quinta-feira, 19 de março de 2015

Brasil/LA GRAN PRENSA ESTÁ CREANDO UNA LEGIÓN DE ‘MIDIOTAS’

16 março 2015, ADITAL Agencia de Información Fray Tito para América Latina (Brasil)

Por Rennan Martins, Desenvolvimentistas

Las manifestaciones de este domingo 15 de marzo regimentaron a miles de indignados. Con la camiseta de la corruptísima CBF (Confederación Brasilera de Fútbol), estos/as ciudadanos/as se juntaran para probar la enorme capacidad de movilización de la narrativa hegemónica y, con sus consignas, reforzar el status quo.

La Globo News hizo una cobertura cinematográfica de los eventos, mientras sus varios comentaristas asumían la condición de portavoces de la "fiesta cívica”, reclamando actitudes del gobierno. Alrededor de las 15h, anunciaron que había 240 mil personas en la Avenida Paulista, en San Pablo. Antes de las 15h30 ya eran 480 mil y, faltando algunos minutos para las 16h, la marca alcanzó sensacionales 1 millón de descontentos. Además de la enorme diferencia de proyección en relación al diario Folha de S. Paulo, que calculó 210 mil indignados, la Globo todavía tiene que explicar como 750 mil personas desafiaron la física llegando en el mismo momento a los alrededores del evento.


Ironías y críticas aparte, la realidad es que la prensa corporativa interviene, decisivamente, en la sociedad e instituciones. La opinión pública, cuando está concentrada en las manos de un cartel, tiene gran poder para agendar e interdictar debates al gusto del dueño de la editorial. Esta distorsión genera efectos venenosos en el proceso democrático y de toma de decisiones.

A fin de analizar a fondo esa cuestión, el Blog de los Desenvolvimentistas entrevistó al periodista, escritor y columnista del Observatório da Imprensa Luciano Martins Costa. Él explica que, desde la redemocratización del país (1985), la prensa nacional entró en un proceso de oligopolización, incentivado por la distribución de concesiones a caciques políticos del "gran centro”. Según Costa, ese cartel construye un simulacro de realidad, que estimula a los ciudadanos menos críticos a asumir posiciones conservadoras y rabiosas. El "remedio”, entonces, sería "aprender a leer” a los medios de comunicación, dudando sistemáticamente de las noticias, principalmente de las presentadas con más alarde y dramatización.

Lea la entrevista completa.

¿Cómo ve usted la actuación de la prensa corporativa brasilera? ¿Es posible decir que existe una "cartelización editorial”?
Existe una cartelización editorial desde que Folha de S. Paulo negoció su mayor compromiso con la Asociación Nacional de Periódicos [ANJ] de intercambio de apoyos para la campaña por el fin de la obligatoriedad del diploma de periodista y por la extinción de la Ley de Prensa.

¿Cuáles serían los objetivos e intereses de ese alineamiento? ¿Las metas están siendo cumplidas?
El objetivo principal es contraponerse a la tendencia de la sociedad brasilera, a finales de los años 1990, de cuestionar al sistema económico y de exigir la expansión de los derechos formalmente garantizados en la Constituyente de 1988. La Constitución, como se sabe, fue hecha bajo la égida de la "sociedad civil organizada”. Ocurre que, en aquella época, cerca del 51% de la población brasilera eran excluidos de la sociedad y la "sociedad civil organizada” era sólo una metáfora para las entidades corporativas, como los sindicatos, federaciones de industrias, OAB [Orden de los Abogados de Brasil] y sectores fuertemente apoyados por lobistas. El investigador Francisco Fonseca demostró cómo la prensa, en aquella época, dio voz al llamado "Centrão” (Gran Centro), para contener el ímpetu progresista de la Constituyente en su comienzo. Ese alineamiento está triunfando, al transformar a Brasil en un país conflagrado, con la creación de legiones de "midiotas”, que repiten el discurso rabioso de la prensa.

Sus artículos comentan, con regularidad, sobre la creación de un "simulacro de realidad”. ¿Cómo se realiza esa construcción? ¿Podría ejemplificar un caso concreto?
Existe el mundo real, donde nos relacionamos y construimos el proceso de la modernidad, y el ecosistema de la comunicación, donde nuestras acciones, reflexiones y elecciones construyen la cultura, que redefine la realidad. Los medios de comunicación actúan, en condiciones ideales, mediando ese pasaje entre dos dimensiones de nuestra existencia, donde las individualidades deben aprender a negociar sus papeles sociales. En Brasil y en algunos otros países, la prensa adoptó un protagonismo central y, en vez de filtrar o mediar ese proceso, interfiere en la construcción de significados, que inducen a interpretaciones viciadas de la realidad. El sesgo conservador, predominante en los medios de comunicación, martillado diariamente sobre las personas, induce a posicionamientos reaccionarios, defensivos e individualistas. Un ejemplo es la manipulación de datos de la economía, que hace que una gran parte de la población crea que Brasil está en el fondo del pozo. Aún personas que ascendieron a clases de ingreso medio tienden a volverse conservadoras cuando son convencidas de que están a punto de perder lo que conquistaron gracias a sus esfuerzos y con apoyo en políticas sociales, que antes no existían. El sujeto despierta, va al trabajo (que no existía cuando el nivel de desempleo era del 18%), sigue hacia la facultad (a la que no tenía acceso antes de las políticas sociales creadas en la última década) y vuelve a casa, pero cree que la realidad hoy es peor. Los simulacros de realidad son construidos por la manipulación de los signos que orientan nuestra comprensión de la realidad que vivenciamos. La falta de educación cívica hace que muchos culpen al poder central por carencias o dificultades, que son de responsabilidad estadual, municipal o incluso del ámbito privado.

¿Qué influencias sufren la sociedad y las instituciones en este contexto?
La sociedad es influenciada en la medida que un gran número de individuos pierde la noción de aquello que es del interés colectivo y de las responsabilidades individuales en la construcción de una sociedad –si no sustentable, por lo menos aceptable. Como el interés social es difuso, el discurso manipulador de los medios de comunicación transforma fácilmente el sentido de los hechos. Por ejemplo, los periódicos tomaron el aumento del precio del tomate, hace cuatro años, y proclamaron que la inflación estaba disparándose. El pánico llevó a los productores y al comercio a buscar protegerse, y eso provocó un aumento en los precios de algunos productos alimenticios y de los restaurantes. Como en las grandes ciudades todo el mundo que trabaja afuera está obligado a comer en restaurantes, la sensación de malestar se esparció. Entonces, los medios de comunicación pasaron a martillar con el tema de la "inflación de los alimentos”. Cuando el precio del tomate volvió a su precio normal, en 10 días, los precios de los alimentos bajaron, pero quedó la percepción de un brote inflacionario, que sólo existió en la prensa. Las instituciones reaccionan al estado de ánimo de la población y, al construir una mentalidad defensiva, la prensa induce a las instituciones a adoptar políticas conservadoras.

Por ejemplo, los periódicos hacen un gran escándalo cuando un adolescente participa en un delito, la población pide la reducción de la edad de imputabilidad, y los parlamentarios conservadores corren a proponer cambios en la ley. Pero ocurre una matanza, 11 personas son asesinadas en una calle de la periferia de San Pablo en una única noche, y los periódicos esconden el hecho porque hay indicios de que los delitos fueron cometidos por policías.

¿Qué hacer para "aprender a leer” la prensa? ¿Cuáles son los métodos?
Hay algunos métodos para "aprender a leer” la prensa y ninguno de ellos pasa por alto la comprensión de que vivimos en una sociedad altamente compleja, que ya no puede ser interpretada correctamente por el lenguaje periodístico. Lo esencial es adoptar un procedimiento que propuse cuando era editor ejecutivo del Estado de S. Paulo y responsable de la primera página: desacralizar la noticia. Se trata de entrenar la mente para desconfiar de cada detalle de una noticia, cuestionando todo lo que parece inverosímil o fuera de contexto. Por ejemplo, cuando la prensa quiere dar un tono negativo a un indicador económico, la práctica más común es cambiar los parámetros de comparación. Entonces se comparan, por ejemplo, las ventas del comercio en enero en relación con diciembre; se sabe que la economía tiene sus momentos de maduración y que lo correcto es comparar períodos semejantes, destacando los hechos relevantes que ocurrieron entre ellos. Por ejemplo, los periódicos hablaron mucho del costo de vida entre 2013 y 2014, omitiendo el hecho de que en 2014 hubo una Copa del Mundo en Brasil. Otro ejemplo: los periódicos destacan que la Bolsa de Valores anda sin rumbo fijo, pero esconden que Brasil todavía es uno de los principales destinos de la inversión extranjera directa, que es una inversión productiva. La Teoría de la Complejidad y algún conocimiento de teorías de la comunicación ayudan a visualizar esas distorsiones.

¿De qué manera Brasil, un país donde los medios de comunicación tienen plena libertad, llegó a esta situación de una prensa tan concentrada y de baja diversidad?
Todo comenzó en las negociaciones para la vuelta a la democracia, cuando el "Centrão” fue cooptado por la idea de que Brasil sólo iba a modernizarse con una prensa fuerte. La política de Sarney [José Sarney, ex presidente de Brasil], distribuyendo canales de TV y radio a políticos a cambio de apoyo llevó a la mayoría de ellos a aceptar la oferta de asociación con la Red Globo, que reducía el costo de las emisoras y garantizaba una marca fuerte para captar anunciantes. Después de esto, hubo una maniobra con el dólar –operación que, en la época, era llamada "bicicleta”–, en la cual el gobierno facilitó a grandes empresas de comunicación el acceso al dólar oficial para la modernización de equipamientos. Los equipamientos fueron sobrefacturados, el excedente de moneda extranjera fue a cuentas en el exterior y pasó a alimentar el flujo de caja de esas empresas, por el cambio paralelo. Esa operación aparece sutilmente en el caso Banestado y es uno de los secretos que la prensa quiere mantener escondidos en el escándalo del HSBC. Creo que es imposible investigar y probar esa historia, que me fue contada por el antiguo presidente de una gran empresa regional de comunicación que juraba haber sido el único que no entró en ese juego.

¿Cómo se insertan Internet, las redes sociales y los medios de comunicación alternativos en ese escenario?
Internet y las redes sociales se insertan en el proceso de reducción del papel de mediación. Las nuevas tecnologías permiten que las informaciones sean difundidas horizontalmente, entre los individuos, y la tendencia es que aquello que llamamos medios de comunicación pasen a tener la función de anclar esas informaciones para que las personas puedan tener el contexto. Pero un consorcio de economistas o sociólogos, por ejemplo, podría cumplir ese papel en sus especialidades. Los medios de comunicación alternativos sólo serán viables cuando se asuma una postura innovadora y se pare de imitar a los medios de comunicación hegemónicos. Llamo innovación a la determinación de estimular el protagonismo del ciudadano y asumir el papel de chequear y organizar las informaciones, sin el sesgo que caracteriza a la prensa predominante.

¿Qué cree que ocurrirá con la TV tradicional y los medios de comunicación impresos frente a los cambios que estamos viviendo?
La TV tradicional, estática, todavía es fuerte porque se usa como la radio, proporcionando un ruido de fondo para la vida cotidiana, pero la evolución misma de la tecnología está haciendo menos relevante a ese medio. Sobrevive mejor en el campo del entretenimiento y, por eso, las emisoras apelan al periodismo dramatizado o espectacularizado. Los medios de comunicación impresos van a sobrevivir como un nicho, dirigido esencialmente a las instituciones. El ciudadano va a informarse cada vez más por las redes sociales.

¿Está a favor de la propuesta de reglamentación de los medios de comunicación? ¿Cuáles serían las consecuencias de esa medida?
Estoy a favor de la reglamentación de los medios de comunicación, de la apertura de los medios de comunicación al capital extranjero (basta de cinismo), de la obligatoriedad de que toda empresa de medios de comunicación, a partir de cierto porte (facturación, patrimonio, etc.), sea obligada a abrir su capital, de la licitación pública periódica de la radiodifusión, con apertura amplia para participantes, con la excepción de entidades religiosas o partidarias. Además, en el corto plazo, defiendo una política pública que contemple iniciativas de medios de comunicación comunitarios, sectoriales, etc., como los colectivos de cultura, que tendrían un poderoso efecto en la educación de la sociedad para el uso de los medios de comunicación.


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