendí algo que me ha hecho sentir más esperanzado de lo que he estado en mucho tiempo. La asignación presupuestaria de defensa de la Cámara de Representantes es diferente de la versión del Senado. En la versión de la Cámara baja no figuran los fondos para los nuevos ICBM y las nuevas instalaciones de producción. El Senado lo volvió a meter todo, pero ambas cámaras tienen que coordinarse ahora en una conferencia, probablemente en septiembre, y por mi parte haré todo lo que pueda para convencer a los miembros de la Cámara de Representantes y sus constituyentes de que deben decirles a sus miembros de la Cámara que se mantengan firmes en esos cortes. Esas armas son peligrosas.

Davey D: ¿Es la idea de que si tenemos las armas nucleares más avanzadas, podemos ganar una guerra usándolas y sobrevivir? ¿Piensa la gente realmente que podemos usar estas armas y ganar con ellas?

Daniel Ellsberg: Siempre hemos tenido personas que han dicho que podemos ganar con ellas. Una serie de presidentes y también, desde luego, personal de la Fuerza Aérea. Pero por otro lado, conocí a muchas personas, mientras formaba parte del sistema, que sabían que eso no era posible. Pero es solo desde 1983, cuando se descubrió realmente el invierno nuclear, que quedó absolutamente claro que no había ninguna diferencia si fuiste primero o segundo, y todas nuestras armas están diseñadas para atacar primero.
Boeing nos dice que, por malo que sea, no es tan malo como quedar en segunda posición. A Elizabeth Warren la interrogaron en el último debate por qué no está a favor del primer uso. Luego le preguntaron si quería que nuestras ciudades fueran incineradas antes de usar nosotros las armas nucleares. ¿Cómo responder a esto? Si ella piensa que nuestras ciudades podrían no ser incineradas si las usáramos primero contra Rusia, ¿en qué posición se queda ella? Es una locura. En otras palabras, con estos ICBM, que son vulnerables y tientan a un presidente en situación de falsa alarma, el instinto de los militares y el presidente es: “Mis ICBM están a punto de ser destruidos. Tengo que lanzarlos.”

Dennis Bernstein: ¿Nos hemos acercado más a una guerra nuclear con estas armas nucleares de nueva generación que dicen que son más pequeñas? ¿Serían más tentadoras para los planificadores de la guerra?

Daniel Ellsberg: Hasta cierto punto, sí. Pero estos peligros no comenzaron con Trump. Estrictamente hablando, no creo que bajo Trump el peligro sea significativamente mayor. La cuestión es que el peligro no se está reduciendo. Con respecto a estas armas de baja potencia, si Trump pudiera verse tentado a usarlas los resultados serían catastróficos. Ya tenemos armas nucleares de baja potencia. ¿Por qué querríamos unas nuevas? Livermore necesita hacer cosas para Lockheed, Boeing, etc. Por cierto, no me habrías oído decir esto hace un año. Durante los últimos cuarenta años me he centrado en la parte militar y gubernamental del complejo militar-industrial. Solamente durante el pasado año me dediqué a estudiar la parte industrial. Es nuevo para mí ver la Guerra Fría como, en gran medida, una campaña de marketing para asignar grandes subvenciones cada año a la industria aeroespacial.
Dennis Bernstein: Una de las bombas que lanzamos sobre Japón fue construida en Hanford. Ese programa todavía produce radiación en Hanford.

Daniel Ellsberg: Lamentablemente, mi padre era ingeniero estructural jefe durante el crecimiento de Hanford justo después de la guerra, después de haber trabajado en estos problemas durante la guerra. Renunció al programa por dos razones, que me reveló cuarenta años más tarde. Le habían pedido que trabajara en Savannah River[3], que, por cierto, ahora podría dedicarse al negocio de la fabricación de armas nucleares. Solía ​​fabricar material para ellos. Eran trabajos destinados a la bomba H, que iba a ser mil veces más poderosa que la bomba atómica. La primera bomba de hidrógeno que explotamos en 1954 tenía mil veces el poder explosivo de la bomba de Hiroshima. La bomba de Hiroshima equivalía a 15.000 toneladas de TNT, es decir un poder explosivo mil veces mayor que las bombas más grandes de la Segunda Guerra Mundial. La potencia de la primera bomba de hidrógeno fue de 15 megatones, tres veces mayor de lo que predijeron.

El Día de Hiroshima y el Día de Nagasaki (6 de agosto y 9 de agosto), no deberían ser unos días como cualquier otro en estas plantas en que continúan construyendo bombas de tipo Nagasaki, que se utilizan para hacer estallar una bomba H. Recuerdo muy bien las fechas porque entre las dos está el aniversario de mi boda, el 8 de agosto. No pudimos celebrarlo porque me arrestaban una y otra vez. Livermore ha descubierto cómo mantener estas cosas en silencio, al no llevarnos a juicio, lo que mantiene fuera de la vista de la gente que allí está sucediendo algo por lo que otros estadounidenses protestan.

Dennis Bernstein: Hiciste pública la historia secreta de la Guerra de Vietnam, pero también tenías la historia secreta de la guerra nuclear prevista, y también querías revelarla. ¿Que pasó?

Daniel Ellsberg: Fue la gran decepción en mi vida. Pensé en publicar las miles de páginas que tenía sobre amenazas y peligros nucleares después de publicar los Papeles del Pentágono. Un amigo mío, Randy Keillor, me dijo en ese momento que eran más importantes que el material sobre la guerra. Era cierto, pero Vietnam era donde estaban cayendo las bombas en ese momento, así que decidí ver qué podía hacer para poner fin a ese bombardeo, y luego sacaría la información nuclear. Desafortunadamente, le di las miles de páginas sobre el programa nuclear a mi hermano para que las guardara. Los escondió en un montón de basura, pero sufrieron un huracán y nunca pudimos encontrar esos documentos.

Dennis Bernstein: ¿Qué perdimos entonces?

Daniel Ellsberg: Gran parte de la información que perdimos en ese momento está en mi libro ahora, muchos años después. Mucha de ella ha sido desclasificada. No hablo mucho sobre Hiroshima en el libro porque es un asunto absolutamente enredado para los estadounidenses. Se les ha lavado tanto el cerebro sobre “por qué estaba todo bien” y “por qué era necesario” lanzar la bomba atómica.

La bomba atómica llegó al mundo para los estadounidenses de la peor manera posible para que entiendan las implicaciones de la era nuclear. Imagínese si Hitler hubiera fabricado primero la bomba. Habría sido calificada como el arma nazi por excelencia, un arma de exterminio de civiles. Ese habría sido el crimen de guerra número uno en Nuremberg. No les habría ganado la guerra. Podrían haber destruido Londres, Liverpool, pero no les habría ganado la guerra. Sin embargo, se hubiera ahorcado a los responsables por ello, y no solo los responsables, también todos los científicos. No estoy a favor de la pena capital, pero creo que los juicios por crímenes de guerra pueden ser muy útiles. Desafortunadamente, debido a que nosotros habíamos estado bombardeando centros civiles, no los acusamos a ellos de bombardearlos. En efecto, descartamos los bombardeos de la lista de crímenes de guerra. Debido a que no queríamos ponernos nosotros mismos en cuestión, ni por la bomba atómica ni por lo que había sucedido antes, no los acusamos de esos bombardeos.

Y todavía consideramos que ese tipo de bombardeo está a nuestro alcance. Escuche lo que dijo nuestro presidente el otro día: “Podría ganar la guerra en Afganistán, pero tendría que matar a diez millones de personas”. Esto nos regresa a Harry Truman, quien no vio en el lanzamiento de las bombas atómicas un problema moral. Desde su posición, era bastante razonable ya que ya habíamos estado matando antes a tantos civiles japoneses como pudimos durante cinco meses.

La bomba de Hiroshima, que se lanzó el 6 de agosto, fue el segundo acto de terrorismo más grande en la historia de la humanidad. Nagasaki, tres días, después fue el tercer acto de terrorismo más grande. Pero el mayor acto terrorista realizado en un solo día en la historia de la humanidad tuvo lugar la noche del 9 al 10 de marzo de 1945, cuando quemamos Tokio y matamos entre 80.000 y 120.000 personas en una sola noche. Lo hicimos con napalm, un producto inventado en la Universidad de Harvard. Se usó sobre seres humanos porque se adhiere a la piel y quema a la persona. Fue muy efectivo para quemar edificios y personas. También utilizaron fósforo blanco y otras sustancias incendiarias, con la intención de quemar a la mayor cantidad de personas posible.

Luego sometimos a este tratamiento a otras 67 ciudades japonesas. Todo esto fue antes de la bomba atómica. Matamos algo así como 900.000 civiles japoneses antes de las bombas atómicas, que agregaron otros 300.000. Esto es casi igual al número de judíos gaseados en Auschwitz y no murieron exactamente mejor que en las cámaras de gas. Cuando comenzó a salir información sobre la radiación, el general Groves dijo que había escuchado que era una forma bastante agradable de morir. En realidad, eso no es cierto: la mayoría de las personas en Hiroshima y Nagasaki murieron a causa del fuego. (Las personas que saltaron de las Torres Gemelas no eran estúpidas; la alternativa era morir entre llamas).

No hubo una diferencia moral entre Tokio e Hiroshima. Simplemente, la bomba atómica era más eficiente, más barata. La cuestión es que el pueblo estadounidense apenas ha oído hablar de esto. La decisión de bombardear Hiroshima no supuso un gran problema para Truman. Pero la explicación de que era algo necesario se transmite generación tras generación de estadounidenses y sus aliados. Si eso estuvo bien entonces, entonces amenazar con hacerlo a una escala mucho mayor también es ahora aceptable.

*Daniel Ellsberg es miembro directivo destacado de la Nuclear Age Peace Foundation, y autor de The Doomsday Machine: Confessions of a Nuclear War Planner (2017) y de Secrets (2003). Es también el personaje principal del documental The Most Dangerous Man in America y figura principal de la película de Steven Spielberg sobre los Papeles del Pentágono, The Post. Ellsberg se ha hecho merecedor del premio Olof Palme de 2018 por su arraigado humanismo y excepcional valor moral. En 1971, Ellsberg publicó los Papeles del Pentágono (Pentagon Papers) un documento de 47 volúmenes, altamente secreto, del Departamento de Defensa sobre la participación política y militar de Estados Unidos en Vietnam de 1945 a 1967.

**Dennis J. Bernstein es un integrante de "Flashpoints" en la red de radio Pacifica y autor de Special Ed: Voices from a Hidden Classroom. Puede acceder a los archivos de audio en www.flashpoints.net

***S. Seguí Traductor catalán. Miembro de los colectivos de Tlaxcala y Rebelión.

NdT
[1] Laboratorio de investigación avanzada dependiente de la Universidad de California, Berkeley. Su principal fuente de financiación es el Departamento de Energía de Estados Unidos y está especializado en el estudio y desarrollo de la energía atómica para usos militares.
[2] Empresas de primer orden dentro del complejo militar-industrial
[3] Instalación de investigación y producción de materiales atómicos de uso militar, dependiente del Departamento de Energía de EE UU y situada en el estado de Carolina del Sur, que emplea en la actualidad a más de 10.000 personas.

Muito obrigado a Tlaxcala
Fonte: 
https://bit.ly/32FZSe0
Data de publicação do artigo original: 24/09/2019
URL deste artigo: 
http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=27259

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